Luego de que el 24 de junio se reuniera el Consejo Federal de la Hidrovía Paraná-Paraguay en la ciudad de Resistencia, el presidente del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), Ariel Sujarchuk, anticipó que en cuatro meses estaría listo el primer borrador de la licitación larga de la ruta fluvial, donde pasaría nuevamente a manos privadas.

Asistieron al cónclave el ministro de Transporte de la Nación, Alexis Guerrera, los gobernadores Jorge Capitanich (Chaco), Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Gildo Insfrán (Formosa); el vicegobernador de Misiones, Carlos Arce; la secretaria de Gestión Federal de Santa Fe, Candelaria González del Pino; el director de Transporte Fluvial y Puertos de Corrientes, Adolfo Escobar Damús; el interventor de la Administración General de Puertos, José Beni; la directora Nacional de Control de Puertos y Vías Navegables, Nuri Sánchez Edorna, entre otras autoridades.

Las novedades sobre la licitación son en respuesta al reclamo del capital agrario de que la Administración General de Puertos defina cuanto antes qué empresa se hará cargo en el próximo período de las tareas de dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná, por donde transita el 80% de las exportaciones del país. Sobre todo luego de que la licitación corta quedara frenada como resultado de los lobbys capitalistas en disputa.

El apuro por parte de este sector responde, por un lado, a que junto a la nueva licitación se aprobaría el dragado a 40 pies del río Paraná, lo cual beneficiaría cerealeras que dominan el comercio exterior de Argentina porque aumentaría la capacidad exportadora pero a costa de generar graves consecuencias ambientales. A su vez, estas corporaciones quieren volver lo más rápido posible al control privado de la ruta navegable, lo que les permitió en el pasado llevar adelante todo tipo de maniobras de evasión y fuga de divisas.

Los gobernadores del litoral participaron de la reunión como portavoces de sus burguesías locales, logrando la promesa oficial de que la nueva licitación no se limitará, como hasta ahora, a adjudicar el trabajo de dragado y balizamiento en el tramo que va desde la salida del océano hasta Timbúes, Santa Fe -donde se concentran las principales terminales portuarias-, sino que incluirá el servicio para el Paraná Superior, favoreciendo a las patronales exportadoras que operan en los puertos del norte.

Mención aparte merece la impostura del kirchnerismo, que a la par que convocó ese día, a través de las CTAs, a una concentración frente a la Bolsa de Comercio de Rosario reclamando la estatización de la Hidrovía, Kicillof -uno de los suyos- se hallaba sentado en el Consejo Federal convalidando que una nueva concesión privada pase a controlar la ruta litoraleña, y, además, que la obra del Canal Magdalena por la que abogaban los K forme parte de una licitación separada con destino incierto. A su vez, el planteo kirchnerista de avanzar en un “Frente de Todos sin Alberto” supone seguir reposando en los gobernadores del PJ que apoyan sin miramientos el llamado a licitación, ya que eso significará nuevos negocios fluviales en sus provincias.

Todas las ramas del peronismo defienden la privatización de la Hidrovía Paraná y del comercio exterior en su conjunto, fuente de saqueo. Solo los trabajadores podemos llevar adelante una posición soberana de manera consecuente porque somos los únicos interesados en orientar los recursos del país hacia un interés mayoritario.

 

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