Políticas

16/11/2023

El planteo de IS convertiría al FIT-U en un engranaje del régimen político

Massa y Milei.

El raíd de Rubén Sobrero por los medios –particularmente vinculados al peronismo y al kirchnerismo- se ha convertido en un punto no desdeñable de apoyo a la candidatura de Massa, sobre todo en un sector de la población que no solo no lo votó en las elecciones previas sino que lo enfrentó en las calles en los últimos dos años para quebrar el ajuste brutal contra los trabajadores que acredita el ministro-candidato en su haber.

Esta orientación de IS, oportunista y contraria a la lucha por la independencia política de la clase obrera, ha llevado a que muchos de sus militantes jugaran el triste papel de defender a viva voz, en asambleas y reuniones de delegados de numerosos sindicatos, el voto a Massa, arrancando el aplauso de la burocracia pejota-kirchnerista. Colaboran así en favor de la confusión de unos cuantos y de la desazón de otros, como ha ocurrido en asambleas de delegados del Suteba de Baradel.

Esa tarea de confusión es asumida por Sobrero, cuando señala que “vamos a acompañar a esa franja de millones que votaron a Massa solo por buscar parar la llegada de Milei al gobierno” (Página 12, 15/11), mediante una campaña que enaltece a Massa.

Con Massa, ¿otro capitalismo es posible?

Rubén Sobrero defiende votar a Unión por la Patria “porque Javier Milei es un límite, porque pretende un capitalismo que nos lleve a la barbarie” (Página 12, ídem). Semejante afirmación es mucho más que un “voto crítico” a Massa, es la consideración de que con el peronismo estamos en presencia de un capitalismo de rostro humano con los trabajadores, ajeno a la barbarie, y que por lo tanto sería un campo progresivo que la clase obrera, y hasta los revolucionarios, deberían apoyar.

Rescatar el otro capitalismo de Massa, respecto del capitalismo de Milei, deja de ser un planteo “táctico” erróneo para convertirse en un rescate estratégico del capitalismo desenvuelto por el peronismo y del papel de conciliación de clases que juega el nacionalismo burgués en Argentina. Por eso, se omite señalar a quienes apoyan a ese capitalismo supuestamente “no barbárico”: la inmensa mayoría de los sectores de la burguesía argentina y del imperialismo, y la gran mayoría de los representantes políticos de los partidos patronales, incluyendo a aquellos súpercríticos contra el kirchnerismo, como el exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey o el exjefe de campaña del cordobés Schiaretti, Diego Bossio.

Al ponderar al capitalismo de “rostro humano de Massa” no se hace tampoco mención ni a los salarios de pobreza, ni a la desocupación creciente, ni al 64% de niñas, niños y adolescentes en condiciones de pobreza, ni al plan de guerra contra los trabajadores que Massa expuso en los tres debates presidenciales, ni a las amenazas contra aquellos sectores de la clase obrera que salen a la huelga en defensa de sus reclamos.

Un pequeño plato en el juego burgués

En la campaña proMassa de IS, de la cual Sobrero es el principal vocero, el dirigente ferroviario declaró: “Si Milei llega a ganar por 300 mil votos y votaste en blanco, ¿qué hacemos?” (Página 12, ídem). Sobrero asume así la responsabilidad del FIT, en su opinión, de ser el agente desbalanceador en una disputa burguesa que está con resultado abierto. Esto también deja de ser táctico para transformarse en un salto en el papel estratégico que en el pensamiento de IS debería jugar el FIT en el sistema político burgués de la Argentina. Nadie sabe cuántos serán los votos en blanco, ni tampoco cuál será su procedencia, pero IS declara “con los votos blancos nuestros no” (nuestros votos deben garantizar el triunfo del capitalismo de Massa). Además, una derrota del peronismo sería responsabilidad de él mismo; no por nada perdió 3 millones de votos desde 2019 hasta ahora.

¿Y si con los 300 mil votos de los que habla Sobrero gana Massa, como señaló un compañero en uno de los debates realizados por el Partido Obrero esta semana, qué hacemos? ¿El FIT debería salir a adjudicarse los votos estratégicos del triunfo del ajustador y pagador serial del FMI?

Rechazamos esta orientación, favorable a votar al supuestamente menos bárbaro de los representantes capitalistas.

La izquierda revolucionaria debe desnudar el carácter rabiosamente antiobrero y entreguista de ambos contendientes patronales, única manera de colaborar a preparar realmente a la clase obrera para enfrentar el ajuste que se viene e, incluso, una eventual avanzada del liberfacho.

Pretender que el voto a Massa refuerza el campo popular es atar de pies y manos a la clase obrera frente al avance derechista tanto de la Unión por la Patria como de La Libertad Avanza.

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