Elecciones 2023

Jujuy: la consolidación del FIT-U como oposición al cogobierno UCR – PJ

Claves de la elección provincial que confirmaron un derrumbe crónico del peronismo.

Transformar el apoyo electoral a la izquierda en un reagrupamiento político de los trabajadores.

Los medios nacionales se han quedado con dos títulos de las elecciones jujeñas: el triunfo “aplastante” de Carlos Sadir con Cambia Jujuy (49%) y la gran elección del Frente de Izquierda con Alejandro Vilca como candidato a gobernador (12,8%).

Los dos títulos tienen un denominador común, que es el derrumbe crónico del peronismo en la provincia y principalmente de su variante oficial el Frente Justicialista (22%). En 2019 -la anterior elección ejecutiva– sumando los votos del Frente de Justicialista (32%) y la lista de Snopek (10%), el peronismo jujeño llegaba al 43% de votos a gobernador. En la elección del domingo sumando ambas listas apenas llega al 28%, un retroceso de más del 13%. A su vez perdió intendencias históricas del peronismo como La Quiaca y El Carmen, quedándose con apenas siete municipios.

En una entrevista luego de la votación, al nuevo gobernador Carlos Sadir le preguntaron por la mala performance del peronismo y solo lo adjudicó al fracaso del Frente de Todos en el país, algo cierto que si bien es cierto evita responsabilizar al PJ jujeño de la derrota. Las palabras del mandatario electo llevan implícito un agradecimiento al peronismo por su colaboración permanente en la gobernabilidad de Gerardo Morales. Que la lista oficialista haya crecido en votos respecto a 2019 se debe principalmente a su cogobierno con el PJ, que le da un andamiaje en la Legislatura y las intendencias al régimen personal –y despótico– de Morales evitando que el ajuste y sus promesas incumplidas impacten electoralmente.

Hay un razonamiento generalizado en Jujuy sobre la debacle del PJ: sus dirigentes (Rubén Rivarola y Guillermo Jenefes) están más cómodos colaborando con un gobierno de la UCR. Siguen manejando el poder del Estado y protegen los enormes negocios personales, como es el caso de Limsa de Rivarola. La campaña electoral tuvo un hecho inédito: nunca hubo una crítica cruzada entre la primera fuerza (Sadir–Morales) y la segunda (Rivarola–Jenefes). Suena lógico el derrumbe peronista como “oposición” y el crecimiento del oficialismo.

Por último, no se puede soslayar al analizar los resultados que las impugnaciones realizadas por Morales y el PJ alteraron y manipularon todo el proceso electoral.

El avance de la izquierda

Ante la descomposición del peronismo jujeño, el Frente de Izquierda se consolidó como la única oposición al cogobierno de Morales–Sadir y el PJ. Los días anteriores al domingo de la elección se hablaba de que incluso el FIT-U podía superar al PJ; luego con un enorme despliegue de aparatos de parte de los dos partidos tradicionales terminó quedando como tercera fuerza a nivel provincial, pero realizando la mejor elección ejecutiva de la izquierda en la historia de Jujuy y la mejor a nivel nacional del ’83 hasta hoy.

En San Salvador de Jujuy, y principalmente Alto Comedero –el circuito con más votantes–, el FIT-U salió segundo cómodo muy por encima del PJ. También repitió, al igual que 2021, una muy buena elección en Humahuaca (22%), Palpalá (16,36%) y La Quiaca (16,28%), por encima del porcentaje provincial.

Los grandes resultados tienen un mayor valor en un cuadro de guerra de los aparatos radicales y peronistas por las intendencias, y la desesperación del PJ por no quedar detrás de la izquierda. En la jornada de los comicios se vieron todo tipo de maniobras fraudulentas, desde identidades truchas para votar, el reparto de alimentos en puerta de colegios y la prohibición de fiscalizar libremente expulsando fiscales de las escuelas por no estar en el padrón jujeño.

Con estos números el Frente de Izquierda obtuvo seis convencionales constituyentes (Natalia Morales, Sebastián Copello, Gloria Zambrano, Alejandro Vilca, Keila Zequeiros y Gastón Remy); tres bancas en la Legislatura, que serán ocupadas por Gastón Remy (PTS), Natalia Morales (PTS), Miguel López (PTS) con la rotación posterior de Leo Rivero (MST) y Sebastián Copello (PO); y concejales en Humahuaca, Palpalá y San Salvador de Jujuy.

La lista de VIA, que llevaba el nombre “libertarios”, no pasó la prueba con apenas un 3%. Tampoco Política Obrera, que se presentó por primera vez y fue inflada por los medios para dividir los votos al FIT-U, pero salió última por debajo del 1%.

Conclusiones para lo que se viene

La gran elección del FIT-U tiene un contenido contradictorio. Es un capital político que refuerza la lucha contra los que gobiernan, pero todavía tiene un carácter pasivo al no acompañarse con el reagrupamiento de grandes sectores populares. Por eso la gran votación a Vilca se reduce en las intendencias que había una disputa muy fuerte de los aparatos del régimen.

La izquierda debe organizar al pueblo frente a un régimen político jujeño en plena descomposición. El veto de candidaturas por parte de PTS a candidatos fusionados con la lucha del pueblo como es el caso de La Quiaca debilita al FIT-U frente a lo que se viene. El voto en la democracia capitalista es fluctuante y una política electoralista alejada de la organización de grandes sectores de las masas transforma a la izquierda en una opción electoral más, no en una verdadera alternativa de poder.

El Partido Obrero tomó la campaña con ese objetivo: transformar el apoyo electoral a la izquierda en un polo de reagrupamiento político de los trabajadores. Por ejemplo, en asambleas abiertas que realizamos en La Quiaca se sumaron docentes que propusieron unirse con trabajadores desocupados en la lucha por el voto al Frente de Izquierda. Realizamos actos por la tierra y la vivienda que sumaron a vecinos empadronados al Ivuj que hace años esperan su vivienda

El PO, en plena reconstrucción en la provincia, aportó su granito de arena con más de mil compañeros militando la campaña en 16 localidades, realizando asambleas masivas y planteando que hay que superar a estos políticos capitalistas fracasados que hundieron a Jujuy. 580 compañeros organizaron la fiscalización a pulmón, rotándose entre ellos, otros cocinando y cubriendo localidades enteras como Perico, Monterrico y La Quiaca.

La convención constituyente que se viene en junio será una oportunidad para el FIT-U de impugnar políticamente a todo el régimen de radicales y peronistas que gobiernan Jujuy en favor de los grandes ingenios, tabacaleras y el saqueo del litio, y de convocar a los trabajadores a enfrentarla en la calle para defender el derecho a la protesta y rechazar el saqueo capitalista de la provincia.

Indudablemente las enormes movilizaciones del año pasado contra Morales y la criminalización de la protesta empujaron estas altas votaciones del FIT-U, al ser la única fuerza independiente del gobierno y el PJ. Un desafío será impulsar nuevamente estas movilizaciones masivas cuando comience el tratamiento de la reforma. No se trata de proponer una constituyente más democrática, como planteó el PTS en la campaña, sino en impugnar a todo el régimen social y político jujeño, para plantear una superación por medio del poder político de los trabajadores y la izquierda.