Eduardo Eurnekian, el dueño de Aeropuertos Argentina 2000, dijo este martes 13 de junio en una entrevista con La Nación que luego de las elecciones “el esfuerzo lo tienen que hacer los políticos, no nosotros”. Curiosamente, este mensaje proviene de quien ha construido su emporio empresarial con la ayuda de los subsidios que esos mismos políticos le han otorgado. Eurnekian tiene vínculos con Javier Milei, quien ha sido funcionario y ejecutivo del holding dirigido por el empresario.

Eurnekian es uno de los mayores exponentes de la burguesía nacional. Ha operado en diversos rubros, como el textil o el de la televisión –fue propietario de Cablevisión. Es dueño de Corporación América, un conglomerado que incluye diversas industrias (agroindustria, energía, infraestructura); y también posee negocios en el sector financiero, por ejemplo, tiene participación mayoritaria en Wilobank, un banco digital argentino, y también en Converse Bank Cjsc, una empresa similar ubicada en Armenia.

Corporación América maneja 52 aeropuertos en 6 países (Argentina, Armenia, Brasil, Ecuador, Italia y Perú), los cuales recibieron más de 71 millones de pasajeros y más de 800 mil aviones en 2016. En Argentina, el grupo Eurnekian tiene 33 terminales aéreas. Gracias al negocio aeroportuario, ganó más de 1.500 millones de dólares. El pulpo capitalista Corporación América, además, controla la totalidad o una parte del paquete accionario de otras compañías, entre ellas Aerocombustibles Argentinos SA, Abafor SA (Uruguay), Aeropuertos Andinos del Perú SA, ACI DO Brasil SA y Enarsa Aeropuertos SA.

La concesión de Aeropuertos Argentina 2000 –que concentra el manejo de los servicios de Ezeiza y Aeroparque- se la otorgó el expresidente Carlos Menem, en 1998. En 2017, el gobierno de Mauricio Macri extendió esa concesión hasta 2038. Los K también también fueron impulsores del enriquecimiento de Eurnekian, manteniendo las concesiones. Con Néstor Kirchner cosechó buenas relaciones, y no solo porque el empresario prestaba sus aviones para los viajes presidenciales. En 2006, el gobierno de Kirchner y Aeropuertos 2000 cerraron un acuerdo que le permitía al Estado quedarse con por lo menos el 35% de la participación accionaria del concesionario (La Nación, 6/3/2007).

Por otro lado, en el rubro de los combustibles y los hidrocarburos, Eurnekian opera a través de Compañía General de Combustibles (CGC), una de las principales petroleras de Argentina, la cual está controlada por Latin Exploration, una sociedad anónima con sede en España. CGC tiene en su haber acciones de distintas empresas, entre ellas Petronado SA (sociedad radicada en Venezuela), Gasoducto Gasandes SA (Chile) y Gasinvest (sociedad anónima vinculada a Transportadora Gas del Norte).

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Esta concentración empresarial de la que se benefició el grupo Eurnekian fue alimentada por los contratos y los subsidios que el Estado le otorgó. La prédica a favor de la libre competencia empresarial que hace Milei es una farsa, en tanto banca al empresario. Lo mismo aplica para su verborragia anticasta y contra los “empresarios prebendarios”. Y sobre todo, para su discurso “anticorrupción”.

Es que Eurnekian se vio salpicado en la causa de los Cuadernos de Centeno, la cual investiga el pago de coimas empresariales. Esta involucra a diversos exponentes de la burguesía nacional (cercanos tanto a los K como a Macri) y a políticos como Cristina Fernández, José López y Julio de Vido. En el marco de esa causa, la Policía Federal allanó tres domicilios vinculados al jefe de Milei. Hugo Eurnekian, su sobrino, fue procesado por cohecho y otros delitos, y admitió haber pagado coimas a Roberto Baratta, un funcionario K que trabajaba junto a De Vido en el Ministerio de Planificación.

Martín Eurnekian, otro de sus sobrinos, trabajó en las oficinas de Nueva York del Citibank y de Morgan Stanley. Él estuvo envuelto en los Pandora Papers por evadir impuestos y fugar capitales a paraísos fiscales. Los Eurnekian son unos delincuentes y unos parásitos, como prácticamente toda la burguesía argentina. Paolo Rocca, el dueño de Techint, también pudo internacionalizar sus negocios gracias a las dádivas del Estado. Eduardo Eurnekian está en el puesto 4 del ranking de las personas más ricas del país, con una fortuna de 1.900 millones de dólares. Todo gracias a la “casta política”.

Los únicos perjudicados por este esquema de corruptela son los trabajadores, ya que estos negocios espurios se realizan con la plusvalía que se les extrae en el proceso productivo. Además, el vaciamiento del Estado producto del festival de subsidios a los capitalistas tiene como contracara la bancarrota del sistema de salud y de la educación, o que los trabajadores estatales cobran salarios de pobreza.

Así es como funciona la sociedad burguesa en la actualidad. Las ruedas de la acumulación capitalista giran con el empuje del Estado y sus recursos económicos. Como se ve, Milei distorsiona el funcionamiento del régimen social vigente. Sostiene que tanto los capitalistas como los trabajadores son oprimidos por una casta de políticos corruptos. En la realidad, los empresarios y sus representantes políticos trabajan mancomunadamente para explotar a los trabajadores y robarles su dinero.

Quizás, en lugar de un esfuerzo, Eurnekian está pidiéndoles a los políticos más subsidios.

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