Políticas

15/7/2022

La “coincidencia” de Larreta con Cristina en el ataque a los desocupados

Los une la necesidad de doblegar al movimiento piquetero para avanzar en el ajuste del FMI.

Imagen Prensa Obrera.

En una entrevista televisiva en TN el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fue consultado sobre si coincidía con Cristina Kirchner en que “hay que terminar con los planes sociales”, y respondió: “Coincido con Cristina en que hay que replantearlo y de raíz”. Luego insistió con las mismas palabras que la vicepresidenta en el planteo de recomponer los aparatos de punteros del Estado en los barrios y en el ataque macartista contra las organizaciones piqueteras. Lo que une a líder del kirchnerismo con uno de los presidenciables del PRO es su comprensión de que para avanzar en el ajuste que reclama el FMI hace falta doblegar a este enorme movimiento de lucha nacional.

Larreta atacó de manera directa a las organizaciones piqueteras al agregar que “ya el hecho de sacar la intermediación es un cambio enorme por lo pronto no van a poder obligar a la gente a que vengan a las manifestaciones”, como si la necesidad de trabajo y de combatir el hambre en las barriadas más pobres no fuera motivo suficiente para reclamar respuestas al Estado. Tras esta difamación que busca deslegitimar las reivindicaciones tan elementales de los desocupados, retomó la misma línea macartista de Cristina diciendo que “no son organizaciones sociales sino organizaciones políticas”.

De hecho emuló una histórica frase de cuando ella era presidenta, al decir: “Que hagan un partido, se presenten a elecciones, y si ganan manejarán los planes sociales pero desde el Estado. Lo que no está bien es que el Estado delegue en organizaciones que nadie votó”. Rodríguez Larreta vuelve con las falsedades que repite también el ministro Juan Zabaleta y otros, porque hoy las altas y bajas de los planes sociales las maneja el Ministerio de Desarrollo Social. Lo que sucede es que los beneficiarios, junto a miles de desocupados y precarizados, se organizan con las agrupaciones piqueteras para luchar porque nadie vive con ingresos de indigencia, mientras los gobiernos recortan hasta en la asistencia a los comedores populares.

Apunta con ello en la misma dirección que reclama la vice, de poner a los beneficiarios bajo control de los punteros de las intendencias y las gobernaciones. Finalmente, desde el triunfo de Macri en la Ciudad el PRO se apoyo en el reciclaje de todo el aparato punteril del peronismo porteño en las villas y barriadas de la capital. De fondo, y al igual que los Bullrich y Milei, la orientación común es apuntar a convertir los planes sociales en una plataforma de mano de obra barata para el Estado, de manera que no compita con ramas enteras de la economía que pagan salarios de miseria.

Las declaraciones calcadas se enmarcan en una campaña de allanamientos y persecución a dirigentes que se convirtió en una política de Estado para tratar de desarmar al movimiento obrero ante el ajuste del gobierno y las ofensivas patronales.

Este ataque de común de todo el arco patronal es la contracara del crecimiento de la desocupación y la pobreza durante la sucesión de gobiernos del kirchnerismo, el macrismo y el actual Frente de Todos. Es contra eso que se rebeló el movimiento piquetero, que ha pasado a organizarse de forma independiente de los punteros y el Estado.

Al día siguiente de los dichos de Larreta se desplegó una monumental jornada de lucha nacional convocada por la Unidad Piquetera, que reclamó a la nueva ministra Batakis una respuesta inmediata para los sectores más golpeados, con un bono de $20.000, salario mínimo por arriba de la canasta básica de $100.000, un seguro universal al desocupado, y por supuesto por trabajo genuino, cuando el ajuste del gobierno (como en obra pública) agrava la desocupación.