Políticas

6/5/2025

Elecciones porteñas y el escenario nacional

Editorial de Gabriel Solano 14 Toneladas T2E13.

Candidatos porteños.

Decidimos esta semana tratar de analizar más en profundidad lo que está en juego en las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. Si uno ve la elección desde el punto de vista institucional, es una elección menor, es una elección intermedia, donde solo se elige la mitad de la legislatura, es decir 30 legisladores. Habitualmente una elección de este tipo no concentra demasiada atención ni de los medios de comunicación ni de las fuerzas políticas y aún menos del electorado, porque, insisto, es una elección parlamentaria menor de una legislatura local.

Sin embargo, en esta oportunidad es evidente que no es así. Es una elección que ha concitado muchísima atención del gobierno nacional, que puso nada más y nada menos que al vocero presidencial, Adorni, a la cabeza de la lista de La Libertad Avanza; del macrismo, que se está jugando la vida, es el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; del peronismo, y por supuesto, nosotros desde la izquierda, estamos empeñados en luchar por una gran elección. ¿Por qué esta elección, que insisto desde el punto de vista institucional es menor, se ha convertido en una gran pulseada política que supera incluso a la Ciudad de Buenos Aires y tiene un alcance nacional? Bueno, porque es una elección en la cual se está jugando una transición política importante y se está discutiendo un rediseño de régimen político que lleva en Argentina varias décadas y el gobierno está tratando de forzar la mano y ver si lo puede modificar a su favor.

Una mirada amplia de un régimen político argentino uno tiene que verla en el 2001 y la gran crisis del 2001, en la quiebra de la convertibilidad y después la rebelión popular que terminó volteando al gobierno de la Rúa y de Cavallo, que eso fue un punto de inflexión política en Argentina, incluso no solo desde punto subjetivo en el pueblo, porque aparecieron movimientos de lucha muy importantes, un movimiento piquetero independiente, un impulso al sindicalismo combativo, un impulso del movimiento estudiantil combativo, sino que también se hizo un cambio en el régimen político capitalista. El partido de de la Rúa, que era la Unión Cívica Radical, quedó golpeado muy duramente por el 2001 y hasta el día de hoy –ya han pasado más de dos décadas- la Unión Cívica Radical no se puede levantar como una alternativa política nacional; no ha tenido de esa fecha hasta acá candidatos presidenciales, salvo por una excepción que tuvo uno que debe haber sacado el 1% de los votos. Es decir, que eso golpeó muy duramente a la Unión Cívica Radical, que era el partido histórico de lo que se llamaba las clases medias en Argentina. Y ese lugar lo vino a ocupar el PRO; el PRO reemplazó en buena medida Unión Cívica Radical y la UCR se acopló al PRO como una especie de variante menor de una centroderecha de Argentina. Entonces, fue un cambio sustancial, un cambio importante. Y el PRO, de alguna manera amoldándose por derecha al clima del 2001, empezó a hacer un clima antipolítico, un clima de gestión, es decir que se vayan todos, que era el grito de la calle de la Argentinazo en el PRO se procesó desde el punto de vista que acá no hacemos política, sino es mera gestión a favor de los vecinos. Este fue el discurso dominante.

Pero esto no solamente se limitó a la centroderecha, también hubo un impacto en el peronismo, porque el peronismo para tratar de mimetizarse al clima del 2001 llevó a que el kirchnerismo, que era un ala del peronismo más clásico y que había gobernado con Menem, se izquierdierdice, especialmente en su relato, cambie el método de dominación política y el kirchnerismo pasa a dominar durante muchísimo tiempo al peronismo, al menos desde el punto de vista nacional; en las provincias pasan realidades distintas que hay que seguirlas, pero son realidades que más tienen que ver con los viejos partidos provinciales que con una proyección nacional de distintas gobernaciones. Entonces, este cuadro político se mantuvo durante mucho tiempo, una especie de polarización de la Argentina entre una centroderecha que tenía como fuerza hegemónica el macrismo, y un peronismo que tenía, digamos, un peso decisivo del kirchnerismo.

Esto entra en crisis luego del fracaso del gobierno de Macri y entra en crisis después del fracaso de gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner, y de Sergio Massa y lleva a la presidencia, finalmente, a Javier Milei Javier. Y Milei quiere ahora modifica ese régimen político dándole a La Libertad Avanza, y especialmente a su figura, un papel relevante en Argentina para establecer un gobierno de tipo personalista -lo que hemos llamado nosotros un gobierno de tipo bonapartista- y para eso tiene que tratar de ganar elecciones y especialmente tiene que tratar de derrotar en su propio campo a la derecha, que le compite para hacer, digamos, que lo fuerce un gobierno de unidad.

Entonces, Milei hasta el momento se ha resistido a todo tipo de acuerdos y por eso en la Ciudad de Buenos Aires va con lista propia y no hubo un acuerdo con el PRO. Hizo lo mismo en Santa Fe, no tuvo un buen resultado, pero sigue insistiendo en tratar en esa dirección. Y en la provincia de Buenos Aires también se resiste a un acuerdo con el PRO y está buscando comprarle al PRO sus dirigentes más taquilleros frente al electorado pero no hacer un acuerdo directo con el macrismo; y para poder viabilizar esta política tiene que, al menos en la Ciudad de Buenos Aires, si no sale primero salir segundo, es decir, ganarle al PRO, derrotarlo en su distrito y forzarlo por lo tanto a una rendición incondicional o a una venta masiva de sus dirigentes a bajo costo.

Eso es lo que está planteado acá. Es decir, un rediseño de la centroderecha que es importante de acuerdo a como venía Argentina del 2001. Pero también pasa en el peronismo. Porque si uno ve la candidatura especial que tiene acá Leandro Santoro, que incluso él mismo no se reivindica peronista, sino que tiene un pasado radical alfonsinista, es un armado del peronismo con un no peronista a la cabeza y cuya estrategia, el propio Santoro la proclama abiertamente, es hacer de la Ciudad de Buenos Aires una experiencia política parecida a lo que es el PJ cordobés. Es decir un partido de tipo medio provincial que es el receptáculo de los intereses capitalistas más importantes de la provincia de Córdoba. En Córdoba, ¿cuáles son? las automotrices, todo el capital agrario instalado en diferentes lugares de la provincia, ese es el capital dominante. En la Ciudad de Buenos Aires ¿cuál es el capital dominante? El sistema financiero que tiene su sede central en la ciudad, el capital inmobiliario, el capital que maneja el turismo, el capital que maneja el juego, es decir, esos grandes intereses capitalistas; Santoro dice “tenemos que hacer un PJ a lo cordobés y del kirchnerismo no queremos nada; por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner en la campaña de la Ciudad de Buenos Aires, nada. Ella vive en la Ciudad de Buenos Aires, pero no se la ve y es o no sabemos si un acuerdo con Santoro o una imposición de Santoro, pero sea una cosa, o sea la otra, lo importante es que el kirchnerismo está quedando marginado de la elección de la Ciudad de Buenos Aires y los camporistas que integran la lista de la ciudad están calladitos tratando de lograr una banca y de esa manera usufructuar una parte del presupuesto del Estado para sí y para su fuerza política, pero no hacen campaña kirchnerista.

Entonces ustedes se dan cuenta que es una elección que se está buscando una transición política de una derecha, la cual quiere copar Milei, y en un peronismo en el cual se quiere marginar más al kirchnerismo. De alguna manera lo que pasa en la Ciudad de Buenos Aires tiene un reflejo en la provincia de Buenos Aires. ¿Por qué? Porque Kicillof también quiere marginar a Cristina y, como él dijo, tocar una nueva partitura. No dijo cuál es la partitura que quiere tocar, pero todo el mundo supone que es una nueva partitura, menos estatista, más privatista, más ligada al capital financiero internacional; muchas de las cosas que Kicillof ya hizo cuando fue ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner, porque finalmente él fue el artífice del acuerdo con Chevron para la explotación de Vaca Muerta.

Ahora, si uno toma esto globalmente, lo que pasa en la centroderecha y lo que pasa en el peronismo, tiene que concluir que es un movimiento en general a la derecha, porque la derecha se va más a la derecha con Milei y el peronismo se va más a la derecha con este tipo de armados. Es un movimiento más a la derecha de todo el régimen político. Ese movimiento a la derecha de todo el régimen político ¿qué refleja desde el punto de vista de las clases sociales reales del país?, ¿es solamente una cuestión superestructural o tiene un reflejo? Yo creo que tiene un reflejo y el reflejo que tiene justamente es que la clase capitalista toma en su conjunto, impulsa un giro a la derecha para avanzar sobre las conquistas obreras y populares: flexibilidad laboral, reforma previsional, destrucción del salario, privatizaciones, alineamiento con los yanquis. Esa es la línea dominante que se expresa además, por ejemplo, en el régimen político con reducciones de la edad de imputabilidad para los pibes, una política más represiva contra los movimientos de lucha. Todo eso refleja finalmente la presión de la burguesía sobre sus partidos para un giro más a la derecha imponiendo una salida antipopular a la crisis que vive el país.

Y todo esto se vio manifestado de una manera, digamos, se quiere hasta niveles impensados en el debate de candidatos del otro día, ese debate de candidatos nefasto que no sabemos si lo vio mucha gente, no tuve acceso a números de rating, tuvo más, posiblemente, repercusión en las redes sociales o en comentarios periodísticos posteriores. Pero si uno ve la naturaleza del debate, ve claramente un corrimiento a la derecha, los candidatos todo el tiempo atacando a los sectores más empobrecidos, hablando del conurbano bonaerense como si fuese una amenaza hacia la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, como reflejo del pobrerío del país; el ataque permanente a los piquetes y a las acciones de lucha de la población asimilándolos a problemas de tránsito, vaciándolos del contenido real que tienen esos reclamos; el ataque a los "fisuras", como expresa permanentemente el candidato Marra, lindante con el fascismo, y el alineamiento de todos los candidatos -obviamente salvo el Frente de Izquierda- con la política genocida del Estado de Israel, porque todos con la candidata del radicalismo, Larreta, todos, atacando al Frente de Izquierda por defender al pueblo palestino de la masacre sionista, entonces todo esto compone realmente un giro a la derecha de una situación impulsada por la clase capitalista y su política reaccionaria, antiobrera, antipopular.

Eso es lo que está en juego en estas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. Y para el Frente de Izquierda, que obviamente rechaza esta política, la importancia de estas elecciones consiste justamente en abrir curso a una salida de lucha, una salida de organización, una salida de pelea en defensa de los intereses populares y de oposición integral al régimen político, ya no solo al gobierno de Milei en el cual nosotros nos destacamos por ser opositores, sino al conjunto del régimen político de su partidos e instituciones. Eso es lo que está en juego en esta elección. Es decir está en juego una salida popular que solamente la refleja el Frente de Izquierda, y el ataque permanentemente a los zurdos, que en el debate candidatos fue, digamos, una cosa permanente de diferentes sectores políticos, es importante porque solamente la izquierda, solamente los que defendemos la causa socialista podemos mostrar que somos opositores a este régimen. Todos los demás, de una u otra manera colaboran.

Es interesante cuando uno va a ver esta campaña detenerse un minuto en la plataforma del candidato Santoro para ver cómo en él también se expresa este giro a la derecha; habla de crueldad, expresa sentimientos pero cuando uno va a ver su plataforma, él dice lo siguiente: yo mantengo todas las tercerizaciones que existen, yo mantengo todas las privatizaciones que existen en la Ciudad de Buenos Aires, solo que yo lo voy a controlar y el gobierno actual no lo controla. Es decir, la única distinción entre Santoro y el PRO y eventualmente Milei es que él va a controlar lo que otro no controla. Ahora, alguien le dijo a Santoro con mucha justeza que el peronismo, por ser la principal oposición de gobierno de Jorge Macri desde el punto de vista parlamentario por la cantidad de diputados que tiene, hoy tiene la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires y la tiene desde hace muchísimo tiempo atrás y prácticamente no hizo ninguna denuncia sobre los negociados del gobierno de Macri. Es decir que si el problema hubiese sido los negocios y la corrupción tienen un instrumento muy poderoso para hacerlo y no lo hicieron. ¿Por qué lo van a hacer ahora? Es una mera promesa de campaña. Es decir, no plantea ninguna modificación sustancial de la política de Macri, solamente un mayor control, que no ejecutaron teniendo ellos la auditoría para hacer ese control.

Entonces este giro a la derecha es interesante registrarlo como una manifestación general de la política capitalista en Argentina. Y la izquierda tiene que jugarse en lo que queda de estas elecciones, y lo hago extensivo a las elecciones de este domingo 11 en Jujuy, en Chaco, en Salta, es decir, hay otras elecciones provinciales que también tienen un valor importante y en la cual un paso adelante de izquierda, una buena elección de la izquierda, nos coloca en mejores condiciones para cumplir una función progresiva en la situación política argentina, que es impulsar las luchas que veíamos al comienzo de esta editorial, es decir, que están en curso y que se a profundizar con seguridad en las próximas semanas como resultado de la carestía, de la destrucción de salario, de la caída de las jubilaciones y especialmente para crear una salida política que solamente puede ser de izquierda, que solamente puede ser del lado del socialismo ante un gobierno derechista que tiene muchísimas crisis y que las quiere descargar sobre las espaldas de los trabajadores.

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