Políticas

4/6/2025

El parate productivo mundial afecta los proyectos de GNL

Los límites del gasoducto San Martín.

Gasoducto San Martín.

Luego de la caída del plan entre YPF S.A. y Petronas para una planta de GNL en la provincia de Río Negro, que iba a generar U$S 50.000 millones en exportaciones, los proyectos sobre GNL nacionales relativizan el papel de Vaca Muerta como proveedora de la materias prima.

Hoy sobreviven dos proyectos de GNL. Uno es el acuerdo original de PAE con Golar sobre un barco licuefactor (con posibilidades de incorporar otro barco). A este proyecto se sumaron luego YPF S.A., Harbour Energy y Pampa Energía. El otro proyecto es el de YPF S.A. asociada a Shell para alquilar uno o dos barcos licuefactores, los que se estacionarían también en Punta Colorada en la provincia de Río Negro, donde YPF S.A. iba a construir la planta del frustrado proyecto con Petronas. Este proyecto está basado en usar gas natural de Vaca Muerta. Pero del gasoducto que podría aportar gas natural desde Vaca Muerta, aún no existe obra alguna que la ligue a Punta Colorada, lugar de asentamiento de los buques licuefactores.

O sea, en el mejor de los casos habría que proveer de gas natural a tres/cuatro buques-factoría amarrados en la costa rionegrina, desde el único gasoducto que pasa a unos pocos kilómetros de Punta Colorada, que es el San Martín, que evacua el gas natural desde el off shore del Atlántico Sur y el on shore de Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut.

Este gasoducto tiene una capacidad de transporte de 30,8 millones de metros cúbicos por día y llega hasta la provincia de Buenos Aires, pasando por Bahía Blanca. La posibilidad que parte de su capacidad de transporte se utilice para abastecer a los buques licuefactores a la altura de Río Negro, depende de dos cuestiones: una sería que se reemplace con gas natural de otro origen la demanda hacia el norte de Río Negro. Otra es que tenga capacidad suficiente para abastecer con materia prima a los buques durante los picos de consumo invernales, lo cual puede intentar resolverse con sobreinyecciones de las productoras. Cuestión que para el gasoducto San Martín no es ninguna fantasía, sino una realidad.

Así lo demuestra la Resolución 25/2025 del Directorio de Enargas, la que menciona que: “a comienzos de 2009 este organismo advirtió la implementación de una operatoria introducida por parte de algunos productores consistente en trabajar contra la máxima presión de operación admisible (MAPO) de gasoducto, priorizándose esta acción por sobre la inyección de sus caudales programados y registrándose considerables incrementos de la presión máxima en los primeros tramos del Gasoducto Gral. San Martín en la zona Fueguina y Austral”. Pero que a pesar que TGS “observó que había adoptado todas las medidas a su alcance para requerir a sus Cargadores y/u Operadores Relacionados la inyección estricta de los caudales programados y/o reprogramados para cada uno de ellos y que a pesar de las comunicaciones diarias por ella emitidas -con expresa indicación de las consecuencias negativas derivadas de la operatoria por encima de los valores de MAPO establecidos para el Gasoducto Gral. San Martín- tales sujetos no habían dado cumplimiento con lo allí requerido”.

Enargas habla de “evitar riesgos y daños” en los ductos, pero en realidad está hablando de posibilidades de que los caños se revienten en zonas pobladas. Tratándose de un gasoducto con tramos que tienen varias décadas de uso, una sobrepresión en base a forzar el flujo y la presión con estaciones compresoras, sería jugar con fuego.
Este es un tema crucial.

Tres o cuatro barcos alquilados … un consuelo de cobija corta

Uno de los barcos licuefactores, el Hilli Episeyo (propiedad de Golar), forma parte del proyecto inicial de PAE con la mencionada empresa utilizará como materia prima unos 11,5 millones de metros cúbicos por día (un tercio de su capacidad total de transporte) del gasoducto San Martín para elaborar 2,4 millones de toneladas anuales de GNL a partir del año 2.027. Sin contar si este proyecto agrega un segundo barco.
Los otros dos barcos son parte del proyecto de YPF S.A. con Shell para una producción de 10 millones de toneladas anuales de GNL a partir de 2.029 y 2.030, que requerirán 45 millones de metros cúbicos por día de gas natural. Ambos barcos los alquilara también Golar.

Un simple cálculo, permite darse cuenta que la capacidad del gasoducto San Martín, suponiendo que se utilice toda su capacidad de transporte, no llegaría a cubrir ni la mitad requerida por los cuatro barcos. No dan los números. Alguien quedará con los pies fuera de la cobija.

Es aquí donde empezarían las “tentaciones” de sobreinyectar volúmenes al gasoducto San Martín.
Sobretodo desde que PAE abrió la posibilidad de extraer gas No Convencional en Cerro Dragón. Lo cual aumentaría la oferta de gas al ducto San Martín. PAE además es socia en la explotación off shore del sur del país. Y PAE tiene el proyecto más cercano en el tiempo asociada con Golar para poner un barco licuefactor en Punta Colorada. O sea es parte del negocio de punta a punta y tendrá una posición dominante en la inyección en el gasoducto San Martín.

El off shore y el gasoducto San Martín

La producción total de gas natural de la Cuenca Austral, punta de inicio del gasoducto San Martín, ronda los 30 millones de metros cúbicos diarios. Por lo que el ducto ya no tiene capacidad de transporta ociosa (que rondaba los 10 millones de metros cúbicos diarios). Mas de dos tercios del volumen transportado proviene de las plataformas off shore en el Atlántico Sur. Es un volumen que puede ser evacuado por el gasoducto San Martín, pero que no es suficiente para alimentar de materia prima a los tres/cuatro barcos licuefactores de los dos proyectos ubicados en la costa rionegrina.

Por lo tanto aún considerando la puesta en funciones solo del proyecto inicial de PAE y Golar (el Hilli Episeyo), para no dejar sin gas a las zonas al norte de Punta Colorada, solo podría utilizarse el gas natural que transporta el gasoducto San Martín en épocas de menor consumo, es decir, durante la primavera-verano. No todo el año.

Hay que considerar que la zona de Bahía Blanca y su polo petroquímico consume gran parte del gas natural que transporta el gasoducto que llega desde el extremo sur. La planta Profertil (que produce la mitad de los fertilizantes que utiliza el país) por sí sola consume 2,5 millones de metros cúbicos de gas por día.

Luego hay que pensar que el gasoducto San Martín abastece de gas natural toda la franja este de la provincia de Buenos Aires, incluida su capital y desde Tandil hacia el mar las ciudades balnearias desde Mar del Plata hasta San Clemente del Tuyú, para ingresar finalmente al AMBA por el lado sur.
En la medida que otros grandes gasoductos puedan reemplazar este abastecimiento, lo transportado por el gasoducto San Martín, ni con el aporte del off shore del Atlántico Sur, puede proveer de materia prima a los dos proyectos de GNL en Punta Colorada.

Como ocurre en el juego de la silla, uno quedará parado, echando sombras sobre las veleidades oficiales para llenar las arcas fiscales con los dólares por la exportación de GNL.
La precariedad de los proyectos se suma a la huelga de inversiones en obras de infraestructura de base ( nuevos gasoductos). El aporte de gas natural de las plataformas off shore han tocado un límite para el gasoducto San Martín.

La anarquía productiva y la competencia intercapitalista, abrirá nuevos y riesgosos capítulos de sobreinyección pactada entre las distintas productoras, pero los fierros del gasoducto sureño, con varias décadas a cuestas, no está para jugar con sobrepasar la capacidad de transporte del diseño original.
Lo cual nos retorna al juego de las sillas: sin nuevos gasoductos uno de los dos proyectos de GNL en Punta Colorada quedará en los papeles.

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