Políticas

21/9/2022

En la provincia de Buenos Aires, el 45% de los hogares pagará hasta el triple en luz y gas

Alrededor de 3 millones de usuarios.

Imagen: Boca de Pozo.

En la provincia de Buenos Aires, el 45% de los hogares perdería el subsidio en la boleta de luz y gas cuando comience a regir la segmentación tarifaria, recibiendo aumentos de hasta un 200%. Como vemos, el tarifazo terminará alcanzando no solo a los usuarios de mayor poder adquisitivo, como prometió inicialmente el gobierno, sino a amplias capas de la población.

Así las cosas, en la provincia más poblada del país alrededor de tres millones de hogares pasarían a pagar la tarifa plena en el transcurso de seis meses. Queda claro que el gobierno utilizó el recurso de la segmentación para viabilizar un tarifazo generalizado. Por un lado, no garantizó que todos aquellos que lo necesitaran pudieran solicitar el subsidio; y, además, persuadió a miles de usuarios para que renunciaran al mismo restringiendo el acceso al dólar ahorro. El gobernador Axel Kicillof, al igual que el conjunto del kirchnerismo, abandonó su demagogia antiajuste y convalida este nuevo mazazo a los ingresos de los trabajadores bonaerenses.

Edesur, una de las distribuidoras que operan en el Amba, informó que el 60% de sus clientes perderá la subvención en la factura de electricidad, la cual, en la primera etapa de aumentos, pasará de $650 a $1.000 hasta 100 KWh; de $1.000 a $1.550 hasta 150 KWh; de $1.600 a $2.450 hasta 250 KWh; de $2.150 a $3.300 hasta 326 KWh; de $2.700 a $4.100 hasta 401 KWh; de $3.200 a $4.800 hasta 501 KWh; de $6.300 a $8.400 hasta  601 KWh; de $7.600 a $10.000 hasta 701 KWh; de $9.750 a $13.000 hasta 1.000 KWh y de $14.000 a $19.000 hasta 1.401 KWh. Todas subas que rondan el 50% solo en el primer tramo.

Por su parte, el incremento de octubre en el caso de la boleta de gas sin subsidio será de $435 para el consumo promedio de una familia tipo del Gran Buenos Aires (942 m3/año), y todavía restan dos aumentos más. Además, con niveles de consumo más altos, la primera suba en el gas puede llegar a ser de hasta $1.538.

Nada indica que los aumentos cesarán una vez concluidos los tres tramos estipulados. Si devalúa la moneda, recrudecerá la presión sobre las tarifas, ya que el precio del gas -insumo base de toda la cadena energética- se encuentra dolarizado. A su turno, el gobierno puede modificar en el tiempo los criterios de segmentación y liberar las tarifas de nuevos usuarios.

Salta a la vista que este golpe al bolsillo, en función de complacer al FMI, afectará a un gran número de trabajadores. Por eso, se hace preciso luchar por defender el poder adquisitivo de los salarios, exigiendo un inicial de $180 mil, aumentos salariales indexados a la inflación y trabajo bajo convenio para todos ¡Abajo el tarifazo, paro nacional y plan de lucha ya!