Políticas
12/9/2019
Emergencia alimentaria: una sesión del pacto social
En un parlamento amordazado. El FIT convocó a luchar
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En el día de hoy, se realizó una “sesión especial” en el Congreso Nacional, no para dar una respuesta de fondo a la llamada “emergencia alimentaria”, sino para frenar la creciente lucha de los trabajadores desocupados piqueteros que ha conmovido la Capital y todo el país. Porque el proyecto presentado por la ‘oposición’ F-F, pero apoyado por el oficialismo, si bien aumenta en un 50% el presupuesto destinado a los comedores populares (un incremento de unos 10 mil millones de pesos), no incorpora los otros reclamos de los piqueteros: aumento de los montos y la cantidad de planes de empleo para que abarquen a todos los desocupados, etc.
Después de más de tres meses, donde el Congreso no se reunía, a pesar que el país está atravesando una pavorosa crisis, lo hizo de emergencia para sacar de la calle a los piqueteros y llevar sus reclamos contra el hambre y la desocupación a una inocua ‘parlamentarización’.
Otros problemas de primer orden: la reestructuración-reperfilamiento de la deuda externa, los acuerdos con el FMI, la ola de despidos, suspensiones y cierres de fábricas y otros infinitos problemas que aquejan a la clase obrera y los explotados, la burguesía y sus partidos no quieren que se meneen en un debate público.
Esta sesión estuvo amordazada. Se discutía solo este punto. Aparte, las presidencias de los bloques políticos burgueses llegaron a un ‘acuerdo’ para una sesión breve, express. Se le daba solo 5 minutos de intervención a cada bancada. Cuando el diputado Nicolás Del Caño quiso intervenir en la apertura planteando que se discutiera un proyecto de ley para un aumento salarial de emergencia, el ‘dialoguista’ presidente de la Cámara, Emilio Monzó, le cortó la palabra e hizo votar que era improcedente discutir cualquier otro tema. Así en un par de horas se aprobó –previo canto del himno nacional- la prórroga de la ley de emergencia alimentaria aprobada en el 2002.
Este trámite express fue acordado, lo que evidencia que el “pacto social” anunciado como una de las primeras medidas de un próximo gobierno de Alberto Fernández está ya en plena vigencia. Se trata de un acuerdo político más amplio, como se evidencia en que fue Fernández el que señaló que el dólar debía ser llevado a $60 o que había que reestructurar la deuda con el FMI, cosa que viene armando el macrismo.
El gran ausente-presente en el debate del Congreso fue el movimiento piquetero con sus movilizaciones y acampes. La gran mayoría de los bloques planteó que había que prevenir para que no estallara la movilización popular.
El diputado Daniel Arroyo (Red por la Argentina) planteó: “Estamos ante una situación difícil. Nadie quiere encender la mecha, nadie quiere tirar piedras, todos ternemos que ayudar en serio en un contexto delicado, porque hay gente que la pasa mal de verdad”.
“Toti” Flores, enrolado en las filas de Elisa Carrió, habló en nombre del oficialismo macrista. Dijo que “la sociedad está harta del conflicto” y pidió para el futuro “diálogo entre todos”. No tuvo empacho en nombrar a un dirigente ‘sindical’, como ejemplo. Se refirió al fallecido ‘Momo’ Venegas, del sindicato de los obreros rurales (Uatre), que trabajó siempre a favor del gobierno macrista y de las patronales agrarias, hundiendo al trabajador del campo en la miseria y la total precariedad y flexibilidad laboral. Según el ‘Momo’ de la crisis argentina se “sale trabajando” (Flores ni pensó que los desocupados son un tendal de cierres y despidos masivos). Pero Flores rogó que “ojalá que aquellos que están acampando y cortando calles se vayan a su casa después que este proyecto sea aprobado”. Con hambre y desocupación, pero que se vayan.
Leonardo Grosso, del Movimiento Evita, planteó que “el hambre en Argentina es un problema moral” y propugnó que “tenemos que empezar a producir políticas que nos permitan resolver esto de fondo”. Se suma así, a la política del pacto social frente a la cual los trabajadores tienen que aceptar algún paliativo ‘hasta’ que se armen y triunfen hipotéticas ‘políticas de fondo’. Cecilia Moreau del Frente Renovador y Victoria Donda, integrada al frente de F-F, también colocaron su apoyo al proyecto de ley en nombre de la “paz social” –como si la lucha popular pudiera ser cancelada con paliativos como éste. Romina Del Plá les respondió y advirtió que la "paz social" que promueve el peronismo consiste en bloquear la movilización popular para hacer pasar un plan de guerra contra la clase obrera. Es el ataque al salario y al trabajo que solo puede conducir a una ampliación de la población trabajadora que depende de un comedor popular para alimentarse.
El portavoz del bloque Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi, “agradeció el acompañamiento del oficialismo a la iniciativa” del debate parlamentario de este proyecto “en un clima de tenue tensión social”.
La intervención de la izquierda
Solo la izquierda, representada por los tres diputados del FIT denunció el pacto social en ejecución y llamó a que la clase obrera y los explotados no se sacrifiquen, sino que defiendan su salario y condiciones de vida, que se entable una lucha para que la crisis la paguen los capitalistas.
Nuestro voto a la ley que, aunque limitada, establece el aumento a la asistencia alimentaria por la que se movilizaron y acamparon en todo el país cientos de miles de desocupados y las agrupaciones combativas del movimiento piquetero, fue no obstante fundamentado por una denuncia cabal de esta situación.
La diputada del PO-FIT, Romina Del Plá, tenía un cartel pegado en su banca que decía: “VIVA EL ACAMPE PIQUETERO. Abajo la represión”. Comenzó su intervención “saludando a mis compañeros del Polo Obrero y de otras organizaciones que están acampando en la avenida 9 de Julio y en 13 provincias” por trabajo genuino, apertura y aumento de los montos de los programas sociales y más y mejores alimentos para los comedores. Repudió la represión desarrollada en el día de ayer contra los piqueteros frente al Ministerio de Desarrollo Social, “un clásico ya de Larreta y la ministra Bullrich”. Y denunció la ‘parlamentarización’ del reclamo. Criticó a Alberto Fernández porque planteó abandonar la calle. “Qué caradurez decirles a los docentes de Chubut que abandonen la calle cuando no les pagan y les mandan la patota de la burocracia sindical petrolera. “¿Es un anticipo de una represión tercerizada en la burocracia que se va a aplicar en un futuro pacto social?”, preguntó Del Plá. Denunció el pacto social que se está armando porque viene a tratar de imponer una calma a los trabajadores sin dar satisfacción a ninguno de sus reclamos.
Desde la banca del Partido Obrero no sólo tradujimos estos reclamos bien concretos de las organizaciones piqueteras en lucha en un proyecto de ley -incluyendo la duplicación de los montos de los planes (hoy en $7500) y la apertura de los programas sociales-, sino que volvimos a insistir con nuestros proyectos de prohibición de despidos y suspensiones, aumento de emergencia de $10.000 para todos los jubilados y pensionados, salario y jubilación mínima equivalente a la canasta familiar, aumento del seguro al desocupado para que no sea inferior al 60% de lo que percibía como salario. Para defender ese programa, no corresponde depositar ninguna confianza en el parlamento de los agentes del FMI, sino superar la tregua de la CGT y poner en pie de lucha al conjunto de la clase obrera. Por eso Romina culminó su intervención llamando a defender las luchas de los trabajadores y a concurrir al plenario de los trabajadores ocupados y desocupados que se va a realizar el sábado 14 en la sede del Sutna Pilar.
Los diputados del FIT explicitaron las medidas de fondo: no pago de la deuda, ruptura con el FMI, nacionalización de la banca y del comercio exterior, aumento de emergencia de salarios y jubilaciones, reapertura de las paritarias sin ninguna cortapisa, etc. Y convocó a la lucha: a imponer y organizar el paro activo de 36 horas.
Esa es la alternativa.