Políticas

4/10/2022

Kicillof, la Iglesia y la paz social

Una multipartidaria del ajuste.

Kicillof en misa.

La ciudad de La Plata fue el escenario de la llamada “misa antigrieta”, organizada por el arzobispado platense como homenaje a Bergoglio, próximo a cumplir sus diez años al frente del papado. El oficio religioso tuvo repercusión política por la presencia en masa del gabinete de Kicillof, burócratas sindicales y también de intendentes y legisladores del PRO, entre ellos el jefe comunal amarillo de La Plata, Julio Garro, quien compartió oraciones con el ultracristinista Mario Secco, intendente de Ensenada.

En clave política, la carta del Papa Francisco y las declaraciones de su delegado, el arzobispo Tucho Fernández, son funcionales a la “concordia y paz social” que exigen el FMI y la embajada yanki para hacer pasar el ajuste contra los trabajadores. La encíclica que presidió la misa (Hermanos Unidos) está en línea con el amago de convocatoria al diálogo político que promueven la vicepresidenta y todo el kircherismo mientras bancan el ajuste fondomonetarista de Sergio Massa, y comprometen el apoyo de Juntos por el Cambio para que ponga las huellas en el Congreso para el presupuesto nacional.

Tucho Fernández

El mentado Tucho es un adalid de las burocracia sindicales de la CTA Yasky y la CTA Godoy, que ponderan el “costado social” del jerarca del poderoso Arzobispado de la ciudad capital de la provincia. También lo es para el llamado trío Vaticano, que congrega a las burocracias de los movimientos sociales integrados al gobierno de los Fernández. Esta unción de Tucho como cura “progresista” es puro verso y se da bruces con la protección oficial que le prodigó a reconocidos abusadores de la Iglesia y a su declarada hostilidad al aborto legal y la ESI en las escuelas.

La sumisión a Tucho Fernández quedó más que patente con la votación conjunta del Frente de Todos y Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante de La Plata donde se le regalaron tierras del Barrio Rincón -destinadas a una escuela y salita- al Arzobispado platense. La cesión es por 99 años. Los vecinos del Rincón hicieron múltiples movilizaciones para denunciar este saqueo.

Paz “Social”

Tucho Fernández es un viejo conocido de la burocracia de ATE Ensenada, como lo fue su predecesor, el ultramontano, derechista y prodictadura monseñor Agüer, quien supo ser “patrono del Astillero Río Santiago” y habitué de los actos oficiales en el ARS. En el 2018, Tucho fue el garante de la paz social entre la exgobernadora Maria Eugenia Vidal y la burocracia de ATE Ensenada (apoyada por un sector de la izquierda incluidos el PCR y el PTS) para sacar a los trabajadores del Astillero de las calles. El “hay 2019” debutó en La Plata, desmovilizando a los combativos obreros del ARS, vanguardia de la lucha obrera contra el macrismo.

La unidad nacional de los partidos capitalistas es puro fuego de artificio y es para descargar la crisis y el ajuste sobre los trabajadores. La tentativa de supresión de las Paso en la provincia de Buenos Aires o su suspensión por única vez por la vía judicial (argumentando un recorte de caja como parte de la reducción del déficit fiscal), avivó las disputas del oficialismo con la oposición derechista, y aún por dentro de las dos coaliciones burguesas. Para el Frente de Todos asoma el fantasma de una nueva derrota electoral en la provincia que los Kirchner eligieron como “retaguardia”.

Mientras Kicillof finge desinterés por el futuro de las Paso -cuya continuidad está atada a lo que pase con las Paso nacionales-, el gobernador trabaja activamente por un acuerdo con la Cámpora y los barones del PJ para ser entronizado como candidato a la reelección a cambio de quitarle competencia a los jefes comunales en sus distritos. Las veleidades de los nacionales y populares se estrellan contra el PJ bonaerense.

La concurrencia masiva de los ministros del gobierno provincial a la misa, incluido el ministro de Trabajo bonaerense de la Corriente Federal, Wálter Acuña, trasciende lo protocolar y está vinculada al tratamiento del presupuesto bonaerense 2023, que debería ir a la Legislatura antes de fin de año. Kicillof quiere repetir lo ocurrido el año pasado, cuando el Frente de Todos y Juntos por el Cambio votaron conjuntamente la ley de leyes ajustadora; el mismo aval recibieron los sucesivos endeudamientos.

El “Kici” aprieta y ahorca: el decretazo paritario, aceptado por todas las alas de la burocracia sindical, deja el salario de los docentes y estatales por debajo de la inflación y de la canasta de pobreza. Los “nacionales y populares” ofrecen el ajuste salarial como prenda del canje ruinoso de la fraudulenta deuda externa bonaerense, reconocida sin investigación.

El aspirante a la reelección, presente en el homenaje “multipartidario” al papa Francisco, necesita de los pactos con la derecha para gobernar. Como antecedente de la próxima negociación por el presupuesto provincial 2023, el gobierno emitió el noveno tramo de deuda en letras del Tesoro provincial destinado a cubrir gastos ordinarios que se pagan con ajuste (por ley Kicillof fue autorizado a endeudarse por hasta 47.500 millones de pesos). Como su antecesora, María Eugenia Vidal, el gobernador “amigo” de las burocracias volvió a contraer préstamos en moneda extranjera, en este caso por 500 millones de dólares con el BID.

Para conquistar el voto positivo de los alcaldes de Juntos por el Cambio, Kicillof deberá hacer nuevas concesiones a los intendentes del PRO y de la UCR. La interna en Juntos también entrará en discusión por el reparto del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) y las transferencias del presupuesto bonaerense a las intendencias.

Fuera los políticos capitalistas

La preparación del acto del Partido Obrero del 29 de octubre en Plaza de Mayo implica una gran campaña política en la provincia de Buenos Aires por la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas, dirigido por la clase obrera. El desarrollo de un movimiento de lucha de los explotados independiente políticamente abona a la ruptura de los trabajadores con el peronismo en todas sus variantes: kicillofistas, camporistas, y pejotistas. Kicillof representa al nacionalismo burgués ajustador y pactista con la derecha.