Políticas

18/7/2022

Gas: récord de exportaciones en medio del déficit energético

Aún así, la balanza comercial del sector es deficitaria.

Buques con cargamentos de GNL.

Los subsidios energéticos van en aumento debido al encarecimiento del gas que importamos, mientras que las petroleras que operan en suelo local, responsables del déficit energético, están exportando a niveles récord.

En los primeros cinco meses del año, la exportación de gas producido en Vaca Muerta aumentó un 620% respecto al mismo período del 2021. Los pulpos Tecpetrol del grupo Techint y Pan American Energy concentraron el grueso de las ventas al exterior de gas, en un 56% y 27% respectivamente.

El gobierno permite que estas multinacionales se beneficien exportando a un precio superior al que rige en el país, cuando no se llega a abastecer la demanda local de gas, con lo cual debemos recurrir a las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), cuyo precio se ha disparado, sobre todo tras el estallido de la guerra en Ucrania. Son las mismas petroleras que vienen realizando un enorme negociado con la exportación de petróleo a USD 100 el barril, la cual se incrementó más de un 317% interanual en Vaca Muerta, entre enero y mayo 2022.

Así las cosas, los subsidios energéticos en el mes de junio treparon un 38% interanual en términos reales y acumularon en el primer semestre 2022 $764.483 millones, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Rubro que el gobierno se dispone a recortar en función de arrimarse a las metas fiscales impuestas por el FMI, compensando esa poda con aumentos en la boleta de gas y luz que pagamos los usuarios, para lo cual ya se ha dado inicio al proceso de segmentación de tarifas.

Tampoco la venta de gas al exterior ha sido positiva en términos de acumulación de reservas. Sucede que el precio de exportación promedia los USD 7,42 por millón de BTU, mientras que IEASA viene pagando en promedio USD 28,55 por millón de BTU los cargamentos de GNL importado. En lo que va del 2022, la empresa estatal lleva encargados 44 buques de GNL, lo que implicó un gasto de USD 2.952 millones. Por lo tanto, se estima que la balanza comercial del sector energético terminará el año con un déficit de aproximadamente USD 5.000 millones, con exportaciones que rondarán los USD 8.000 millones e importaciones por USD 13.000 millones.

Como si fuera poco, las últimas ofertas que recibió IEASA para importar GNL ascendieron a USD 50 por millón de BTU, debido a “una serie de acontecimientos como el incendio en las instalaciones de Freeport, una de las principales plantas de despacho de GNL de EE.UU” (Ecojournal, 18/7). La compañía tuvo que desertar esas licitaciones que tenían por objetivo abastecer la demanda energética de agosto.

Esto, en un contexto de crisis de reservas donde IEASA salió a principios de junio a vender tenencias en bonos del Tesoro para costear el arribo de algunos cargamentos, lo cual fue uno de los detonantes de la corrida que puso contra las cuerdas al gobierno.

Asimismo, Pan American Energy y Tecpetrol están a la cabeza de las exportaciones de petróleo Escalante, el que se utiliza para la producción de gasoil, en la Cuenca del Golfo San Jorge (Chubut-Santa Cruz), mientras escasea esa variedad de crudo para producir gasoil en las refinerías locales, ocasionando faltantes de dicho combustible en las estaciones de servicio. Frente a esta situación, YPF se viene haciendo cargo de casi la totalidad de las importaciones de gasoil -cuyo precio internacional también se encuentra en alza- ya que las refinerías privadas exigen subir los precios del surtidor como condición para importar y aumentar la oferta, a la vez que las petroleras reclaman equipar los precios locales del barril a los internacionales a cambio de establecer un cupo de producción destinado al mercado interno. Demandas patronales que pagará el bolsillo popular con nuevos aumentos en el gasoil.

Lo cierto es que para terminar con el déficit energético se necesita una reorganización de fondo de la industria hidrocarburífera, donde la producción tenga como objetivo el desarrollo nacional y la satisfacción de las necesidades sociales y no las ganancias capitalistas. Esto será posible bajo una planificación económica dirigida por los trabajadores.