Milei, con el verso de la dolarización, prometió estabilizar la economía. En cambio, tenemos la mayor inflación desde 2002 y un ajuste brutal en perjuicio de la mayoría de los habitantes y que tiene como beneficiarios a los sojeros, las petroleras y la “casta” de los Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000), Elsztain (Irsa), Paolo Rocca (Techint), los bancos y los fondos acreedores (como BlackRock, Templeton, Fidelity) que ven subir los bonos y acciones  en la bolsa.

El fracaso de la “ley ómnibus” y los cuestionamientos judiciales al DNU han dejado como principal objetivo del gobierno continuar profundizando el ajuste que se inició con la devaluación de la moneda y la “motosierra” al gasto social, en educación, salud, transporte y va a continuar con los tarifazos en electricidad, gas y combustibles.

La devaluación y el ajuste fiscal en marcha han revelado el corazón del plan de Milei. Producir una brutal reducción del gasto del Estado con ajustes y recortes para generar un superávit para pagar a los acreedores de la deuda, que poseen bonos desvalorizados, y provocar el hundimiento del peso para favorecer a los exportadores y a toda la burguesía con una desvalorización de la fuerza de trabajo.

Suben los bonos y la bolsa, festeja la “plaza financiera”

“El buen resultado de las cuentas públicas”, dice una periodista de finanzas, “si bien es el motivo central, no fue el único dato que incorporaron hoy los operadores”. Refiriéndose a “los resultados de la licitación de deuda del Tesoro para renovar vencimientos por $1,9 billones, operación en la que recaudó un excedente de $3 billones que destinó a recomprar títulos de deuda en dólar al Banco Central. Caputo eligió el AL35, cuyo precio ‘voló’ ayer en el mercado con subas de 8,6% al cierre” (Infobae, 20/2).

Como sabemos, “el gobierno de Javier Milei, en el mes de enero, no ejecutó ni un peso en ocho de las nueve partidas del programa de políticas alimentarias. Entre ellas, la destinada a comedores comunitarios y merenderos, que tiene asignado un monto de 34.339 millones de pesos” (Infobae, 10/2). Los 3 billones que se destinan a favorecer a los bonistas alcanzan para cubrir 87 meses de asistencia a comedores comunitarios, o sea 7 años y dos meses. Eso destinó Caputo en una sola operación a la compra de un bono para ayudar a que suban de precio .

Los bonos de deuda  han tenido el mayor impulso de suba de precios desde que fueron emitidos en el canje del exministro Martín Guzmán en el gobierno de Alberto Fernández. En esos días el precio de corte de los bonos fue de 54 dólares y desde su emisión no pararon de caer; ahora ya alcanzan 47 dólares, luego de haber caído a menos de 20. El “riesgo país” que miden los bancos acreedores ha descendido a 1.700, el menor nivel en años. Los bonistas de festejo.

El ministro de Economía busca el “déficit cero” y el superávit para impulsar la suba de la deuda y mejorar el perfil de la bonos para poder seguir endeudándose. Todo es para favorecer a la “plaza financiera”.

La dolarización es un rescate de la deuda

La dolarización, principal consigna de la campaña electoral, siempre fue un planteo de rescate de la deuda. Un plan al servicio del capital financiero.

Milei publicitó el plan ideado por Emilio Ocampo, economista con bastante experiencia en canjes de deuda y que trabajó en varios bancos de inversión viejos agentes de los fondos buitre. Cuando Javier Milei gana la presidencia finalmente entronizó a Luis “Toto” Caputo en el Ministerio de Economía y a Santiago Bausili al frente del BCRA, viejos conocidos del capital financiero que trabajaron para el Deutsche Bank -fue la razón por la que Bausili fue procesado por el juez Casanello por encontrarlo “prima facie” autor del delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”,  y embargado por 40 millones de pesos.

La acusación fue en la causa “Megacanje II”, debido a que Bausili avaló que el Deutsche Bank hiciera colocaciones de deuda pública por lo que obtuvo de entre el 0,12 y el 0,18% (de 7.000 millones de dólares). La Cámara Federal lo desprocesó con voto dividido y en tiempo récord, para que a las horas Bausili fuera designado presidente del Banco Central. En la misma causa también habían sido denunciados los entonces exfuncionarios Caputo y Mario Quintana.

Caputo y Bausili eran los socios de Anker Latinoamérica, una consultora que preparó un estudio sobre la dolarización. Sin descartarla, hace una serie de observaciones y sostiene que “la columna vertebral del próximo programa económico debe ser el equilibrio fiscal”. Además, estipula un ajuste fiscal equivalente al 7% del PIB e incluye la obtención de US$ 40.800 millones para que Argentina canjee su base monetaria y pasivos en pesos a un tipo de cambio de 490 pesos por dólar, de acuerdo a la cotización del dólar blue cuando fue publicado el documento, en mayo de 2023 (CNN Español, 2/12/23)

O sea que quienes hoy manejan el Ministerio de Economía y el Banco Central dicen que sin los dólares es inviable la dolarización. ¿Los tienen ahora?

“Compraste 7.600 millones de dólares, pero las reservas siguen siendo negativas en 6.500 millones. Y en simultáneo emitiste un bono en dólares del BCRA, así que salvo que le prendas fuego al BCRA, lo tenés que pagar. No estás para dolarizar”, dice Marina del Poggeto de la consultora Eco Go, y agrega que “el mercado no está escuchando a Milei, sino viendo lo que hace Caputo” (Infobae, 18/2).

Los pasos de Milei hacia la dolarización han sido hundir la moneda nacional a menos de la mitad de su valor, y generar una estampida inflacionaria que se sumó al recorte del gasto para mostrar la disposición de pago a los acreedores. Pero los dólares que dijo en campaña tener comprometidos para dolarizar no aparecieron.

La dolarización es “un régimen monetario poco flexible”, explica un economista entrevistado por Perfil. “Nuestros principales socios comerciales son China y Brasil, que no tienen el dólar como moneda. Si esos países devalúan vamos a empezar a estar caros nosotros en dólares y cuando no podés ajustar por precio, ajustas por cantidad. ¿Qué significa? Que le vas a empezar a vender menos a Brasil” (Perfil, 17/2)

El alineamiento del gobierno con el imperialismo

Una dolarización sería una subordinación total a los vaivenes de Wall Street y un traslado de las leyes de Estados Unidos al terreno local, no solo en el ámbito financiero. La política de sanciones del imperialismo norteamericano a quienes se “insubordinan”, en medio de la guerra comercial, podrían ser de aplicación inmediata con un país dolarizado. O sea que sería un avance en la colonización del país, que tuvo el precedente de las “relaciones carnales” durante el gobierno de Carlos Menem.

Milei ha dado sobradas muestras de alineamiento en el corto lapso de su gobierno. A su asunción invitó a Bolsonaro y a Zelensky, el gobernante de Ucrania. Luego fue a Israel a mostrar su adhesión al gobierno genocida de Netanyau y anunciar el traslado de la embajada Argentina a Jerusalem. Ahora, ante la visita del canciller del Reino Unido a las Islas Malvinas, lo consideró sin necesidad de comentarios. La subordinación colonial del gobierno de Milei es total.

Los planes de los partidos patronales consisten en seguir devaluando la moneda y los salarios con nuevos ajustes para trasladar la riqueza a los acreedores financieros. La debacle cambiaria y la inflación imponen el debate entre los trabajadores sobre un plan económico al servicio de sus necesidades. Debemos unificar fuerzas en un plan de lucha nacional que levante las reivindicaciones inmediatas de aumento salarial, ayudas a los desocupados y también impulsar un plan económico que ponga fin a los ajustes del FMI y la banca acreedora.

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