Políticas
27/3/2021
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Kicillof raspa la olla para pagar la deuda externa
Mientras premia a las privatizadas con un tarifazo.
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El gobernador bonaerense Axel Kicillof confirmó en conferencia de prensa un aumento de las tarifas a partir del 1 de abril. Del incremento del 7% quedarían excluidos por ahora los municipios que integran el AMBA (Área Metropolitana Buenos Aires) con excepción de la ciudad de La Plata y la región. Mientras el gobernador se diferenciaba de María Eugenia Vidal, el subsecretario de Energía de la provincia, Gastón Ghioni, detallaba el tarifazo que alcanza al 40% del territorio de la provincia. Según Ghioni, este aumento del 7% iniciaría un período de negociación “para definir costos e inversiones para adelante”. Es decir que se trata del primero de los tarifazos del 2021.
A pesar de las ganancias siderales que tuvieron las privatizadas, el ajuste de tarifas de Kicillof es presentado una vez más como un recurso necesario para el mejoramiento de la red eléctrica. Verso. El mismo subsecretario de Energía contrastó el enorme crecimiento de la rentabilidad empresaria con “las inversiones que se mantuvieron constantes”. Una forma elegante de encubrir la “huelga de inversiones” de las privatizadas que pagan los usuarios con la venia del Estado capitalista y los tarifazos.
Los por ahora “exceptuados” del aumento, Edesur y Edenor, amasaron un enorme colchón bajo Vidal y también con Kicillof en la gobernación. Después de haber “amenazado” con la expropiación de Edesur por los cortes prolongados del servicio eléctrico, el gobernador le dio continuidad al monopolio. Sólo en 2019, Edenor ganó $12.134 millones y Edesur $12.600 millones mientras que las multas fijadas por el mal servicio en el 2020 fueron irrisorias. Kicillof deja a Edesur y Edenor una segunda ronda de aumentos a partir de setiembre en este tarifazo en dos tiempos.
Siguen pagando los trabajadores
Junto con el aumento tarifario, Kicillof y su ministro de Hacienda Pablo López anunciaron dos nuevas moratorias para el pago de deudas de impuestos patrimoniales y para agentes de retención de la provincia de Buenos Aires. Se trata de una enorme concesión a las empresas morosas y a los capitalistas que evaden los aportes patronales. López dijo que el gobierno quiere modificar la percepción de ingresos brutos para “simplificar” la recaudación de los monotributistas. Estas medidas consagran el fraude de los empresarios contra el fisco y del gobierno del Frente de Todos contra los trabajadores por la vía de la confiscación de sus aportes para pagar la deuda externa, y esquilmando a los monotributistas que son trabajadores precarizados.
El paquete de Kicillof está condicionado a la negociación con la oposición derechista de Juntos por el Cambio en la Legislatura y a la crisis abierta con los fondos buitres que litigan contra la provincia. También al resultado del acuerdo con el FMI que sigue demorado. Algunos medios atribuyen el aumento del riesgo país, entre otras causas, a la incertidumbre por el default de la provincia de Buenos Aires. No es casual que Kicillof haya elegido el 26 de marzo para los anuncios de su equipo económico. Es el mismo día que vence la decimotercera postergación del canje de 7140 millones de dólares en bonos bajo legislación extranjera. Claramente, se trata de una señal de garantía de pago, recaudación y ajuste fiscal mediante, dirigida al Comité de Acreedores de la deuda externa bonaerense que inició una demanda en los tribunales de Nueva York para ejecutar el default.
Tirando la toalla
Más allá de los reiterados lamentos por la intransigencia de los acreedores, los “nacionales y populares” reafirmaron su voluntad de pagar a pesar de que las propias auditorías realizadas por Kicillof confirman el carácter fraudulento y usurero de una deuda que asciende a 12 mil millones en moneda extranjera. El delfín de Cristina actúa bajo la presión de una demanda por 300 millones de dólares cuando las finanzas provinciales están en rojo.
Todo indica que Kicillof tiene estrecho margen para seguir dilatando la negociación y que busca desesperadamente un acuerdo con el Grupo Ad Hoc que agrupa a la mayoría de los bonistas. El fiasco que representó el viaje de Martín Guzmán a los EE.UU. y la negativa del FMI a darle al gobierno de Alberto Fernández el “gestito” que pedía Cristina Kirchner (ampliación de los plazos de pago de la deuda con el Fondo Monetario) potencia la presión del capital financiero y envalentona a los buitres que quieren asegurarse el pago de 2000 millones de dólares en tiempos breves y cobrar intereses de hasta el 7,5%.
Como informamos en Prensa Obrera los “acreedores” desestimaron esta semana las “mejoras” ofrecidas por Kicillof que incluyen la eliminación de la quita del capital, el aumento de los intereses de los cupones, un recorte en los plazos para empezar a pagar, y el reconocimiento de los intereses devengados durante la “negociación”. Un retroceso en chancletas. En números son 1800 millones de dólares por encima de la oferta inicial. Para tener una dimensión de lo que representan estos beneficios extras, equivalen al total del plan de obra pública provincial 2021, y cinco veces al presupuesto para comedores o escolares.
A pesar del rechazo del “Comité de Bonistas”- que tiene al Grupo Ad Hoc como propietario mayoritario de la deuda bonaerense- los bonos de la provincia experimentaron una fuerte suba el lunes 22 y el martes 23. Más allá del relato, el “mercado” apuesta a favor de una nueva rendición y entrega del kirchnerismo y del PJ provincial que se propone encabezar Máximo Kirchner en la provincia. Los bonistas le tienen tomado el tiempo a Kicillof.
Programa y alternativa obrera y socialista
Este 26 de marzo, y mientras Kicillof y su equipo anunciaban el aumento de tarifas, se conocieron los datos del Indec sobre el nivel de empleo en el país y en la provincia de Buenos Aires. A poco más de un año de haber asumido el peronismo, crece la miseria social en el principal Estado argentino. En el Gran Buenos Aires la desocupación “oficial” superó la media nacional ubicándose en el 14,1%. El conurbano encabeza el pelotón de desempleo seguido por el Gran Rosario y el Gran Córdoba. En vísperas de la segunda ola, sin vacunas, y con un promedio diario en ascenso de 3500 casos, la provincia de Buenos Aires es un polvorín para Kicillof. Todo esto explica también que Cristina lo haya plantado al represor Berni y jefe de la maldita Bonaerense en la primera fila de su acto en Las Flores para conmemorar el “día de la memoria”.
La lucha por un plan económico de los trabajadores empieza por el desconocimiento y no pago de la deuda externa y exige una clara delimitación con el kirchnerismo. El Partido Obrero en el Frente de Izquierda se empeña en la lucha y movilización por la satisfacción de las reivindicaciones y reclamos de las masas y en la construcción de una oposición y alternativa obrera y socialista al nacionalismo burgués gobernante.