Políticas
9/12/2024
Las empresas líderes duplicaron su rentabilidad a costa de que los salarios perdieron
A un año de la asunción de Javier Milei.
Seguir
En promedio, la pérdida salarial fue del 16%.
Numerosos estudios, basados en datos oficiales, desmienten el relato de Milei sobre una supuesta recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores. A un año de haber asumido vemos cómo perdieron los salarios, mientras que las principales empresas duplicaron su rentabilidad.
Un informe publicado por el Centro de Economía Política (Cepa), arrojó que, en comparación con el IPC que mide el Indec, entre noviembre 2023 y septiembre 2024, el salario del sector privado registrado cayó 1,5%; el del sector público registrado lo hizo en un 16,1%; y, el de los trabajadores informales, retrocedió 20,1%. Ahora bien, si se toma la inflación medida por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017/2018 -donde el costo de los servicios tiene mayor representación la canasta de consumos-, la pérdida salarial del período alcanza el 9,1%, el 22,5% y el 27,2% respectivamente.
Esa diferencia denota la manipulación estadística de la cual se vale el gobierno para fraguar las cifras de inflación, subestimando el impacto de los tarifazos que tuvieron lugar bajo su mandato. Por mencionar algunos ejemplos, entre noviembre 2023 y octubre 2024, el rubro comunicación sufrió un aumento del 210,4% y, entre noviembre 2023 y diciembre 2024, la nafta super se encareció 292%, mostrando que los monopolios de la telecomunicación y las petroleras estuvieron de parabienes con la gestión libertaria. En ese sentido, según los datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA, el salario real promedio de los trabajadores registrados disminuyó, entre noviembre 2023 y septiembre 2024, 1,9% respecto a la compra de bienes; sin embargo, la caída fue del 18,7% en relación a la compra de servicios.
Por eso el consumo no repunta y, en los primeros diez meses del 2024, se redujo 11,2% interanual en el caso de la carne vacuna, 9,2% en la yerba y 11,4% en el caso de los lácteos. Como vemos, se trata de un gobierno que priva a las familias trabajadoras del acceso a alimentos esenciales, que, además, se producen en el propio país donde habitan.
La confiscación de los ingresos populares, producto de la megadevaluación de diciembre 2023 y la desregulación de los precios, hizo retroceder la participación de los salarios en el PBI. La misma, tal como destaca el informe de Cifra, pasó del 46,4% en el primer semestre del año pasado al 43,9% en el mismo período 2024. Una transferencia de recursos al bolsillo de los empresarios, puesto que, en paralelo, el excedente de explotación bruta creció del 42,4% al 43%.
Ahora bien, mientras quienes vivimos de nuestro trabajo vimos deteriorarse nuestro poder de compra en lo que va de este gobierno, las quince empresas líderes que operan en el país aumentaron su rentabilidad. En promedio, las utilidades sobre ventas de esas empresas pasó de 9,6% a 21,0% entre los primeros tres trimestres de 2023 y 2024. Según la fuente citada anteriormente, “entre las empresas que más que duplicaron sus niveles de rentabilidad en 2024 se encuentran YPF, Tecpetrol, TGS, Richmond, Loma Negra, Arcor, Mirgor y Mastellone”, evidenciando hasta qué punto verdaderos flagelos para la población trabajadora, como los tarifazos y naftazos y el incremento del 210,5% en precio de los medicamentos de un año a otro, significaron ganancias extraordinarias para un puñado de capitalistas. A contramano de las promesas electorales de Milei, los empresarios “prebendarios” siguieron amasando fortunas a costa del Estado, y Niki Caputo en Tierra del Fuego es uno de sus principales exponentes.
En resumidas cuentas, Mastellone septuplica su rentabilidad de un año a otro mientras la taza de leche está ausente en el desayuno de miles de chicos; las petroleras tienen beneficios récord a expensas de boletas de gas y garrafas impagables para muchos hogares; al igual los laboratorios, cuando un tercio de la población tuvo que dejar de comprar medicamentos por no poder pagarlos. Una postal de la Argentina capitalista, cuyas desigualdades se han vuelto insoportables para la inmensa mayoría de la población. Está en manos de los trabajadores, movilizados como clase consciente de sus propios intereses, la tarea de transformarla.