Políticas
4/3/2023
La “proscripción” de Cristina y la izquierda
La posición del PTS compromete la independencia política del FIT-U.
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La inhabilitación no existe.
En un reportaje en Crónica TV en ocasión del discurso presidencial en la apertura de sesiones, Myriam Bregman volvió a sostener que hay una proscripción contra Cristina Fernández de Kirchner, como plantea el kirchnerismo, incluso el propio Alberto Fernández denunció la inhabilitación en su intervención en el Congreso.
Como lo viene haciendo el PTS, a través de sus voceros y en escritos, ante la pregunta de si Cristina estaba proscrita Bregman respondió que “cuando a alguien lo inhabilitan a ser candidato, cuando tiene varios procesos en curso y un Poder Judicial que ha hecho un recorte de la realidad claramente ubicado en ella, hay una proscripción política”. Debiendo reconocer que “técnicamente” Cristina no está inhabilitada (la sentencia no se encuentra firme, y aún debe pasar por varias instancias judiciales que no se van a producir antes de las próximas elecciones) Bregman considera que la decisión judicial debe encuadrarse en la “situación de América latina; vimos lo que pasó con Correa, vimos lo que pasó con Lula”.
Bregman levanta el argumento del kirchnerismo, que agita una proscripción que no existe y acusa un intento golpista de la derecha. Pero, mientras Lula estuvo preso y su encarcelamiento vino acompañado de un golpe de Estado contra el gobierno del PT, CFK es la vicepresidenta en funciones de un gobierno que aplica el ajuste del FMI, que tiene a Massa -hombre de la embajada yanqui- en el Ministerio de Economía, y ella misma se reúne asiduamente con el embajador norteamericano e incluso con la Jefa del Comando Sur, la generala Laura Richardson. En un plano más general, hoy Estados Unidos sostiene los gobiernos de contención como el de Lula en Brasil.
Con EE.UU. de su lado, la cantinela de la proscripción no tiene sustento y revela que no hay “campos” en disputa sino que detrás de la grieta todos los bloques patronales acuerdan con la política del Fondo Monetario.
Tomando las declaraciones de Bregman, lo que obligaría a la izquierda a comprar la campaña de la proscripción es el “recorte de la realidad claramente ubicada en ella”. O sea, Cristina es condenada por corrupción pero Macri que tiene denuncias no, es decir que hay una parcialidad de la Justicia. Pero esta manipulación en beneficio del macrismo no debe opacar la participación de la vicepresidenta en la corrupción, algo que el PTS y Bregman se han rehuido a reconocer, convirtiendo su “responsabilidad penal” en política: rodearse de funcionarios corruptos. Esto cuando es más que evidente que el patrimonio de la familia Kirchner creció (entre otros hechos) a la par de los negocios armados con Báez, que de gerente de banco pasó a multimillonario y dueño de la obra pública.
Un Báez con innumerables negocios y tratos comerciales con el matrimonio Kirchner y con Máximo Kirchner. La “construcción de una burguesía nacional”, que propusiera Néstor Kirchner no fue ajena al saqueo del Estado y al enriquecimiento personal de sus autores. Esto no ha sido gratuito para los trabajadores argentinos, sino que ha sido sostenido con los impuestos que golpean sus ingresos, con recursos del país, con el deterioro de servicios y derechos. No reconocer la responsabilidad personal de la vicepresidenta en la corrupción, cuando esta es innegable, es grave para la izquierda porque entrega a la derecha una bandera para que oculte su propia corrupción y avance contra los derechos de los trabajadores. Coloca a la izquierda en el terreno del kirchnerismo y del propio PJ, que ha denunciado la proscripción aunque a renglón seguido resuelva pedirle a CFK que sea candidata, lo cual revela que la inhabilitación no existe.
La inhabilitación de Cristina, de llegar a quedar firme, no debe ser encarada desde el punto de sus derechos políticos sino de los de sus votantes, que según todas las encuestas alcanza al 20% y el 30% de quienes van a votar. Pero en concreto no está inhabilitada ni proscrita. Entonces, ¿cuál es el sentido de avalar la denuncia con la cual el kirchnerismo quiere, entre otras cosas, tener un eje de campaña y reagrupamiento y a su vez distraer la atención de que ellos están sosteniendo a Massa y su plan de ajuste?
El problema es muy importante y pone de manifiesto divergencias en torno a cuestiones fundamentales para el Frente de Izquierda. El kirchnerismo y La Cámpora en particular pretenden convertir al 24 de Marzo en un acto contra la proscripción de Cristina, o en su variante “democracia o mafias”. Con su orientación, el PTS está inhabilitado para desarrollar una lucha política por un 24 de Marzo independiente, y por lo tanto llamar a rechazar y denunciar la maniobra que hay detrás de esa campaña. Su crítica, como viene sucediendo, se limitará a la “inconsecuencia” del kirchnerismo y de la propia Cristina para luchar contra las mafias, cuando ella en realidad gobernó con ellas, las fomentó y se amparó en las mismas durante los cuatro gobiernos que integró.
Para el Frente de Izquierda esta orientación implica su disolución política. Es opuesta a la que dio lugar a la constitución del FIT, nacido como una expresión de independencia política frente al kirchnerismo que gobernaba en ese momento y a la oposición patronal que pretendía explotar el descontento que iba emergiendo. Pasaría a ser una colateral de izquierda de una variante constituida para defender los intereses capitalistas en contra de los de los trabajadores.
Nuestra crítica a las posiciones asumidas por el PTS y sus voceros no obedece a matices o ángulos, responde a problemas de fondo: defender los principios de independencia política es defender al FIT e impedir que quede inhabilitado para poder encauzar la bronca contra todas las variantes patronales que gobernaron el país (y el kirchnerismo lo hizo durante 15 años) y que pretende capitalizar la derecha fascistoide de Milei. A eso también nos referimos cuando hablamos de una “izquierda” que se plante.
https://prensaobrera.com/politicas/planeta-alberto
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