Políticas

22/3/2024

El estudio Cúneo Libarona ahora defenderá a los empresarios que fugan dólares

En la causa contra la firma NRG Argentina S.A por maniobras de sobrefacturación de importaciones.

Comercio exterior.

El ministro de Justicia Cúneo Libarona se ha visto inmerso en otro episodio de características delincuenciales. Su estudio de abogados, conducido actualmente por sus hermanos, se encuentra defendiendo a cuatro empresarios procesados por los delitos de contrabando agravado en concurso ideal con defraudación a la administración pública. Estos, en 2023, sobrefacturaron importaciones y desviaron fondos por más de 90 millones de dólares, que se triangularon al exterior.

Se trata de “una de las maniobras más grandes y con mayor cantidad de pruebas de la historia judicial referida a la sobrefacturación de importaciones, triangulación del dinero y posterior reingreso de los fondos en el circuito financiero”, dice Ámbito (20/3). Según las investigaciones, que contaron con la participación de Estados Unidos, la empresa NRG Argentina S.A infló 24 importaciones de maquinaria pesada para utilizar en Vaca Muerta. Lo más grave es que el propio Ministerio de Justicia debería actuar en la causa para accionar medidas como embargos de cuentas en el exterior.

Cúneo Libarona puede agregar a su currículum otra labor nefasta. Es que ya “trabajó” como abogado defensor de Miguel “Mameluco” Villalba, un capo del narconegocio en Buenos Aires; de Mario Segovia, “el rey de la efedrina”; de Sergio Varisco, el fallecido exintendente de Paraná condenado por narcotráfico; de los empresarios Sergio Taselli y Hugo Eurnekián en el Caso Cuadernos; de José Alperovich en el caso por el abuso de su sobrina; de Mateo Dolcet, acusado de lavar dinero del narco colombiano; y de otros burgueses y mafiosos delincuentes. Milei, que se ufana de tener una supuesta superioridad moral, ampara toda esta porquería.

Mediante la sobrefacturación de importaciones, los capitalistas obtienen más dólares oficiales de los que realmente les corresponden para realizar operaciones comerciales, declarando pagos muy por sobre los costos reales. Utilizan esto como un instrumento para fugar divisas del país. Los patrones de NRG, además, obtenían una ganancia a través de un “rulo” en el sistema financiero.

La proveedora de insumos de NRG resultó ser una empresa relacionada a uno de los empresarios procesados (Marull Heavy Equipment LCC). Esta compañía fue creada únicamente para vender mercadería a la firma argentina en el país y realizar las maniobras en cuestión. Entretanto, consiguió beneficios fiscales gracias a la Ley de Minería.

Una de las pruebas más contundentes que halló la Justicia es un manuscrito en el que se puede ver el circuito de la maniobra. “El diagrama refleja la metodología para realizar un movimiento de divisas que ingresarían al país a través de bonos convertidos a pesos que eran, luego, utilizados para acceder al tipo de cambio oficial y así pagar las importaciones cuestionadas”, señala Ámbito (ídem). Como se ve, los empresarios incluso hacen negocios con la brecha cambiaria.

NRG es tan solo una de las tantas empresas argentinas y extranjeras que expolian el país mediante este tipo de políticas de rapiña. Grandes industriales y empresas del agro han incurrido en ellas, como Raízen, P&G, Cargill, Bunge y Molinos Río de La Plata. Los capitalistas que operan en Argentina tienen prácticamente un PBI en el exterior.

Robándole dólares al BCRA, la clase capitalista no solo eventualmente se enriquece sino que también acicatea las tendencias devaluatorias e inflacionarias y por lo tanto las tendencias a la bancarrota de la economía.

Naturalmente, el robo de los capitalistas es muchísimo mayor; su envergadura real no se conoce con exactitud porque el comercio exterior es privado (los puertos, etc). Además, bajo el capitalismo impera el secreto comercial, que sirve al desarrollo de la especulación, del lucro y del fraude en su formas más brutales. Todos estos chanchullos son encubiertos en los libros contables. Además, el hecho de que los bancos sean privados y no exista una banca nacional única también ayuda a ocultar la confiscación en curso contra el país.

Para terminar con la confiscación capitalista de Argentina hay que nacionalizar bajo control de los trabajadores los grandes resortes de la economía: el comercio exterior, la banca, la industria y los grandes latifundios.