Políticas

25/5/2021

Kicillof y un comunicado de capitulación ante los buitres

Con plazos cortos y cada vez más exiguos, el gobernador bonaerense Axel Kicillof extendió el canje de los bonos de deuda externa bonaerense bajo tenencia extranjera hasta el 4 de junio. Se trata de la decimoséptima postergación e involucra a 7148 millones de dólares que vencen a corto plazo y durante el mandato del gobierno del Frente de Todos. Una bomba de tiempo que ha llevado a la provincia de Buenos Aires al default “técnico”, a pesar de que el gobierno ya ofreció en marzo pasado eliminar toda quita de capital, subir el precio de los cupones, y reducir los plazos de pago. Un beneficio extra para los buitres por 1800 millones de dólares.

Esta semana, el Ministerio de Hacienda y Finanzas bonaerense emitió un comunicado que da cuenta del impasse del gobierno y de las presiones y chantajes de los bonistas. A la fecha, Kicillof, quien comanda personalmente las “negociaciones”, no pudo sumar a la mayoría de los tendedores de deuda a los llamados “acuerdos de confidencialidad”, de los que debería salir la oferta pública final. La deuda usurera y fraudulenta acumulada bajo el gobierno de María Eugenia Vidal y los gobiernos peronistas -entre ellos el de Daniel Scioli- está sujeta a las cláusulas secretas y condiciones impuestas por los “acreedores”, y entre éstas la jurisdicción de los tribunales de Nueva York para dirimir los conflictos.

El comunicado del gobierno de Kicillof deja expresa constancia de que se extienden “las conversaciones restringidas” hasta el 4 de junio para sumar a los bonistas que no adhirieron a la “invitación” al canje, la mayoría de los cuales son parte del Comité Ad Hoc que lidera la ofensiva buitre. Estos pesos pesados del capital financiero, también “acreedores” del gobierno nacional, presentaron demandas a fines de marzo de este año en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos por “incumplimiento” de pagos de bonos e intereses por 2100 millones de dólares.
Bajo la extorsión de ejecutar la judicialización del default, el “Comité de Acreedores” le ha puesto un precio de 2100 millones de dólares a un pago de “buena voluntad” para seguir negociando.

Kicillof en la mira

Ya sea que el gobierno bonaerense caiga en un default obligado o “pactado” -que agravaría la crisis capitalista en medio de las “tratativas” con el FMI-, como que Kicillof proceda después del 4 de junio a una nueva rendición frente a los “bonistas”, ambas variantes comprometerían política y directamente al gobernador, quien se involucró personalmente en la “negociación de la deuda sustentable”, y golpearía por extensión a su jefa política, Cristina Kirchner. Si Axel Kicillof opta por pagar como lo hizo en febrero del 2020, quedarían también en offside todas las burocracias sindicales y las CTA’s integradas al gobierno que apoyaron la “negociación soberana” de deuda junto al Presupuesto 2021que puso un techo mentiroso a las paritarias y a los salarios estatales y docentes, como parte del ajuste fiscal.

La repetida cantinela de la “sustentabilidad” no es original de Kicillof ni del kirchnerismo. Fue el caballito de batalla del ahora denostado ministro de economía y hombre de Alberto Fernández, Martín Guzmán, para cerrar un pacto colonial con los fondos buitres y ahora para ofrecer todo tipo de garantías al FMI. Los “términos” que proponen Kicillof y el ministro Pablo López para sumar al Comité de Acreedores a los acuerdos de confidencialidad confirman que estamos en la antesala de una nueva capitulación de los “nacionales y populares”. En el comunicado, el gobierno implora un “último esfuerzo” para alcanzar un entendimiento con la mayoría de los acreedores que “incorporará todas las mejoras posibles en el marco de la sostenibilidad de la deuda provincial”: el cristinista Kicillof pasó de la “deuda soberana” a la plegaria de remate.

Potenciar la campaña por el no pago

El gobernador y ahijado político de Cristina Kirchner está corrido por los tiempos de los bonistas, pero también por las definiciones electorales en la estratégica y explosiva provincia de Buenos Aires. Una eventual candidatura de Scioli acentuará el curso derechista, ajustador y exigiría un acuerdo previo con los bonistas para no caer en la cesación de pagos en plena pandemia y con récord de desocupación y pobreza. El default provincial trasladaría la “herencia recibida” al propio gobierno de Kicillof.

Sólo el Frente de Izquierda Unidad repudia el pago de la deuda externa fraudulenta y usurera que confisca los recursos que exige la lucha contra la pandemia y para enfrentar la saturación de hospitales y terapias. El Partido Obrero se moviliza por el no pago de la deuda externa, la ruptura con el FMI, y por un plan y programa económico de los trabajadores para reorganizar la provincia frente a la catástrofe capitalista, los despidos, la desocupación y la miseria social.

La campaña por el Congreso del Frente de Izquierda servirá para una gran movilización política contra los usureros y para denunciar a los bloques burgueses del Frente de Todos y Juntos por el Cambio como pagadores seriales de deuda.