Políticas
4/9/2025
El exfuncionario libertario que pasó a armarle las cometas a la Suizo Argentina
En junio del año pasado el Director de Compras y Contrataciones del Ministerio de Salud se pasó a la gerencia de ventas del laboratorio.

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Droguería Suizo Argentina.
El escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad sigue destapando un entramado de corrupción que involucra directamente al gobierno de Milei y a la droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker. Ahora salió a la luz un eslabón clave: Luis Oscar Ricardo, quien hasta junio de 2024 se desempeñó como Director de Compras y Contrataciones del Ministerio de Salud, y apenas un mes después pasó a ocupar un cargo en la Suizo Argentina, una de las principales proveedoras de medicamentos del Estado.
En el Estado, Ricardo tenía a su cargo la coordinación del plan anual de adquisiciones, la elaboración de pliegos y los llamados a licitación de bienes y servicios. Hoy, en la empresa privada, cumple exactamente la función inversa: “planificación de compras”, “análisis de demanda futura” y “garantizar abastecimiento de productos críticos”, según él mismo describía en su Linkedin antes de cerrarlo. Es decir, del lado de la mesa de licitaciones primero, y del lado de los contratistas después.
La irregularidad es evidente. Más aún cuando se trata de un rubro marcado por sobreprecios, coimas, compras directas y un esquema de competencia cerrada de apenas 18 empresas para los llamados Pacbi (prestaciones y medicamentos de alto costo).
La Suizo Argentina, que multiplicó contratos desde la llegada de Milei, es hoy el epicentro del escándalo judicial por sobreprecios de hasta el 27% en medicamentos, coimas, un circuito de beneficios irregulares y direccionamiento de fondos públicos. Sus directivos fueron sorprendidos huyendo de allanamientos, con cajas de seguridad abiertas y sobres repletos de dólares. Pese a su promesa pública de colaborar con la Justicia, la empresa obstaculizó la entrega de correos electrónicos, y sus servidores tuvieron que ser incautados por la fuerza.
Un gobierno de ladrones al servicio de los capitalistas
El pase de Ricardo de la función pública a la privada es la expresión de cómo se entrelazan el Estado y los capitalistas para saquear las arcas públicas. Los capitalistas se llenan los bolsillos a costa de los trabajadores, los jubilados y las personas con discapacidad, mientras el gobierno recorta prestaciones y ajusta a los sectores más vulnerables.
Milei se presentó como el campeón de la “lucha contra la casta” y de la motosierra contra el gasto público, pero en los hechos se revela como el garante de un nuevo festival de curros. Lejos de ser una anomalía, este modus operandi es idéntico al de los gobiernos anteriores: Báez y los negocios de obra pública con Cristina, el clan Macri y sus contratos estatales, y ahora los Kovalivker con los Milei. Todos los gobiernos capitalistas son socios de la misma trama de corrupción.
La motosierra se descarga sobre salarios, jubilaciones y prestaciones sociales, mientras que los sobreprecios de los medicamentos, las coimas y la fuga de divisas quedan en manos de una camarilla que hace del Estado su caja privada.
La salida de los trabajadores
La complicidad de toda la oposición patronal, desde el peronismo hasta los radicales, y la parálisis de la burocracia sindical, son parte del problema. Los trabajadores no podemos esperar nada de quienes están integrados a este régimen de saqueo.
El desmantelamiento de esta mafia confiscatoria solo puede encararse con un gobierno de los trabajadores, que rompa con el FMI, desconozca la deuda usuraria y ponga los recursos nacionales al servicio de las necesidades sociales más urgentes.

