El último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el Programa de Facilidades Extendidas con la Argentina traza un diagnóstico de la marcha del acuerdo y establece un nuevo rumbo de ajuste.

Para alcanzar la meta del 1,9% de déficit fiscal primario (es decir, excluyendo el pago de la deuda), el organismo financiero exige una baja del gasto público real del 11% entre agosto y diciembre. En esa dirección, reclama una disminución en términos reales en los sueldos del sector público para este semestre, un aumento de las tarifas eléctricas, la poda de las jubilaciones (mediante el mecanismo de actualización que las ubica por debajo de la inflación) y mayores recortes en el Potenciar Trabajo (Ámbito, 27/8), a través de la continuidad de las auditorías, que redundan en bajas masivas.

Al diagnosticar la marcha del acuerdo, que incluyó el reciente desembolso adelantado de 7.500 millones de dólares, el Fondo señala que la sequía golpeó los objetivos del plan (que incluye metas de acumulación de reservas, inflación y límites en la emisión monetaria), ya que implicó una caída en los ingresos de divisas por exportaciones. Y, a pesar que el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, procedió a un ajuste real del gasto primario del 14,5% en su primer año de gestión (El Cronista, 7/8), y a que devaluó –a instancias del organismo- un 22% la moneda el día posterior a las Paso, se queja de una “política de ajuste insuficiente”. Como todo vampiro, busca más sangre para succionar.

Respecto a los “desvíos” del programa, caracteriza que responden a “limitaciones políticas y electorales”, lo que, en un lenguaje más llano, quiere decir que el gobierno teme perder las elecciones si mete el bisturí más a fondo. En efecto, la aplicación de las recetas del FMI por parte del Ejecutivo, que conducen a un mayor empobrecimiento de la población trabajadora, no hace más que favorecer el crecimiento electoral y político de Javier Milei.

El Fondo anuncia también en el reporte, con dos días de anticipación, su tolerancia frente al limitadísimo paquete de medidas sociales comunicadas el domingo 27 por el ministro de Economía, Sergio Massa (suma fija, bono a jubilados, etc.), como paliativo ante la devaluación, en tanto y cuanto no implique una transgresión del límite ya señalado de 1,9% de déficit.

Ante el plan fondomonetarista, está planteada la lucha en defensa del salario, las jubilaciones, contra los tarifazos y recortes en la asistencia social. Es el mismo camino que hay que emprender para enfrentar a Milei, que en su reunión con las autoridades del ente, les anticipó que planea un ajuste aún más duro que el que reclama el organismo financiero.

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