Al momento de redactar este artículo, continúa el temporal en la provincia de Buenos Aires, que afecta particularmente a los distritos del AMBA y también a la CABA. Puntualmente, el martes 12 de marzo, las lluvias provocaron inundaciones en varios distritos y localidades, con especial gravedad en el sur y oeste del conurbano bonaerense. Barrios y casas bajo el agua, árboles caídos, cortes de energía eléctrica y de suministro de agua potable, entre otras gravísimas situaciones están viviendo cientos de miles de trabajadores de la provincia.

Las inundaciones no se circunscriben únicamente a un fenómeno meteorológico “natural”. Como lo hemos visto en la trágica inundación que afectó en particular a la ciudad de La Plata en 2013 y en otras tantas, la realidad marca que la falta de obras de infraestructura necesarias para mitigar las lluvias y evitar este tipo de catástrofes es otro factor importante. Contrario a ello, los gobiernos de todo pelaje gobiernan en favor de la especulación inmobiliaria y de las grandes constructoras, aunque esto repercuta negativamente en la posibilidad de afrontar grandes lluvias y otros fenómenos climáticos.

Esa situación se ve agravada en este caso por la paralización de la obra pública dispuesta por el gobierno de Milei y también por los recortes a las cooperativas y cuadrillas que realizaban tareas de mantenimiento en los barrios. Estos grupos de trabajadores, en su gran mayoría ultraprecarizados, llevaban adelante tareas ineludibles como el saneamiento de ríos, arroyos, zanjas y desagües, las cuales deberían hacerse permanentemente.

Frente a tamaña crisis, los gobiernos nacional y provincial aún no han tomado ninguna medida para asistir a los damnificados. Lo que corresponde, contrario a eso, es tomar medidas urgentes para asistir a los vecinos frente a las inundaciones, restablecer los servicios básicos, sanear los cauces de agua, limpiar los barrios y colaborar con la recuperación de las pérdidas materiales. Al mismo tiempo, se debe realizar un estudio del impacto de las inundaciones para avanzar de inmediato en las obras hídricas necesarias para mitigar el riesgo de que esta situación se repita con las próximas lluvias.

Considerando que ese debe ser el curso de acción para afrontar esta situación, el diputado provincial Guillermo Kane, del Partido Obrero-Frente de Izquierda, presentó el mismo martes 12 un proyecto de ley declarando la emergencia ambiental, hídrica y de infraestructura. El mismo plantea una reparación inmediata, económica y/o material, para los vecinos afectados, y la conformación de un comité de emergencia con participación de los vecinos y sus organizaciones para avanzar en todas las tareas pertinentes.

Además, establece la prohibición de avanzar en despidos, descuentos o sanciones contra los trabajadores que se vean imposibilitados de asistir a trabajar por el temporal. Por último, se plantea que el mecanismo de financiamiento de esta asistencia sea a través de un impuesto progresivo a los grandes contribuyentes y al juego privado.

La responsabilidad de esta nueva tragedia le cabe a todos los gobiernos que han condenado a la desidia y a la falta de urbanización y obras públicas a zonas enormes. Es necesario tomar medidas urgentes y extraordinarias para afrontar esta situación y dar una salida para la población trabajadora. Y, por supuesto, organizar la solidaridad de los trabajadores para asistir a todos los damnificados, como ya lo hacen las distintas organizaciones barriales y del movimiento piquetero.

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