Los comicios del próximo domingo 24 en Neuquén capital, además de renovar la mitad de las bancas del Concejo Deliberante, incluirán un referéndum para aprobar o rechazar unas enmiendas a la Carta Orgánica municipal.

Este referéndum, promovido por el intendente Mariano Gaido del MPN, ha quedado “tapado” por las campañas para concejales y constituye una maniobra oficialista para hacer pasar las modificaciones tratando de ligarlas a la votación de las bancas. A pocos días de la elección el 90% de la población no conoce el contenido de dichas enmiendas.

Además, se ha preparado el sistema de votación para inducir el voto. Se utilizará el sistema de máquinas, donde la presentación de la pantalla al votante juega un papel fundamental. Por ejemplo, se ha eliminado la opción por la abstención respecto al referéndum, algo fundamental porque para que tenga validez y sea vinculante debe votar más del 50% del padrón. El proceso de elección de concejales no se completa si no se vota también en el referéndum.

Pero no queda allí la manipulación, ya que mientras la opción por Sí o No ocupan toda la pantalla, la opción por el voto en blanco ocupa un lugar minúsculo en un vértice inferior.

El Frente de Todos impulsa el No por calificarlo como “inoportuno”; en tanto las listas espejo que presentan las variantes de Cambiemos tienen opiniones encontradas. Libres del Sur, y el UNE (que cogobierna con el MPN) impulsan el Sí. En cambio, desde el Partido Obrero somos partidarios de votar en blanco en el referéndum, ya que no se contempla la abstención.

Ninguna “ampliación de derechos”

La razón de tanta inducción y manipulación de la presentación visual al elector obedece al interés del MPN de atar la elección del 100% de los concejales a la de intendente en 2023, eliminando una renovación por mitad en elección de medio término.

No se trata que sea más democrático o menos votar cada dos o cuatro años, sino de armar un sistema de listas colectoras de cara a la renovación del Ejecutivo municipal en 2023, espejo del variopinto frente con el cual el MPN recuperó la intendencia hace dos años.

Sin esa opción, que permite elegir 18 y no solo 9 concejales, la presentación de varias colectoras se transforma en un boomerang al disminuir el bloque propio en el Concejo Deliberante. Es lo que ocurre actualmente en la Legislatura, donde la dispersión de los aliadas ha provocado que el MPN tenga el bloque propio con menos diputados en toda su historia.

Entonces, por más que las enmiendas a la Carta Orgánica se disfracen de “ampliación de derechos”, solo se trata de un taparrabos de las maniobras y la manipulación oficialistas. Todos los grandes problemas urgentes de la ciudad: la vivienda, el trabajo, el transporte, el sistema privatizado de servicios públicos, la contaminación ambiental; no están presentes en la  consulta en cuestión.

El candidato a concejal del FIT-U, César Parra, ha denunciado el referéndum y reclamó la posibilidad de la abstención.

Si ganara el Sí los concejales electos el domingo sólo durarán dos años, para poder elegir entonces la totalidad de las bancas, por lo que la o el votante no sabrá al momento de votar cuánto durará su mandato. Este referéndum no está fundado en una “ampliación de derechos” ni en “ahorrar fondos municipales eliminando una elección de medio término”. Es otra de las maniobras del MPN en función de sus propias necesidades electorales, muy lejos de ser una respuesta a necesidades de la población.

Veremos cómo influye toda esta manipulación en el resultado final del referéndum.

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