Políticas

27/4/2022|1643

La izquierda y el movimiento piquetero

Aporte a los debates del XXVIII Congreso del Partido Obrero

El movimiento piquetero ha adquirido un enorme desarrollo

El enorme desarrollo que ha adquirido el movimiento piquetero durante todo el último período y el lugar que ha conquistado en la escena política nacional, especialmente en los últimos meses, son factores que, inevitablemente, interpelan a la izquierda argentina. Este hecho vuelve a poner en discusión la política de ciertos partidos de la izquierda, que le han dado la espalda al gigantesco proceso de organización y de lucha del sector más plebeyo de la clase obrera argentina. Por otro motivo, el Partido Obrero también es interpelado por este extraordinario fenómeno social y político. Sucede que el enorme desarrollo del movimiento piquetero en general, y del Polo Obrero en particular, nos coloca ante el desafío de luchar por la construcción de un nuevo movimiento obrero y popular en nuestro país que, a diferencia del pasado, no se estructure bajo los preceptos del nacionalismo peronista sino bajo las banderas del socialismo.

Izquierda conservadora

En el campo de la izquierda, el PTS es quien más a fondo ha desarrollado una línea de oposición a la construcción del movimiento piquetero. Aunque una actitud similar mantienen Izquierda Socialista y el Nuevo MAS. ¿Qué argumento puede ser válido para no ser parte de un movimiento de decenas de miles de trabajadores informales y desocupados que con su lucha han logrado instalar en el centro de la agenda política nacional el problema de la pobreza, la miseria, el trabajo en negro y los bajos salarios, y que ha puesto en evidencia las consecuencias devastadoras del plan fondomonetarista? Las organizaciones piqueteras fueron las que colmaron todas las movilizaciones en rechazo el pacto del gobierno con el FMI. La lucha organizada de las masas más empobrecidas del país contra un gobierno peronista no es un “detalle” menor: el principal capital político del peronismo ante la burguesía es, justamente, su capacidad de contención y regimentación del movimiento popular. Es por todo esto que el movimiento piquetero ha sido el blanco predilecto de los ataques y la persecución de la burguesía.

El PTS, por ejemplo, dice abstenerse de organizar el movimiento por ser opuestos a la “administración de la asistencia social del Estado”. Omiten que la pelea de la Unidad Piquetera es por trabajo genuino, por un seguro al parado y por la universalización de los planes sociales, y pasan por alto el control obrero de la asistencia arrancada al Estado. Si originalmente el PTS justificaba su rechazo al movimiento piquetero en nombre de la “centralidad estratégica del movimiento obrero industrial”, el argumento cambió cuando perdió todas sus posiciones en el movimiento sindical. Actualmente, su negativa a volcarse a la construcción del movimiento piquetero está determinada por su profundo electoralismo, que consume las energías del “partido de Bregman y Del Caño”.

Es evidente que una izquierda que le da la espalda al movimiento piquetero queda expuesta como una izquierda pequeñoburguesa, insensible ante al fenómeno político más importante de la clase obrera ultraprecarizada y desocupada del último cuarto de siglo en la Argentina. Se trata de una izquierda imbuida en el conservadurismo, que es la antítesis de la audacia revolucionaria.

Por un movimiento popular con banderas socialistas

El enorme desarrollo que ha logrado el Polo Obrero le plantea al Partido Obrero desafíos novedosos y de gran alcance.

Es evidente que el gobierno, condicionado por el FMI, ha reforzado su negativa a ceder ante el pliego levantado por la Unidad Piquetera. No solo ante el reclamo de puestos de trabajo genuino sino también ante las reivindicaciones mínimas, como lo son la apertura de los programas y la ampliación de la ayuda alimentaria. Ante esta situación, el desafío fundamental es no detener y reforzar la construcción del movimiento, dándole continuidad al plan de lucha e impulsando el frente único piquetero. Es necesario combatir la idea de que, ante la falta de respuestas del gobierno, la incorporación de nuevas compañeras y compañeros recrudecería las carencias. Es al revés, solo con más compañeros construiremos la correlación de fuerzas necesaria para quebrar la política ajustadora del gobierno.

Al mismo tiempo, se plantea la pelea por la conquista política e ideológica de esta enorme masa de luchadoras y luchadores. Un paso importante en esa dirección fue la experiencia realizada por numerosas compañeras y compañeros en la campaña electoral de 2021, impulsando las listas del Frente de Izquierda. El Polo se transformó en la vanguardia de la campaña del FIT-U, con agitaciones masivas en los barrios y en las puertas de las fábricas, y aportando miles de fiscales. Es necesario darle continuidad y profundizar ese proceso, que debe conducir a la formación de nuevos cuadros socialistas, es decir, de nuevos responsables políticos que tomen en sus manos la construcción del Partido Obrero. La aparición del “Suplemento del Polo Obrero” en la edición impresa de Prensa Obrera, junto a las charlas y cursos, apuntan en esa misma dirección.

La pelea por el desarrollo del movimiento de lucha y la de su conquista política e ideológica están íntimamente asociadas. No se pueden realizar por etapas, son tareas que deben desenvolverse en simultáneo. El objetivo estratégico de poner en pie un nuevo movimiento popular con banderas socialistas, superando la influencia histórica del nacionalismo burgués, es inseparable de este método político.