Unos doscientos trabajadores del ex Banco Coopesur han quedado definitivamente en la calle. Era el último banco regional, luego de la desaparición del Banco del Sud. Fue absorbido por el Banco Credicoop.

El Coopesur, heredero de las viejas Cajas de Crédito, se constituyó bajo la tutela de gente vinculada al PC, que organizó un férreo control en las gerencias, en los consejos de administración y en la representación gremial de su personal.

Contra lo que pudiera creerse, por esta composición, el Coopesur fue uno de los bancos precursores en la aplicación de la ‘flexibilización’  laboral. Una importante cantidad de trabajadores fue contratada en forma temporaria y se extendió la jornada de atención al público en una hora, política que sólo ha introducido en nuestro medio el Banco Francés.

Los funcionarios (¿militantes?) del Coopesur jugaron un papel muy activo en la consolidación de Previsol, la jubilación privada de la banca cooperativa. Los mejores hombres fueron destinados al gerenciamiento y promoción de esta AFJP, poniendo como gerente de la misma a un viejo dirigente de la Federación Juvenil Comunista, miembro por ese entonces de la Comisión Gremial Interna (representación de los trabajadores bancarios) y, como promotores, a otros delegados sindicales presentados por sí mismos como combativos.

Estos son los motivos por los que el PC no planteó la derogación del régimen de las AFJPs.

Por medio de la Comisión Gremial Interna, integrada entre otros por un miembro del Comité Central del PC (José Lualdi), esta corriente forma parte de la CTA.

Este círculo se ha cerrado ahora con el despido de alrededor de 200 trabajadores, ‘justificados’ por la absorción del Coopesur por el Credicoop.

Ninguno de los cesantes integra el PC.

El dirigente nacional José Lualdi ha ‘cerrado’  el conflicto con estas palabras: “Hemos pagado un costo, pero hemos logrado salvar la presencia de la banca cooperativa en nuestro medio, para poder seguir asistiendo a la pequeña y mediana empresa”.