Políticas

17/10/2025

Itai Hagman pide el voto de los jubilados, pero votó el robo peronista de la movilidad jubilatoria

Un nuevo spot de Fuerza Patria retrata el ajuste de Milei a los jubilados, pero él como diputado acompañó las leyes del Frente de Todos que robaron un 50%.

Hagman pertenece a Patria Grande, espacio de Juan Grabois.

Los spots de Fuerza Patria en esta campaña electoral condensan gran parte de la impostura del peronismo. Ahora Itai Hagman, que encabeza la lista porteña, publicó uno con un recurso creativo para ilustrar el robo del gobierno de Milei a los jubilados, en el que un personaje con varias camperas que se morfa las medialunas de una jubilada mientras la manda a laburar acusándola de degenerada fiscal, y termina pide el voto "para frenar a Milei". Es un estafa política, no solo porque el peronismo deja en banda a los jubilados reales que se le plantan al gobierno, sino porque como diputado acompañó un robo monumental a los jubilados durante el Frente de Todos.

Que votar al peronismo no refuerza a los que luchan contra la motosierra está clarito en el papel que juega la CGT, que mira desde la platea como todos los miércoles reprimen a las organizaciones que se concentran frente al Congreso contra el robo previsional. Pero vale también recordar que Itai Hagman debutó como diputado nacional en 2019 votando la ley de "solidaridad" presentada por Alberto Fernández cuando asumió, que vulneró un derecho adquirido suspendiendo la movilidad jubilatoria. Un año después votó a favor de una nueva fórmula de actualización de los haberes que terminó siendo mucho peor que la del propio Macri.

Resumiendo, durante el primer año de mandato de Alberto Fernández y Cristina Kirchner se consumó la estafa macrista contra los jubilados. Esto porque cuando asumieron los haberes habían caído un 19,5% desde aquella infame ley macrista votada con una salvaje represión en diciembre de 2017, pero como la fórmula de actualización se ajustaba en un 70% por el IPC (y un 30% de variación salarial) el peronismo la suspendió justo cuando iba a impactar la estampida inflacionaria del último semestre de la presidencia de Macri -marcados por la devaluación y la corrida cambiaria.

Al cabo del primer año del Frente de Todos en lugar del 42,1% de aumento que les hubiera correspondido tuvieron subas por decreto de entre el 24,3% (en el caso de la jubilación máxima) y el 35,3% (los de la mínima), contra una inflación anual del 36,1%. Aún así, después vino lo peor.

En diciembre de 2020 impulsaron una ley para fijar una nueva fórmula de movilidad, que consagraba esta desindexación de los haberes respecto del índice de precios: a partir de ahí se eliminó toda consideración de la inflación y pasó a calcularse tomando en partes iguales el índice de variación salarial Ripte y la recaudación del sistema previsional. Resultado: entre enero de 2021 y marzo de 2024, mientras estuvo en vigencia la ley que votó Hagman, los haberes perdieron un 50,3% de su poder de compra. Así lo consideran seis tribunales de cinco provincias diferentes, que fallaron declarando la inconstitucionalidad de esa norma peronista.

La responsabilidad del entonces gobierno de los Fernández fue total. Mientras los salarios perdían contra una inflación que se aceleraba, ellos otorgaban exenciones de todo tipo en los aportes patronales, deprimiendo el otro componente del cálculo. Quiere decir que los subsidios a los capitalistas los pagaron los jubilados. Para colmo pusieron un tope, por el cual en ningún caso las actualizaciones de haberes podían superar más de un 3% anual la variación de la recaudación previsional: así fue que, antes de dejar el gobierno en diciembre de 2023, dejaron a los adultos mayores con un reajuste de 20,8% cuando la fórmula hubiera dado 29%.

Todo este robo fue para allanar el acuerdo con el FMI. Durante 2021, el año que transcurrió entre la votación de la movilidad peronista y el programa que sellaron con el Fondo, el presupuesto asignado al pago de jubilaciones cayó el equivalente a 1,5% del PBI. Finalmente, fue para eso que Cristina puso a Alberto a la cabeza del FdT.

Para terminar con este robo permanente a los jubilados hay que respetar que las jubilaciones son un salario diferido, que se cobra al final de la vida laboral después de haber aportado todos los meses (y en el caso que no, es porque se lo robaron las patronales precarizadoras y no los laburantes precarizados). Por lo tanto deben estar sujetas al salario en actividad. Es la consigna del 82% móvil, una bandera para todo el movimiento obrero aunque la burocracia sindical peronista la haya entregado. Recordemos, ya que estamos, que una ley que se aproximaba a eso fue vetada por Cristina cuando era presidenta en 2010, alegando como Milei que con eso quebraba el Estado.

Con salarios acordes al costo de vida, el pase a planta permanente de todos los precarizados, el fin de las rebajas a las patronales y dejando de meter la mano en la caja previsional podría costearse el 82% móvil. Pero para eso hay que dejar de priorizar el pago de la deuda fraudulenta y romper con el FMI.

Que no te estafen de nuevo. Si querés derrotar el ajuste a los jubilados y a este gobierno de delincuentes hay que fortalecer a los que siempre estuvieron con las luchas de los trabajadores. Metamos más diputados del Frente de Izquierda y démosle impulso a la pelea por la huelga general hasta derrotar a Milei.

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