Políticas
26/11/2024
La izquierda rechaza la reforma reaccionaria de la Constitución de Santa Fe
No a la reelección de Pullaro.
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Última candidata a gobernadora del Frente de Izquierda en Santa Fe
Maximiliano Pullaro.
Por estas horas se aceleró la rosca política para que el gobernador Pullaro consiga los 2/3 de los votos de ambas cámaras de la Legislatura de Santa Fe para proceder a la reforma “parcial” de la Constitución de Santa Fe. El objetivo central es habilitar la reelección del gobernador de la provincia, que hasta el momento no está permitida, lo que prácticamente lleva a la posibilidad de la reelección de Pullaro dentro de 3 años.
Las trenzas tras bambalinas entre la UCR, el PRO, el PJ y el FAP (Frente Amplio por la Soberanía-Del Frade) lo acercan mucho al tratamiento en sesiones ordinarias. De llegarse a un acuerdo iríamos a una reforma exprés de la carta magna provincial, que habilitará la votación de convencionales constituyentes para que resuelvan en torno a una serie acotada de puntos que fijará esa misma ley, cuyo corazón es el apetito reeleccionista del Poder Ejecutivo.
La colaboración del peronismo para que avance esta reforma ha sido clave y vino de la mano del exgobernador Omar Perotti, que fue el que aportó los votos para la reciente reforma de la Corte Suprema de Santa Fe que habilitó a Pullaro a poner jueces que le respondan, ahondando la crisis de un peronismo que en la Legislatura está pintado como oposición. Frente a los anuncios de que Perotti y buena parte del peronismo aportarían sus votos para la reforma constitucional, el PJ de Santa Fe emitió un comunicado considerando la reforma “apresurada e inoportuna” e instando a un “diálogo democrático para debatirla”, lo que suena al pedido de una silla en la mesa de negociaciones.
El otro sector que aportaría sus votos a la reforma constitucional es Del Frade, que lo justifica a partir de un proyecto de ley propio de “reforma integral” para incorporar un temario más vasto ligado a los derechos sociales, que va de suyo que no es el que terminará siendo tratado en la Legislatura dominada por “Unidos” (UCR+PRO+PS+Celestes). El punto real es que la reforma, junto con la reelección de gobernador, incluye también una modificación en la Cámara de Diputados para que se integre por sistema D´Hont, que podría mejorar las chances electorales de la centroizquierda. Un tema caro a ese espectro político, cuando en la última elección se judicializó entre los antiguos aliados Giustiniani y Del Frade, y se terminó resolviendo según un decreto ley de la última dictadura militar a favor de Del Frade, quien en el pasado había cuestionado esa disposición, y con ello accedido por primera vez a la Cámara de Diputados.
Reconociendo que la actual conformación de la Legislatura es profundamente antidemocrática y que funciona como una “escribanía” del Poder Ejecutivo, dado que Diputados se renueva cada cuatro años junto con la elección de gobernador y vice, y le otorga la mitad de los escaños al partido más votado; y Senadores es un reducto de familias ricas ligadas a los dueños de los campos, las fábricas y el gran delito de los Departamentos; el toma y daca que proponen los operadores del Ejecutivo (reelección de gobernador a cambio de un leve modificación en la Cámara de Diputados) lejos de democratizar el Estado santafesino, lo termina de patentar como un aparato que se mueve según las necesidades de una casta. Se puede pronosticar también que si la oposición refuerza la estrategia de Pullaro en materia institucional, éste acabará por fortalecerse en las próximas elecciones.
El resto de los puntos de esta reforma dan lugar a la conformación del Consejo de la Magistratura; le dan mayor estatus institucional a la Defensoría del Pueblo; extienden el calendario ordinario del funcionamiento de la Legislatura provincial y promueven la adecuación de la Constitución de Santa Fe a pactos, tratados y convenciones internacionales que ya están contemplados en la Constitución Nacional, y por lo tanto son de aplicación obligatoria en toda la Argentina. En medio de una guerra sorda por el control del Poder Judicial, donde viene ganando Pullaro, avanzando en el control de la Corte Suprema de Justicia provincial gracias también a los votos de Perotti y del FAP, el resto es claramente maquillaje institucional y un poco de adorno “anticasta”.
Abajo la reforma reaccionaria
Ninguna reforma constitucional puede abstraerse del contexto concreto en el que se produce. En el caso de Santa Fe, venimos de una represión brutal y del encarcelamiento de docentes y estatales por protestar contra una reforma jubilatoria impulsada por Pullaro y votada por la Legislatura, que reventó una conquista histórica de la clase obrera santafesina.
De una reforma de la Corte Suprema de Santa Fe que amplía el número de jueces para que el gobernador pueda poner nombres propios, mientras los empleados judiciales vienen protagonizando parazos contra el gobierno por la violación de su convenio colectivo de trabajo. Entre los nombres de los candidatos a cortesanos está el del actual intendente de Rosario, Pablo Javkin, que ya tiene conchabo para cuando termine su mandato dentro de 3 años. Un reparto de cargos sin pudor entre la cúpula del poder político, algo muy habitual en la Santa Fe donde el juez de la Corte Suprema de la Nación, Horacio Daniel Rosatti, fue intendente de Santa Fe capital bajo el kirchnerismo.
Esta reforma es inseparable del Estado policial que se montó en Rosario, que fracasó para desmantelar el narcotráfico y el gran delito pero sirve a los fines reaccionarios de Pullaro, Javkin y Bullrich, especialmente para amedrentar a la población que padece las peores consecuencias de la política de guerra de Milei contra los trabajadores en los barrios populares.
No existe ninguna posibilidad de que esta reforma trate un contenido a favor de las y los trabajadores santafesinos al margen de una movilización obrera y popular de conjunto contra este régimen político reaccionario. No vendrá de las disputas por arriba la protección del patrimonio de la provincia, de sus bienes comunes, porque allí están los responsables de la enajenación de los puertos privatizados y de la tierra explotada por los pooles de siembra.
El apuro de la propia reforma, el hecho de que ni siquiera se encuentra establecido un calendario electoral claro ni la forma de elección de las y los convencionales constituyentes, sujeto a todo tipo de roscas, y el hecho irrefutable de que la población está completamente ajena al tema, dejan establecido que esta es una reforma reaccionaria que debe ser impugnada de conjunto. Rechazamos que detrás de estas maniobras haya un “espíritu reformista” o que pueda introducirse en estos contubernios una agenda ambiental, de género, etc., que pueda darle otro carácter.
La participación de la izquierda revolucionaria en la misma solo debe servir para que el pueblo santafesino se movilice para impugnar su contenido reaccionario y en ese marco crecer en organización y lucha por un pliego de reivindicaciones propio, que nos fortalezca para organizar una transformación social de raíz con los trabajadores a la cabeza.
Por un Congreso de Trabajadores
Esta reforma fue añorada por todos los partidos del régimen. El éxito de Pullaro consiste en que la oposición no tiene espaldas para oponerse a sus objetivos reeleccionistas, en línea con lo que ocurre en el Congreso de la Nación donde solo impera una agenda reaccionaria a medida de Milei. Esto demuestra que radicales, macristas, y peronistas son empleados de la casta capitalista que viene saqueando Santa Fe, y que la centroizquierda es incapaz de ser un canal para la expresión de las necesidades reales de los trabajadores.
Desde el Partido Obrero llamamos a las organizaciones obreras, estudiantiles y populares a deliberar sobre el tema en asambleas, fijar posición y promover un congreso con mandatos de base de las y los trabajadores ocupados y desocupados y demás organizaciones populares, para rechazar de plano la reforma reaccionaria y fijar un pliego de reivindicaciones, convocando a movilizar contra la reforma.
No a la reelección de Pullaro. Ninguna reelección de gobiernos capitalistas. Abajo la constituyente reaccionaria. Por un congreso de trabajadores con mandato de asamblea. A las calles por los derechos del pueblo trabajador.