Políticas
8/7/2024
El gobierno festeja las inscripciones al Volver al Trabajo mientras miles se quedan sin laburo
Una provocación cuando crece el desempleo y atacan a las organizaciones de desocupados.
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Julio Cordero, secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
El secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Julio Cordero, sostuvo que el alto nivel de inscripciones al plan “Volver al Trabajo”, uno de los programas de asistencia social anunciados por el Ministerio de Capital Humano como reemplazo del Potenciar Trabajo, y que, a 45 días de su lanzamiento, ya registra 600.000 inscripciones, constituye “un cambio cultural donde los beneficiarios de programas sociales están activamente buscando mejorar sus competencias laborales para ingresar al mercado formal”. Una provocación cuando crece el desempleo y atacan a las organizaciones de desocupados.
El funcionario, que además es un peón de Paolo Rocca, dijo que es “un claro indicador de que cuando el Estado crea las condiciones adecuadas, las personas están dispuestas a tomar la iniciativa y mejorar sus perspectivas laborales”. Un brutal cinismo, mientras el gobierno despide a miles de trabajadores del Estado y las patronales recortan personal y suspenden a centenares de miles al ritmo de la recesión. En resumen, Cordero sale a festejar que los más pobres tengan que trabajar por un miserable plan social de $78.000 mensuales.
Este monto es el que se paga desde diciembre producto de que el gobierno lo desenganchó del salario mínimo, lo que representó un recorte fiscal de 677 mil millones de pesos. En paralelo, atacan y persiguen judicialmente a las organizaciones piqueteras que pelean por trabajo genuino y que denuncian que el único objetivo del gobierno es licuar el gasto social y descargar el ajuste sobre los que menos tienen. No hubo un cambio cultural de ningún tipo, crece la pobreza de la mano del plan económico antiobrero y antipopular del gobierno, y con ella la necesidad de generar ingresos, lo que obliga a los más pobres a ofrecer su fuerza de trabajo al precio que sea.
El gobierno se jacta de que este plan se continúa pagando incluso si sus beneficiarios consiguen un trabajo, lo que termina conformando en realidad un subsidio indirecto para las patronales que se valen de esto para justificar el pago de salarios de miseria, ahorrándose una parte. Incluso facilita los despidos, porque pueden llevarlos adelante de una forma más barata o directamente gratis gracias a la aprobación de la Ley Bases, la cual incluye una reforma laboral que, por ejemplo, extiende el período de prueba.
Lejos de generar trabajo genuino, el gobierno festeja que el ajuste lo pagan los que menos tienen y de paso los ofrece como mano de obra barata a las patronales. La situación se va a agravar al ritmo de la profundización de la crisis, algo que ya está en curso. Hay que luchar, de manera unificada entre ocupados y desocupados, por la defensa de los puestos de trabajo, por un salario mínimo igual a la canasta básica, por la creación de trabajo genuino, por asistencia social y alimentos a los comedores, y contra este plan de ofensiva del gobierno contra la clase trabajadora, los más vulnerables y los que luchan.