Políticas

6/3/2022

Kicillof ratifica el apoyo al pacto colonial con el Fondo

Progresismo en ruinas y división del kirchnerismo provincial.

Tomada de Ricardo Pristupluk - La Nación

En Prensa Obrera adelantamos el agradecimiento público de Kicillof a Juntos por el Cambio por haber votado el presupuesto 2022 de ajuste y la ley del impuestazo y nuevo endeudamiento. En la apertura de sesiones en la Legislatura, el gobernador Kicillof dejó también expresa constancia que la provincia de Buenos Aires “no se corta sola” en una alusión explícita al aval a la Carta de Intención pergeñada por el FMI. Este contrapunto de Axel Kicillof con Máximo Kirchner apunta a congraciarlo tardíamente con el PJ bonaerense. El kirchnerismo en sus distintas variantes, y ahora dividido en la provincia es un furgón de cola del aparato peronista y sus barones.

Axel Kicillof se pejotiza para intentar salvar su responsabilidad en la derrota electoral del 2021 y colarse en la lista de candidateables a la gobernación bonaerense: la “albertización” de Kici corre pareja con su aislamiento político y confesión pública de que abandona la carrera presidencial hacia el 2023. Ese fue el mensaje en la sesión inaugural en la legislatura acompañado de la profesión de amor al gobierno nacional. En síntesis, una adaptación a la virtual intervención del gobierno provincial que acordaron los intendentes con la zigzagueante Cristina Kirchner y el compromiso de no sacar los pies del plato. Rápidamente Alberto Fernández firmó convenios por más de 75.000 millones de pesos con la provincia que tienen como destino directo los bolsillos de los barones del conurbano. Está por verse el cumplimiento de estas transferencias, que serían mensuales teniendo en cuenta las auditorías trimestrales del FMI y la amenaza del default.

Kicillof pasó del gabinete intervenido a la dependencia financiera del gobierno nacional, en un año en que la provincia de Buenos Aires tienen que comenzar a pagar los intereses en mora del “canje” de deuda. Los 75.000 millones de pesos para “políticas activas que atenúen las consecuencias económicas del Covid”, y que se irían girando conforme a las exigencias del ajuste fueron anunciados en una reunión en la Casa Rosada donde tuvieron un papel protagónico Juan Manzur, Martín Insaurralde -competidor de Kicillof por la gobernación-, el ministro albertista Zavaleta, la ministra de gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, y la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, también alineadas con Alberto Fernández. En todos los casos la prioridad serán los subsidios a los capitalistas y no la asistencia social. Kicillof está enfrentado a Máximo Kirchner y quiere aprovechar las dificultades del hijo de la vicepresidenta para alzarse efectivamente como presidente del PJ bonaerense.

Seducido y abandonado por Sergio Berni que recorre la provincia y el país como candidato de un virtual frente derechista por dentro o por fuera del peronismo, sin descartar que termine con Bullrich y Juntos por el Cambio, Kicillof busca pista junto a Alberto Fernández mientras sigue perdiendo fichas propias para competir por la gobernación bonaerense. Chicaneando a Máximo y a la Cámpora, el gobernador se jactó de la ley de leyes que aprobó la legislatura, y la presenta como la contracara del fallido tratamiento del presupuesto nacional y la renuncia maniobrera de Máximo a la presidencia del bloque del Frente de Todos en Diputados. La “victoria”, que se atribuye el Kici, es una capitulación frente a los fondos buitre que impusieron un presupuesto provincial de ajuste para pagar la deuda externa provincial, y le costó caro al gobernador quien tuvo que aceptar la reelección indefinida de los jefes comunales y el predominio del aparato pejotista, además de rifar miles de 17 mil millones de pesos en concepto de “Fondo de Infraestructura Municipal” que se embolsaron los alcaldes macristas y radicales. Lejos de “políticas activas” para la salud, se eliminó del presupuesto bonaerense el fondo covid mientras se blanquea la deuda externa fraudulenta, en dólares, dejada por María Eugenia Vidal y antes por Scioli.

Después de haber responsabilizado a Vidal por la tierra arrasada (dejada por su gobierno entre el 2015 y el 2019) Kicillof se presentó en la Legislatura como la continuidad “exitosa” de las obras iniciadas por la exgobernadora. Una chupada de medias a la derecha que retrata el derrumbe político e ideológico de los nacionales y populares y desnuda la impostura del “mayor plan de obras” de los últimos años, que es el relato kicillofista repetido y fracasado. Esto vale para todo el gobierno: el ministro de educación bonaerense Sileoni tuvo que reconocer que siguen fuera del sistema por lo menos unos 72.000 estudiantes de la provincia que no volvieron a las aulas. El reconvertido Kicillof cambia las formas pero no de mañas; la paritaria estatal está en veremos, a pesar de que las burocracias sindicales de Ate, Upcn, y Salud Pública no van más allá del “reclamo” de una paritaria similar a la docente, es decir, por debajo de la inflación anual, y con salarios de pobreza, que serán de indigencia cuando terminen las cuotas en octubre. Concretamente: salarios y jubilaciones a la medida del Fondo y del capital financiero.

La orfandad de Kicillof, quien hace equilibrios al mejor postor, se vio en la deslucidísima convocatoria propia a la apertura de sesiones. Sin la Cámpora y sus satélites, el otrora ahijado político de Cristina tuvo que conformarse con una reducida delegación del Suteba Provincia, de la burocracia de Ate y de las dos fracciones de la CTA integradas al gobierno provincial. Baradel ocupó su lugar de rigor como aplaudidor de las tres horas del discurso de Kicillof, claro está, después de haber entregado la paritaria docente bonaerense y atado a 32.000 docentes a la precarización laboral y los despidos a plazo fijo.

El larguísimo autobombo de Kicillof delante de los legisladores oficialistas del Frente de Todos y opositores de derecha ofició como lanzamiento del trabado operativo reelección del gobernador. Más albertista que Alberto, Axel Kicillof hace los deberes del ajuste y frente al FMI para ser bendecido como el candidato oficial del peronismo provincial. Tendrá que lidiar con el PJ bonaerense y con Martín Insaurralde que hace mucho que viene tejiendo la rosca pejotista. En la puja entra también la conveniencia o no del desdoblamiento de la elección en la provincia diferenciándola de la nacional. El recalculando del gobernador tiene puesto el GPS hacia la derecha, y eso explica que sostenga a Berni como garantía a la Bonaerense a pesar del portazo del ministro represor.

La ratificación del voto favorable a la Carta de Intención del FMI y el alineamiento con la Cancillería que está en el campo del imperialismo y la Otan, sella el derrumbe del pretendido progresismo. Más que nunca la lucha contra el Pacto con el FMI y los ataques capitalistas exige pelear por la independencia de la clase obrera, batallar por la recuperación de los sindicatos y organizaciones populares, y ganar la calle en defensa de todas las reivindicaciones de las masas, y en primer lugar contra el hambre, avasalladas por el ajuste fondomonetarista.

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