El día 15 de octubre se conmemoró el día Internacional de la mujer rural. La legislatura provincial de Santiago del Estero organizó un acto de reconocimiento a las mujeres de diferentes organizaciones campesinas santiagueñas presididas por el vicegobernador, José Emilio Neder. Estuvo acompañado de legisladores; entre ellos, la diputada Nélida Sosa (bloque Frente Cívico) y comisionados municipales de distintos parajes del interior provincial. 

En su discurso, Neder manifestaba: “las mujeres presentes promueven la puesta en valor de la cultura del trabajo, del arraigo a la tierra, de la organización productiva familiar como virtudes esenciales para afrontar los difíciles tiempos que hoy vivimos” (El Liberal, 18/10). Como si las miles de mujeres campesinas y sus familias no estuvieran en una permanente lucha por sobrevivir frente al despliegue del capital agrario que arrasa con toda forma de vida: desmontes, deforestación, sojización y desalojos en todo el territorio de Santiago del Estero.

Esta avanzada del capital sojero sobre el campesinado se da en complicidad con el aparato represivo, judicial, parapolicial que va en consonancia con un modelo agropecuario que ha priorizado la política provincial y nacional. En este contexto resulta muy difícil hablar del arraigo a la tierra y la posibilidad de producir y vivir de la tierra. 

A menos de una semana, en el paraje Suncho Pampa, departamento Pellegrini, se realizó el brutal desalojo que dejó como saldo a un campesino al borde de la muerte: Héctor Reyes Corvalan. El estado no solo reprime, sino que también somete a las mujeres rurales a la inseguridad, la explotación y la miseria social.

Las mujeres campesinas necesitamos salir del contexto de inseguridad en la posesión de la tierra, de las condiciones de pobreza, de viviendas sin condiciones dignas, sin agua potable o apta para el consumo humano y  sin acceso a servicios de salud de mayor complejidad. Necesitamos que el Estado garantice una cobertura integral a la salud sexual y reproductiva ante la presencia de embarazos adolescentes y el elevado número de hijos. Solo en el 2018, se ha registrado un aumento de ingresos hospitalarios por causa de abortos clandestinos de mujeres rurales, que culminaron en muerte o la judicialización de estas mujeres.

Mujeres campesinas por la tierra, el pan y su emancipación

Las mujeres campesinas hemos jugado un rol fundamental en la defensa del territorio. Junto al movimiento campesino se ha impulsado el proyecto de suspensión de desmontes (Ley Cristian Ferreyra) presentado en 2010, que sigue dormido a pesar que en la legislatura Santiagueña hay diputadas “campesinas” pero no representan los intereses de los campesinos. Hasta la fecha, no hubo ni un repudio a la política de desalojos.

Son las familias campesinas las que dan una función social a la tierra, mientras el Estado avanza en el desmantelamiento de la Secretaría de Agricultura Familiar. Y, por consiguiente, dejan sin acompañamiento técnico ni de recursos para acceder a diferentes proyectos o beneficios. Quieren eliminar a la familia rural para entregar estas tierras a los pools sojeros y ganaderos. El mejor homenaje a las mujeres rurales, que luchan, y en muchos casos dieron su vida, es la garantía del derecho a la tierra para sus familias y las generaciones venideras. 

Asimismo, el movimiento de mujeres a nivel mundial está en plena expansión, y son cada vez más las jóvenes que luchan contra un sistema que las oprime en cada ámbito en el que se desenvuelven. En una crisis capitalista mundial sin precedentes el régimen macrista y zamorista solo se preocupa por dar las garantías al desarrollo del capital agrario en detrimento de las economías locales, de las familias de pequeños productores, agricultores, campesinos y originarios.

Las mujeres campesinas de Santiago del Estero tienen una historia de lucha, que va mucho más allá del sostenimiento de las actividades productivas, en donde la tierra constituye un espacio de resistencia y de vida.

Desde Tribuna Ambiental, llamamos a las familias y organizaciones campesinas, a un congreso de bases del movimiento campesino para decirle no al plan colonial del FMI, Macri y gobernadores que han pactado un presupuesto 2019 de ajuste sobre el pueblo trabajador. 

Para lograr las reivindicaciones históricas, llamamos a las mujeres campesinas a organizar asambleas campesinas y movilizarnos contra el poder político. 

Por la aprobación inmediata de del proyecto de suspensión de desmontes (Ley Cristian Ferreyra). Por un plan de lucha nacional del movimiento campesino para acabar con el régimen de los terratenientes, sojeros y banqueros. Fuera Macri. Asamblea constituyente libre y soberana. ¡Basta de desmontes y desalojos.