Carlos Melconian, el elegido por Patricia Bullrich para ser su ministro de Economía en caso de ganar las elecciones, presentó su plan económico. Se trata de un paquete antiobrero e inflacionario, que no representa salida alguna a la crisis del país.

Por un lado, prometió levantar el cepo, permitiéndoles a las multinacionales girar sus utilidades con mayor facilidad, en lugar de reinvertirlas en el país. A su vez, dijo que llevaría el dólar oficial “entre $440 y $550”. Lo anterior, sumado a la propuesta de eliminar las retenciones a las economías regionales, conllevará un salto inflacionario devastador para el bolsillo popular.

También planteó profundizar el ajuste, recortando subsidios (compensado con tarifazos) y planes sociales. En contraste, tiene en carpeta otorgar más rebajas impositivas a las patronales. Como vemos, el plan Bullrich-Melconian encierra un ataque en regla contra las mayorías y premios para los capitalistas.

Por otra parte, propuso una reforma laboral que emule el “modelo casual australiano”, una modalidad de contratación donde el empleador le asigna horas a los trabajadores de acuerdo a su productividad y no existe la indemnización por despido ni el derecho a huelga. Eso, bajo la falsa promesa de fomentar el empleo, omitiendo que en los ´90 la flexibilización laboral convivió con cifras récord de desocupación. A su vez, pretende ejecutar una reforma previsional “a la Macron”, es decir, elevando la edad jubilatoria, la cual fue combatida en Francia con tres meses de huelga.

A su turno, volvió sobre la idea de la bimonetariedad, lo cual habilitaría el cobro en dólares de servicios públicos, alquiler, etc., mientras los salarios quedarían en pesos cada vez más devaluados. El bimonetarismo del plan económico de Melconian se sostendría sobre la base de un régimen de facilidades para la utilización de los dólares que los capitalistas tienen guardados “abajo del colchón” sin tener que dar explicaciones a la Afip sobre la procedencia de los mismos, lo cual equivale a un amplio perdón fiscal a los evasores. El único resultado sería habilitar un circuito para la especulación financiera sin rendir cuentas y con facilidades para fugar luego sus ganancias.

El intento de Bullrich de mostrar que con un “equipo técnico capacitado” va a sacar adelante al país ya fracasó con Macri, porque no se trata de un problema de idoneidad sino de cuál es el interés social que se defiende. El programa de Melconian consiste en la profundización de un rumbo que nos ha conducido a la debacle actual: el de descargar la crisis sobre los trabajadores en favor del lucro capitalista. Son recetas que, en mayor o menor medida, anidan en la plataforma de los tres candidatos presidenciables. A los trabajadores nos toca preparar la lucha para enfrentarlas.

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