Políticas

20/1/2025

El guiso recalentado de la “neuquinidad”

El lema central de 60 años de un MPN que se pretende refundar bajo otro formato.

MPN-

En la semana que pasó, el gobernador reunió en San Martín de los Andes a un amplio espectro político y de gobiernos locales para firmar una declaración denominada “Gran acuerdo para la Neuquinidad”. En la reunión estuvieron presentes diversos funcionarios y la totalidad de las y los intendentes (a excepción del de Cutral Có, Ramón Rioseco).

Entre los intendentes firmantes se encuentra Mariano Gaido de la Capital, que estuvo representado por una alta funcionaria de su gabinete, pero ya ha declarado “su apoyo incondicional” a las decisiones del gobernador. Firmaron también dos intendentes claves del MPN: el de San Martín de los Andes (anfitrión de la reunión), Carlos Saloniti y el de Zapala, Marcos Koopman. También lo hicieron dos “independientes”, el intendente de Plottier, Luis Bertolini, y el de Centenario, Esteban Cimolai.

Aunque el aparato mediático propagandístico salió a festejar el hecho como una “refundación política”, el texto del acta expresa de qué se trata todo en realidad: “contar con representación legislativa propia en el Congreso de la Nación”. De eso se trata. De “un instrumento sin mejores resplandores que lucecitas montadas para escena”, en palabras del cantautor Silvio Rodríguez. No es otra cosa que un guiso recalentado tomado del MPN.

Un balance brevísimo de seis décadas de neuquinidad

El MPN surgió hace más de seis décadas de la mano de los hermanos Felipe y Elías Sapag, con un planteo central: la defensa de los intereses provinciales (que eran los suyos) contra el centralismo porteño. Felipe Sapag acuñó una frase muy emblemática, cuando decía que la provincia no solo limitaba con otras provincias, sino también con Parques Nacionales (en manos del Estado nacional)

Con esa impronta de chovinismo provincial, el MPN en el poder dirigió la provincia durante esas largas seis décadas en forma prácticamente ininterrumpida. Porque aún en períodos de gobiernos golpistas, nunca el MPN como gobierno y sus intereses, tuvo choques de fondo con el “centralismo porteño”. Muy tempranamente el dictador Onganía premió a Felipe Sapag con el cargo de interventor federal de Neuquén por su papel en desarmar y reprimir la huelga del Choconazo.

Durante la dictadura genocida, es el mismo Felipe Sapag el que en su libro “El desafío” (1994) nos exime de aportar pruebas: “Desde el 12 de diciembre de 1978, en reemplazo del general Martínez Waldner, fue designado gobernador de la provincia del Neuquén, el general Domingo Trimarco que desarrolló – en los cinco años de su gobierno – una buena gestión, tanto en lo administrativo como en el desarrollo económico-social y en el respeto y consideración hacia toda la comunidad neuquina”.

El interventor militar actuaba por cuenta y orden de la dictadura genocida y del “centralismo porteño” encarnado económicamente en el nefasto ministro Martínez de Hoz. Felipe Sapag describe al interventor militar en Neuquén como un afín político. Dicho esto, al margen de la militancia de dos de sus hijos y de la represión ejercida sobre ellos. Es decir, no hay desde su fundación hasta que fue desalojado del gobierno el 10 de diciembre de 2023, un solo rasgo de independencia ni política, ni respecto a la economía del “centralismo porteño” de parte del MPN y sus gobiernos.

Esta posición desde los genes partidarios del MPN, se repitió en el apoyo al “Plan Austral”, los acuerdos petroleros Houston I y Houston II de Alfonsín. El apoyo incondicional del MPN bajo el gobierno de Jorge Sobisch a las privatizaciones menemistas. En el año 1999 en el marco de una interna feroz del MPN entre Felipe Sapag y Jorge Sobisch, el primero se inclinó por apoyar a la fórmula De la Rúa-”Chacho Alvarez” y el segundo por la candidatura de Duhalde.

“La Alianza es aire fresco para la política” manifestó Felipe Sapag al recibir a la fórmula de la Alianza en la Casa de Gobierno en su paso en campaña electoral por Neuquén. No hay aquí el menor signo de choque con el “centralismo porteño”. Esta nula delimitación con los ejes centrales de las políticas de los sucesivos gobiernos nacionales, llegó a la cúspide con el mandato de Jorge Sapag (2007-2011 y 2011-2015), cuando por primera y única vez en su historia la papeleta electoral del MPN fue adherida a la de la candidata Cristina Fernández de Kirchner.

En ese contexto el gobierno emepenista reprimió durante varias horas la movilización que se oponía al pacto secreto con Chevrón que inició la entrega de Vaca Muerta. Ni hablar que con la asunción de Mauricio Macri las relaciones del MPN con el PRO fueron aceitadas y que también los fueron en el 2019 con un nuevo gobierno del PJ (Frente de Todos), a tal punto que durante su campaña presidencial el candidato Sergio Massa visitó Loma Campana acompañado tanto por el gobernador en funciones, Omar Gutiérrez del MPN, como del “neuquizate” gobernador electo, Rolando Figueroa y del intendente capitalino del MPN, Mariano Gaido. De la afinidad del actual gobernador “neuquinizante” con la política del gobierno nacional de Javier Milei (RIGI, hidrocarburos, etc.), no hay mucho que agregar.

Sin embargo…vuelve la burra al trigo

Al actual gobernador, Rolando Figueroa, le fue bien electoralmente con su lema “neuquinizate” como eje de su campaña. Logró volcar a su favor la base y dirigentes de todo un sector del MPN del cual proviene el mismo gobernador (fue vice de Omar Gutiérrez en 2015-2019), así como Zulma Reina, ahora presidenta de la Legislatura en reemplazo de la separada vicegobernadora. Zulma Reina fue secretaria de Estado, Coordinadora de Gabinete y ministra de Gobierno en el mandato de Jorge Sapag del MPN. El plato es nuevo, el guiso es el mismo…pero recalentado.

Una disputa con muchos pretendientes y pocos sillones

En el 2025 en la provincia se eligen tres cargos en el Senado y tres en Diputados del Congreso Nacional. Como lo establece la ley electoral, el que más votos obtenga se queda con dos bancas en el Senado, el segundo en cantidad de votos con la banca restante. La tres diputaciones se distribuyen por sistema D’Hont.

Aunque formalmente no se ha lanzado la campaña electoral, se avizora la conformación de al menos cuatro bloques patronales. Por un lado el gobernador y todo lo que tiene existencia real del MPN, parte del PRO y parte del PJ. También se incluye al Partido Socialista y otros satélites.

La expresión local del “liberfachismo” es disputada por dos sectores. Uno encabezado por la actual diputada nacional Nadia Márquez y el otro por el ex candidato a gobernador de Milei, Carlos Eguía, que rompió con el presidente con serias denuncias de compra y venta de cargos.

Otro sector esta conformado por una parte del PRO encabezada por su presidente, Marcelo Bermúdez, que especula con una unión con LLA y otros sectores ultraderechistas. El último gran bloque patronal es el PJ, que vive la crisis eterna de sus fracciones y que son refractarias de las divisiones a nivel nacional.

Por lo tanto, en el caso de las bancas senatoriales, hay solo para dos fuerzas políticas de estas cuatro. Y diputaciones, en un caso de cierta paridad electoral, podría ser una para los primeros tres en cantidad de votos, si el D’Hont así lo determina.

Las bancas patronales en el Congreso Nacional son el gran factor de negociación y reparto de chirolas de los fondos del fisco nacional en el poroteo de votos que debe armar el gobierno de Milei para conseguir las mayorías parlamentarias. Ese poder de “negociación” tiende a cero sin lo que busca el gobernador Figueroa: una “representación legislativa propia”.

Queda mucha agua para correr bajo los puentes aún, hasta las elecciones, y más si se anulan o suspenden las PASO. Pero los alineamientos se están perfilando. Para la izquierda local, concentrada en el FIT-U, la realidad social, el ajuste en marcha y la generalización de salarios y jubilaciones de pobreza y trabajo precario, aumento de la pobreza e indigencia, deberían ser un acicate para convocar a un Congreso provincial del FIT-U, el activismo y las luchas. Un reagrupamiento a partir de una deliberación sin canibalismo sería un gran mensaje al conjunto de la clase obrera y de todas/os los laburantes que enfrentan día a día la política de los gobiernos. Nuestro planteo está realizado al resto de la izquierda. ¿Recogerán el guante? No se sabe, pero una cosa es segura: nadie espere que tendrá un resultado electoral espectable sin intervenir en la lucha de clases y convocar a deliberar a la izquierda y el activismo.
Un tema central es poder exponer con una gran campaña el guiso recalentado que ofrecen los bloques patronales con el cuento de la “neuquinidad”.

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