Políticas
27/5/2024
GNL: el kirchnerismo defiende el extractivismo con cláusula de “compre nacional”
Le opone al RIGI un proyecto entreguista hecho a la medida de una multinacional.
Seguir
Barco de GNL.
Uno de los factores que viene demorando el tratamiento de la Ley de Bases en el Senado es la oposición de burguesía argentina al Régimen de Incentivos de a las Grandes Inversiones (Rigi) incluido en dicho proyecto. No cuestiona el esquema de saqueo de los bienes naturales del país por parte de las multinacionales, sino que reclama seguir ocupando el lugar de socia menor del capital internacional.
El kirchnerismo actúa abiertamente como vocero de los capitalistas locales y defiende que haya beneficios para estimular el ingreso de proyectos extractivistas, siempre y cuando contengan una cláusula de “compre nacional”. Pone como ejemplo de ello al régimen de promoción del GNL impulsado por el gobierno de Alberto Fernández, que logró media sanción en Diputados.
El Frente de Todos había diseñado ese proyecto a la medida de la empresa malaya Petronas, la cual exigía una serie de concesiones como condición para instalar una planta de licuefacción en el país que permita exportar el gas de Vaca Muerta en barcos. El texto de la ley otorgaba, entre otra prebendas, rebajas impositivas y libre disponibilidad del 50% de las divisas generadas. La iniciativa, hasta el día de hoy, se encuentra empantanada.
Ahora bien, el kirchnerismo reivindica ese régimen de incentivos a las inversiones por el solo hecho de que establecía un porcentaje obligatorio de contenido nacional dentro de los emprendimientos. Sin embargo, el frustrado proyecto de ley no hubiese abonado al desarrollo autónomo del país, sino a una mayor expoliación de las riquezas de nuestro suelo a manos del capital extranjero, con la burguesía nacional arañando una tajada del negocio. Tenemos el ejemplo del pacto secreto con Chevron que ofreció ventajas excepcionales para explotar Vaca Muerta, para una década después seguir sufriendo la falta de gas en invierno. Son los resultados de legislar en función de las exigencias de los grupos capitalistas.
La instalación de una planta para fabricar y exportar GNL a cargo de un pulpo foráneo como Petronas implica reforzar la matriz extractivista de la economía nacional, agravando su dependencia. A su vez, con los beneficios cambiarios y fiscales incluidos, ingresarían migajas al país, las cuales, además, irían directamente a los bolsillos del capital financiero internacional por medio del pago de la deuda externa.
Ni qué decir de los daños ambientales y a la salud de la población que produciría dicho emprendimiento. Sin ir más lejos, un estudio publicado en mayo de 2023 en la revista científica Environmental Research Health encontró que, en 2016, los contaminantes que las terminales de GNL radicadas en Estados Unidos emiten durante la producción ocasionaron 7.500 muertes, 410.000 ataques de asma y 2.200 nuevos casos de asma en niños del país norteamericano.
Actualmente, Petronas se encuentra a la espera de que salga el Rigi para desembarcar con su proyecto de GNL en Argentina. Mientras, crece la disputa entre el gobernador de Buenos Aires y el de Río Negro, quienes presionan para que la planta se instale en Bahía Blanca o en Piedras Coloradas, respectivamente.
Debemos rechazar el Rigi y cualquier otro proyecto parlamentario que reafirme la estructura semicolonial de Argentina. Los trabajadores tenemos que tomar el control de la industria hidrocarburífera para que deje de estar orientada al lucro de las multinacionales que la explotan y se ponga al servicio del desarrollo productivo del país en función del interés mayoritario. Esto, mientras se trabaja en una transición hacia el uso de energías más amigables con el ambiente.
