Políticas

22/12/2022

Fracasó la última sesión de Diputados del año, perdieron los jubilados

El oficialismo no pudo sortear la crisis política, la oposición no dio quórum, y se cayó la sesión que iba a tratar la moratoria previsional.

“Este congreso solo se junta para ajustar”, denunció Del Plá.

Finalmente fracasó la sesión de Diputados que había sido convocada para este 21 de diciembre, en el marco de las sesiones especiales, que iba a ser la última del año. El oficialismo buscaba anotarse la realización de la misma como un triunfo, en un año donde la crisis del régimen y la bancarrota del gobierno produjeron que la actividad parlamentaria fuera, por lo menos, escasa.

El temario tenía entre sus principales puntos la extensión de la moratoria para jubilades y la creación de ocho universidades nacionales. Este último había sido incluido en la última sesión, que también fracasó, el pasado 1 de diciembre.

Ya en los últimos días se dudaba de la posibilidad de que esta sesión se lleve a cabo. Luego del escándalo por el Consejo de la Magistratura, la oposición patronal argumentaba que los proyectos de la sesión especial no habían sido consensuados y que no se trataban una serie de proyectos de su interés, como la modificación de la ley de alquileres -la cual en sus términos empeoraría la ya crítica situación de les inquilines. Por otro lado no querían dar un punto a favor del gobierno, por lo que incluso sectores interesados en la votación de las universidades, como algunos diputados de Evolución en Juntos por el Cambio, tampoco bajaron al recinto a sesionar.

Es claro que el hecho de que se haya caído la sesión es responsabilidad del gobierno y de la oposición, como expresó la diputada por el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, Romina Del Plá: “Este Congreso solo se ha juntado para someter a la población trabajadora a nuevos ajustes”. Solo se ponen de acuerdo cuando tratan beneficios al capital o el acuerdo con el FMI.

No hay jubilación universal, tampoco moratoria

La crisis política se ha vuelto a colar en el parlamento perjudicando a 800 mil trabajadores que necesitaban de la aprobación de la moratoria para acceder el año que viene a una jubilación, y que ante la falta de ello no tendrán otra opción que percibir una Puam (del 80% de la ya mísera jubilación mínima). Esta es la situación en la que se encuentran dos millones que han trabajado toda su vida pero que al cumplir la edad de jubilarse no cumplen con los años de aportes, producto de la falta de registración por parte de las patronales y de la precarización laboral.

Frente a esta situación la banca del Partido Obrero había presentado un proyecto de ley de jubilación universal de un monto equivalente a la canasta de la tercera edad, con independencia de los aportes que haya podido realizar a lo largo de su vida laboral, pero los bloques mayoritarios se niegan a tratarlo.

Es claro que el Estado es cómplice de esta realidad que viene desde hace años y no hace más que acrecentarse, a tal punto que el proyecto oficial de moratoria plantea que se descuenta de la jubilación mínima la supuesta deuda que ellos tienen con el sistema previsional por los años no aportados. Se los hace responsables de haber sido trabajadores no registrados o de haber estado sin empleo durante un periodo de su vida.

El proyecto del PO-FITU plantea que se restituyan los aportes patronales rebajados desde el menemismo, que se cobre un impuesto progresivo a las ganancias bancarias y, para que esta situación no perdure en el tiempo, se proceda a un blanqueo laboral a partir de la denuncia de cada trabajador o trabajadora que esté indebidamente registrado, cobrando una multa a la patronal que se esté beneficiando de esa situación.

El voto favorable al dictamen de mayoría hubiese sido en desacuerdo con el tratamiento que se tiene sobre el tema, pero a sabiendas de que de no extenderse esta moratoria, centenares de miles de trabajadores quedan sin cobertura alguna.

Queda claro que, más allá de los cruces entre uno y otro de los partidos patronales, cuando el Congreso logra sesionar es para que los bloques mayoritarios voten leyes en contra de los intereses de los trabajadores. Las bancas del PO-FITU están y estarán siempre a disposición e impulsando las luchas de los trabajadores, como la que está librando el Sutna contra los despidos en Bridgestone y el Polo Obrero contra el hambre creciente en las barriadas, para que se vayan los políticos capitalistas y por un gobierno de los trabajadores.