Políticas

20/4/2023

La UBA entre vallas, patovicas y elecciones suspendidas

¿Qué esconde lo que pasó ayer en Derecho y el resto de las facultades?

Foto: El Litoral

Las imágenes que recorrieron el país sobre la Asamblea de la Facultad de Derecho esconde elementos políticos contundentes. No es para menos: nadie en su sano juicio podría pensar que detrás de ese escándalo no se juegan elementos profundos que se hace necesario desgranar.

“Histórico”

Lo que hoy aparece como un verdadero escándalo es la materialización de un hecho sucedido cuatro meses atrás: el Congreso de la FUBA (“histórico”, según su conducción). Allí se resolvió lo que hoy textualmente puede leerse en las redes sociales de la conducción actual de la Federación, presidida principalmente por la Franja Morada – Nuevo espacio, en alianza con ciertos grupos del Frente de Todos – PJ (UES, de Sociales; MLI, de Ingeniería): “Duración de los mandatos de la Federación de 2 años: otra reforma muy importante que logramos, es que a partir de ahora los mandatos de las autoridades pasen a durar dos años y sean coincidentes con las elecciones obligatorias que se realizan en toda la Universidad para los Consejos Directivos”.

A buen entendedor, pocas palabras: elecciones cada más tiempo, por un lado, y con control de las autoridades, por otro. Lo primero apunta al futuro próximo: las fuerzas políticas del rectorado saben que hoy tienen una mayoría circunstancial que se les puede volver en contra, más teniendo en cuenta que son fuerzas que se alternaron en la Rosada en los últimos años y ajustan al pueblo argentino. Lo segundo, por otra parte, apunta a darle a las autoridades la posibilidad más concreta de disponer de organizaciones estudiantiles afines, con el objetivo de ser transmisores en la juventud de los intereses de los decanatos, que buscarán en el mediano y corto plazo reformar los planes de estudio a medida de la Coneau y los organismos internacionales, sacando contenidos de la currícula regular para desvalorizar los títulos de grado, en favor de los posgrados pagos.

Ayer se llegó a esta situación como forma de hacer concreta esa resolución en cada uno de los centros. Lo que el Centro de Estudiantes de Derecho (UCR – PS) hizo con asambleas para “adecuarse al estatuto” (que, salvo que se nos haya pasado por alto, en ningún momento habla de patovicas y vallas), en Sociales, Psicología, Ingeniería, Medicina, entre otras facultades se hizo por comisiones directivas, sin debate. Algunas de ellas, incluso, se realizaron de forma virtual, sin jamás tener en cuenta en su temario lo que pasa en el país y las facultades. No es sólo Derecho, aunque su Centro haya decidido, casualmente, calificar a la asamblea como “histórica”.

¿Sólo los radicales?

Las fuerzas del peronismo podrán afinar la melodía para canalizar una situación particular, pero su intervención no puede escindirse por completo. Primero que nada, como fue dicho, de la FUBA forma parte un sector del Frente de Todos, con la UES-PJ como vicepresidencia. Además, la agrupación Nexo, de Derecho (Grupo Bicentenario, con intervención como Synapsis en Farmacia) votó junto a la Franja la reforma para que las elecciones sean cada dos años.

Solamente la izquierda, en aquel congreso, se opuso por completo a la reforma. Vale sólo con observar, sin necesidad de mucho detenimiento, las redes sociales: en la foto del Congreso de la FUBA de noviembre del año pasado salen todas las agrupaciones kirchneristas. La Cámpora, además, viene de votar a la gestión… de Derecho, sin pasar por alto que forma parte, en graduados, de la gestión de Medicina.

 

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Este tipo de vínculos los limita objetivamente para una lucha a fondo. Sin ir más lejos, ayer La Cámpora salió de la trifulca: decidió retirarse y desistir de una entrada a la asamblea por motu propio. Ninguna de las agrupaciones que pertenecen a ese espectro político se encuentran haciendo campaña para que haya elecciones en toda la Universidad y muchas de ellas ni siquiera se movilizaron al Congreso de la FUBA citado.

Pero esto no tiene solamente consecuencias en el plano de la inmovilización. Todos los sectores políticos del Consejo Superior (inclusive la minoría estudiantil K y las gestiones de Filosofía y Exactas) vienen de votar, en unanimidad con los radicales y el PJ, el recorte de la obra social (Dosuba) para jubilados y ad honorem. La Facultad de Económicas acaba de avalar, por su parte, la pesificación (y devaluación) de los títulos del Anses por parte del gobierno y de Massa, que es apoyado, hoy en día, por Cristina Fernández, Máximo, el capital financiero, y no mucha gente más.

Lo esencial, a veces, es bastante visible a los ojos.

Unidad

La necesidad de una intervención común de todas las organizaciones independientes a las gestiones, el rectorado y el gobierno se vuelve una necesidad imperiosa. Por eso sorprende la actitud del PTS-En Clave Roja, que durante toda la jornada del miércoles dedicó el grueso de su energía a atacar a la izquierda y a dividir posturas: en FSOC, sólo por tomar un ejemplo, se separaron del resto de la izquierda solamente para votar una moción diferente.

¿El motivo? Hablar mal del Partido Obrero, que, según sus palabras, debería asegurar, a través de las redes sociales, que los Centros de Estudiantes de Veterinaria y Farmacia tendrán sus comicios. El razonamiento parte de algunas equivocaciones y malas intenciones generales. Primero, la tarea, evidente, es derrotar la maniobra del Rectorado para que haya elecciones en toda la Universidad: nadie puede ser tan obtuso de pensar que hay una situación que se resuelve con dos pronunciamientos unilaterales o, peor, dividiendo al movimiento estudiantil en elecciones separadas sin importar el cuadro general.

Segundo, no es acertado, más allá de diferencias más o menos significativas, que una agrupación que se dice de izquierda ataque a otra del mismo sector en el marco de un ataque de las autoridades, más cuando esa organización (la UJS-La Causa) durante el miércoles fue brutalmente golpeada (y el PTS, mientras eso ocurría, nos criticaba) y la que más movilizó (por lejos) de las organizaciones independientes. En el terreno y en todos los medios de comunicación se convirtió en una de las principales voceras de una denuncia de fondo. ¿No es eso, acaso, ponerse en el campo del Rectorado? Tercero, ¿qué autoridad tiene el PTS para decirle algo a alguien si, como muchas organizaciones K, no movilizó ni una persona, ni una bandera al Congreso de la FUBA en el que esto se votó? Posiblemente esto último se deba no sólo a una decisión sino también a una debilidad, pero no deja de ser algo sobre lo cual convendría que esta agrupación clarifique.

No obstante, no le endilgamos a nuestros compañeros un error. Se trata de una maniobra, de tomar tardíamente un planteo para intentar confundir y buscar golpear a una organización aliada para hacer autoproclamación, más cuando es la UJS-PO la que ha puesto el debate sobre cómo tiene que ser la izquierda: si se trata de una organización “light”, electoral, cercana al kirchnerismo, o si se necesita que se comprometa a una lucha contra todo el régimen de conjunto, con el camino de las peleas en curso del movimiento obrero.

Llamamos a nuestros compañeros a que, a pesar de las diferencias, desistan de ataques faccionales para poder golpear con un solo puño.

Con la izquierda que se le planta a las patotas

Derrotar esta maniobra antidemocrática, así como luchar contra el ajuste dentro y fuera de las aulas, requiere de una perspectiva clara, independiente de los gobiernos y las autoridades, con una política que no tenga más intereses que los de la juventud y los estudiantes.

Implica una orientación que busque su representación en las luchas de nuestres docentes, que, con AGD-UBA a la cabeza, luchan por la obra social y contra el deterioro del salario. También con las peleas de la Unidad Piquetera, que el mismo miércoles realizó un acampe contra el ajuste al Potenciar Trabajo y las peleas del movimiento obrero ocupado, como el Sutna, los trabajadores de Clarín, etc. Requiere verse en el espejo de una acción internacional: rebelarse, como los estudiantes y los trabajadores franceses, ponerle el cuerpo a la crítica.

La actitud que tomaron les estudiantes de Derecho, con la agrupación La Causa como parte de un movimiento común, refleja el futuro necesario para el movimiento estudiantil: organización y lucha, siempre del mismo lado. Enfrentar las maniobras que hoy son antidemocráticas para luego ser ajustadoras, implica invitar a todes quienes quieran seguir por este camino común, en cada lugar de estudio.

Hacia allá vamos. Lo mejor está por venir.