Políticas
1/9/2022
¿El pan a $450? Entre la pulseada con panaderos y los beneficios a los agronegocios
Vence el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, después de un año en que el pan aumentó un 98%.
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Pan
Este martes, Matías Tombolini, Secretario de Comercio Interior designado por Massa, mantuvo una reunión con la cámara de panaderos, quienes amenazan con llevar el precio del kilo de pan a $450 si no se mantiene el subsidio para la harina mediante el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino. Este fue creado con el presunto objetivo de controlar el precio de los derivados del trigo y ha demostrado su estrepitoso fracaso, puesto que, desde su creación, el pan ya acumula un aumento del 98%.
Esto impactará de lleno en la mesa de los trabajadores argentinos y sobre todo en productos esenciales de cualquier canasta básica, como es el pan, y a esto también se sumará el aumento en las tarifas que se trasladará al precio final de los productos. Todo en un contexto donde la inflación y la política de tarifazos permanentes continúan perforando los ingresos y el poder adquisitivo de los asalariados.
Los empresarios panaderos alegan que Tombolini está con las molineras y presionan por la continuidad de los subsidios y las molineras alegan que el problema es el precio del pan que imponen las patronales de las panaderías y exigen la eliminación del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino. Todos los eslabones de la cadena se echan la culpa unos a otros y es evidente que la única forma de tener un control sobre las remarcaciones de precios es abriendo los libros de toda la cadena de producción de panificados y nacionalizar el comercio exterior, para que la renta (inesperada o no) sea apropiada por la nación y reinvertida en un desarrollo productivo.
Así y todo, los incentivos fiscales y cambiarios que el gobierno le ofrece al campo no parece cumplir con las expectativas del sector, que pugna por una depreciación mayor del peso, algo que encarecería los costos de producción y acrecentaría la deuda en dólares, y una rebaja en las retenciones, contrario a las metas fiscales que impone el FMI. Igualmente el desdoblamiento cambiario encarece los alimentos, tanto los derivados del trigo como los derivados del maíz (carne, huevos, etc.), entre otras, porque las patronales agrarias trasladarán esa expectativa de un dólar devaluado a los precios del mercado interno, echando leña al fuego inflacionario.
Por lo demás, la primera medida para cuidar la mesa de las familias trabajadoras debe ser un aumento general de salarios y jubilaciones, para que ninguna remuneración se ubique por debajo de la canasta básica familiar.
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