Políticas

21/1/2022

En un año creció 18,9% el empleo no registrado

Donde los sueldos promedian la mitad que en el sector formal.

Mientras el gobierno hace gala de una supuesta reactivación económica, los datos revelan un franco deterioro en las condiciones laborales de la población. Sin ir más lejos, entre el tercer trimestre 2020 y el tercer trimestre 2021, los puestos de trabajo asalariados registrados crecieron apenas un 2,4%, mientras que los no registrados lo hicieron en un 18,9%.

Así lo reflejó el último informe del Indec sobre “Cuenta de generación del ingreso e
insumo de mano de obra” correspondiente al tercer trimestre 2021. A su vez, también se evidenció un salto en la cantidad de puestos de trabajo no asalariados, del orden del 11,1%. Se trata de empleos cuentapropistas o bajo la modalidad del monotributo, que en muchas ocasiones encierran contrataciones de carácter informal.

En esa línea, si cruzamos los datos publicados en el SIPA con los que ofrece la EPH del Indec, se puede observar que por cada puesto de trabajo registrado -tanto en el sector privado como en el público- generado entre el tercer trimestre 2020 y el tercer trimestre 2021, se crearon 8,5 en la informalidad, es decir, sin descuento jubilatorio. Nos referimos a un universo de trabajadores que obtiene en promedio “menos de la mitad de los ingresos que logran los ocupados en la formalidad” (Infobae, 1/1).

El cuadro de miseria salarial en el que están inmersos los trabajadores no registrados explica en parte que este sector haya aumentado un 31% interanual la cantidad de horas trabajadas, mientras que los que están en blanco lo hicieron en un 23,4%. No obstante, en ambos casos tuvieron que extender su jornada laboral para llegar a fin de mes, ya que las paritarias a la baja fueron la norma en medio de la aceleración inflacionaria.

En el caso de los asalariados, solo 1 de cada 4,7 empleos creados se encuentran bajo registración. En cambio, en el terreno de los no asalariados, apenas 1 de 17 posee descuentos jubilatorios. Como vemos, la mayoría de los trabajadores “independientes” que se incorporaron en el mercado laboral en ese período ni siquiera cuentan con un monotributo, sino que se ganan la vida realizando changas en la absoluta informalidad.

Así de endeble es la “recuperación del empleo” pos restricciones Covid de la cual se ufana el gobierno. A todas luces, el rebote económico, expresado en la suba del 6,7% de la actividad entre octubre 2020 y octubre 2021 y en el aumento del 10,1% del índice de producción manufacturera entre noviembre 2020 y noviembre 2021, se desenvolvió sobre la base de una mayor explotación sobre la fuerza de trabajo. Mientras mejoraron los balances contables de las empresas luego de la caída del 2020, el movimiento obrero fue condenado a niveles más altos de precarización laboral.

El oficialismo edificó esta realidad a través del pacto no escrito urdido junto a las patronales y la burocracia sindical. Finalmente, la reforma laboral que demanda la clase capitalista y el Fondo ya está en marcha y es innegable que la pandemia ofició de catalizador. Se avecinan nuevos ataques a los convenios colectivos de trabajo que debemos enfrentar mediante un plan de lucha resuelto desde la base. No al pacto con el FMI, por una salida obrera y popular a la crisis.