La “generación de empleo” bajo el mandato de Alberto Fernández está impulsada por el crecimiento de la precarización laboral. El 43% de los puestos de trabajo creados entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2022 es no registrado.

El dato se desprende de un informe elaborado por Cifra. De este modo, mientras que en el período mencionado los puestos asalariados registrados aumentaron un 3,6%, los asalariados informales lo hicieron en un 9,3% y los no asalariados (cuentapropistas) en un 4%. Lo anterior confirma que el empleo precario -donde no existe el acceso a licencias, vacaciones pagas, aguinaldo, ART, etc.- es el que más creció durante el gobierno del Frente de Todos.

Lo anterior no hace más que contribuir al incremento de la pobreza, la cual alcanza al 45,6% de los trabajadores no registrados y al 44,1% de los independientes no profesionales (en su mayoría changarines, monotributistas sociales, etc.). Cabe destacar que muchos empleados en relación de dependencia figuran como monotributistas; se trata de un fraude laboral en el que incurren permanentemente las patronales y el propio Estado.

En ese sentido, la fuerza de trabajo del ámbito informal es la peor paga. Sin ir más lejos, según los datos del Indec, el índice salarial del sector no registrado varió 6% en el mes de marzo y 81,2% en términos interanuales; por detrás de la inflación mensual del 7,7% y la interanual del 104,3%. Una realidad que prolifera al amparo del gobierno, que asumió prometiendo beneficios para “los de abajo” pero orientó su gestión a engrosar los bolsillos de los empresarios a costa de los trabajadores.

Se vuelve urgente ganar las calles para luchar por trabajo bajo convenio para todos los desocupados y precarizados y aumentos salariales indexados a la inflación. Fuera los políticos capitalistas que nos condujeron a esta debacle.

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