EDITORIAL

Planeta Alberto

Un discurso fantasioso a contramano de la realidad.

diputada nacional por el PO-FITU

Alberto Fernández, en la apertura de sesiones del Congreso

Tanto en la apertura del ciclo escolar en la provincia de Chaco el lunes 27, como en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso el miércoles 1°, Alberto Fernández dio muestras de vivir en otro planeta.

El lunes sostuvo que el problema que discuten los docentes es el del impuesto a las ganancias, tratando de presentar a la población que las y los docentes tienen altos salarios. Una impostura, dado que hablaba desde una provincia donde el gremio Sitech llamó al paro de no inicio frente a los salarios bajo la línea de pobreza de los docentes chaqueños.

Solo una pequeña fracción de docentes con cargos jerárquicos, doble o triple cargo con antigüedad, o zona desfavorable, tributa ganancias, impuesto sobre el salario que debería ser eliminado completamente porque el salario no es ganancia.

Alberto está a contramano de la realidad. Justo esta semana, las y los docentes paramos en 14 provincias, y pueden sumarse más. El descontento es feroz porque los salarios docentes están bajo la línea de pobreza. La canasta básica de enero fue de 163.000 pesos, mientras que un maestro de grado va a cobrar en abril 130.000, además de los problemas de infraestructura en las escuelas, donde muchas no pueden arrancar las clases. Dan por sentado que las y los docentes tenemos que trabajar dos cargos. Aplicando la quinta hora en las escuelas primarias, como quiere imponer su gobierno, implica en los hechos jornadas de trabajo de casi 11 horas, un retroceso al siglo XIX en materia de derechos laborales. Por otro lado, en gran parte del país, la docencia trabaja solo un cargo, lo que implica que debe subsistir con salarios inferiores a la línea de pobreza.

Hay que decir que todo esto se hace con la complicidad de la burocracia de Ctera, que firmó la paritaria de miseria de Massa y el FMI, se calla la boca sobre los ataques de Alberto Fernández y le da la espalda y abandona a su suerte a las provincias que están reclamando un salario acorde a la canasta familiar.

Asamblea Legislativa, la épica antiCorte para ocultar el ajuste

Luego de escuchar dos horas de tediosa lectura, varios trataron de averiguar cómo sacar un pasaje al país donde vive el Presidente. Fracasaron porque es una fantasía.

Se refirió a la inflación solo tangencialmente en todo el discurso. En el medio de aumentos de precios brutales, especialmente en alimentos y servicios, solo destacó la suba de las exportaciones de alimentos, o sea los superbeneficios de Arcor, Molinos y compañía, que vienen aumentando facturación y ganancias hace cinco años sin interrupción mientras cae el peso del costo laboral en sus balances (Informe Cepa, “Desempeño de las principales empresas argentinas” 2015-2022, septiembre de 2022). Las patronales exportadoras llenan sus bolsillos sin freno.

La referencia al FMI solo fue para remarcar que militaría el ajuste fiscal aún sin el Fondo, una confesión que hay que subrayar para que a nadie se le pase por alto. Massa aplaudió, al igual que los gobernadores, y Juntos por el Cambio y los facho-libertarios también debieron hacerlo. En definitiva, comparten el programa, la supuesta grieta no resiste un análisis serio.

Otra vez mencionó que crece el empleo, incluso que hay varias provincias con pleno empleo. Dos detalles: el empleo que crece es hiperprecarizado o bajo diferentes formas de fraude laboral (monotributo, locación de servicios, etc.), y la Unidad Piquetera marcha a un plenario nacional con desocupados y desocupadas de las 23 provincias y CABA, porque cerca de cinco millones de argentinas y argentinos no consiguen un trabajo o trabajan algunas pocas horas en la semana (subocupación). Podríamos decirle a AF que repita lo de pleno empleo ante los desocupados de esas provincias para ver cómo le va. Agreguemos que el recurso de llevar familias y citarlas en el discurso, también usado por Larreta en su apertura, es una manera de ficcionar un apoyo popular inexistente, más bien caracterizado por una enorme bronca popular.

¿Qué habrán pensado las y los trabajadores de la salud al escuchar que él se atribuye haber enfrentado la pandemia? Seguro les vino a la memoria el cumpleaños en Olivos en plena cuarentena, mientras ellas y ellos ponían el cuerpo con salarios insuficientes y recursos escasos, por no mencionar a quienes perdieron la vida.

La referencia al déficit habitacional fue inexistente. En relación a la vivienda solo mencionó la entrega de algunas pocas, para ocultar los desalojos, alquileres impagables, las penurias de los hipotecados UVA y un largo etcétera, que incluye la mentira abierta que en el país hay créditos hipotecarios.

En fin, no pudo ocultar que la Asamblea Legislativa que dio inicio a este cuarto año parlamentario ocurre en medio de una recesión y una economía paralizada, con una inflación en marcha de más del 100%, con salarios y jubilaciones en caída libre, con las reservas vaciadas y con un gobierno que ha puesto al país a disponibilidad del pulgar del FMI. Es decir, que si el FMI baja su pulgar, como en 2001, estaríamos de inmediato en aquella situación.

En la última media hora levantó el tono y se lanzó a la épica antiCorte para cosechar algún aplauso. Sin embargo, no pudo explicar la responsabilidad del peronismo en la composición de la Justicia y la Corte Suprema. Cuarenta años de mayoría peronista en el Senado, cámara que nombra a los cortesanos y los jueces (desde hace unos años con participación también del Consejo de la Magistratura), colocan a todas las alas del peronismo que se amontonan en el Frente de Todos en el banquillo de los acusados. La puja por el control de la Justicia entre las dos coaliciones de políticos capitalistas mayoritarias, tiene por objetivo garantizarse impunidad a uno y otro lado de la falsa grieta.

El aplauso solicitado para Sergio Massa, “a su difícil tarea”, tal vez haya sido la forma de celebrar la inmolación de uno de los posibles candidatos en el desolador panorama de la interna del Frente de Todos.

El planeta de Alberto, Cristina y Massa no es el de las y los trabajadores. Pero, tal vez, por eso se vieron algunas pocas personas movilizadas afuera, el operativo reeleccionista de los carteles A23 faltó a la cita, le fallaron los seres humanos. Un retrato de la crisis del peronismo siglo XXI, del FMI y alineado con la Otan en la guerra imperialista. El griterío de Juntos por el Cambio, insultos de Iglesias incluidos, le sirvió a la oposición de derecha para justificar que no aplauden el ajuste que deberían aplaudir, porque es su propia agenda.

Con los pies bien plantados en el país real, desde la izquierda tenemos que ofrecer una salida a la crisis para que se vayan los políticos del FMI y que intervengan los trabajadores. Esa es la perspectiva del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad.