Gira internacional

Houston, tenemos una oferta

En Estados Unidos, Massa se reúne con las petroleras privadas más grandes del mundo para rematar los hidrocarburos del país.

A pesar de las concesiones, las inversiones no llegan.

Massa volvió de su gira por Estados Unidos, a la que fue en busca de dólares para cumplir con las metas impuestas por el FMI. Allí se reunió con los ejecutivos de las petroleras privadas más grandes del mundo en Houston para ofrecerles negocios de exportación de los hidrocarburos de la Argentina. El plan es atraer inversiones a Vaca Muerta a base de beneficios impositivos y flexibilización del cepo cambiario, pero las compañías exigen más. Estas concesiones las pagamos los trabajadores con los naftazos y tarifazos, y con el saqueo de los recursos del país.

A la reunión asistieron directivos de Chevron, Exxon, Total, Shell, BPX Energy y Pan American Energy, entre otras multinacionales. El jefe del Palacio de Hacienda fue acompañado por Flavia Royón, secretaria de Energía y el presidente de YPF, Pablo González. El gobierno viene de flexibilizarles el cepo a las petroleras por tercera vez para permitirles acceder a dólares a precio oficial y girar sus ganancias al exterior, luego de haberles reducido las retenciones y aumentado las cuotas de exportación, aún cuando eso agravó el déficit energético incrementando la importación de gasoil. Sin embargo las inversiones no llegan, y la mayor producción se debe solo a la intensificación de la explotación.

La contracara de estos incentivos son los aumentos de los combustibles, como el que tuvimos en agosto, que impactan en una ya alta inflación general porque encarecen los transportes de carga y otros costos de producción y distribución. A medida que se devalúe la moneda esto van a impactar aún más sobre el bolsillo de los trabajadores, puesto que tanto el gas en boca de pozo como el petróleo crudo que se vende a las refinerías tienen precios dolarizados. Esto se agravará con la prórroga del Plan Gas que informó el gobierno, que vendrá con nuevas subas en el precio del insumo principal de toda la matriz energética.

Las petroleras igual insisten en condicionar inversiones a una libertad completa para girar sus dividendos al exterior, más ventajas fiscales e incluso arrimar el precio del barril en el mercado interno a la cotización internacional, lo cual significa casi duplicarlo. Además manifiestan muchas dudas acerca de la terminación del gasoducto Néstor Kirchner, sin lo cual ni puede hablarse de incrementar la extracción de gas. De hecho, Alberto Fernández anunció la semana pasada un acuerdo entre YPF y la compañía malaya Petronas para industrializar el gas de Vaca Muerta en una planta de licuefacción en Bahía Blanca y exportarlo por barcos a Europa y Asia, pero su para su concreción falta mucho trecho y se trata de un proyecto a 10 años.

A este impasse llegamos precisamente por la orientación entreguista, que no se revirtió sino que se ratificó con la estatización de la mitad de las acciones de YPF durante el tercer mandato krichnerista, ya que precisamente Cristina Kirchner y Axel Kicillof se dedicaron a la firma de un acuerdo secreto y leonino con la yanqui Chevron para la explotación de Vaca Muerta, que le permitía incluso sortear el cepo. Desde entonces se montó un gran negocio con los hidrocarburos no convencionales de la cuenca neuquina, pero seguimos sufriendo el déficit energético. No sorprende por eso que la comitiva que acudió a Houston lo haya hecho con el aval explícito de La Cámpora, después de haberse allanado al tarifazo massista.

Massa también habría ofrecido mayores concesiones en áreas de explotación marítima off shore, ratificando la orientación que rechaza el movimiento popular que defiende un mar sin petroleras, como el del Atlanticazo contra la instalación de plataformas de Shell, YPF y Equinor frente a las costas de Mar del Plata. Son proyectos con enormes costos ambientales, así como el fracking de Vaca Muerta con el uso masivo de agua, la fractura de roca a grandes profundidades generando sismos y la contaminación de napas subterráneas.

Mientras tanto, como contraste, el gobierno refuerza el cepo al dólar para los pequeños ahorristas, recorta el presupuesto nacional en esferas públicas vitales para la población como son la salud, la educación y la vivienda, además de los aumentos de combustibles y la puesta en marcha de una “segmentación” de tarifazos sucesivos. Finalmente, el gobierno no persigue ningún desarrollo nacional con sus proyectos de exportación de hidrocarburos, sino ofrecer garantías de repago de la deuda externa al FMI y el capital financiero internacional.

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