EDITORIAL
Las fotos cipayas
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Massa y la titular del FMI, Kristalina Georgieva
Dicen que el Departamento de Estado norteamericano valora mucho las fotos como gestos políticos. En esta materia, las fotos de Massa con la titular de la Reserva Federal, con Georgieva, con Lipton y acompañados por el embajador norteamericano en la Argentina, regaron el viaje a Estados Unidos, tan largo como los funerales de la Reina Isabel II. Ni hablar de las fotos en la fundación Baker en Houston, con los capitostes de las principales petroleras del mundo con vistas a profundizar la entrega de Vaca Muerta o las “paces” hechas por el superministro con Livent, la minera internacional responsable de una fabulosa subfacturación de exportaciones a la que se promueve para el saqueo del litio, la última joya del extractivismo argentino del peronismo siglo XXI y, desde luego, de toda la burguesía.
Pero en esta galería de cipayismo, la foto más reveladora es la de Baradel y Yasky con el embajador yanqui Marc Stanley, mientras se producía un fuerte paro docente en las seccionales combativas de la provincia de Buenos Aires, contra la dirección del Suteba. Se trata de dos sindicalistas del ala más rabiosamente kirchnerista, lo cual viene a demostrar que las reuniones de la propia Cristina con el embajador yanqui, la segunda de ellas acompañados por la jefa de V Flota norteamericana, fueron más importantes de lo pensado: anticiparon una definición de Estado en asegurar un alineamiento político internacional y una garantía de cumplimiento del pacto con el FMI que hoy se lleva adelante con Massa a la cabeza. El político más ligado a “la Embajada” fue despedido por la jefa del FMI como “un socio con el que podemos trabajar”. Ya hemos señalado en estas páginas al inescrupuloso “Cuervo” Larroque señalar que “por fin tenemos ministro de Economía”, para no dejar dudas del compromiso kirchnerista en la orientación de entrega y ajuste.
Este es el núcleo del cuadro político actual, para el debate con los trabajadores, con la juventud y con todos los movimientos populares y también para entender el desarrollo y las contradicciones, convulsiones y crisis que tenemos por delante.
Endeudamiento y del bueno, dolarizado, indexado y a tasas siderales
Las trabajosas gestiones de Massa han estado centradas en sostener y agravar el endeudamiento del Estado, en pesos y en dólares. Primero, con el canje de deuda en pesos, pero a costa de la emisión del “bono dual”, que paga el índice de costo de vida o el valor del dólar según sea el más conveniente para el capital financiero. Esta hipoteca descomunal se verá incrementada en el último bimestre para volver a canjear 1,5 billones de pesos con este mecanismo. Claro, el tema en discusión con los bancos son los vencimientos que se acumulan a mediados de 2023, colocando una bomba de tiempo preelectoral.
En otro orden, Massa ha conseguido afuera algunos dólares a costa de más deuda con el BID por 1.200 millones de dólares, aunque de ese total novecientos son para repago de deuda con el propio organismo. Lo mismo pasa con el FMI, saldría en pocos días la aprobación de un desembolso de 4.000 millones de dólares que servirán para afrontar una cifra superior de vencimientos con el propio FMI. Esto es tal vez lo más gravoso de todo, porque la aprobación de las metas del tercer trimestre tiene por contrapartida los recortes brutales en el gasto que llevó Massa en bandeja de plata, contra la discapacidad, contra el plan Conectar y la educación, la salud, la obra pública y las provincias por al menos 220 mil millones de pesos. Otra cifra pactada con el Banco Mundial tiene aplicación específica, irá entrando de a poco, pero es también más deuda en dólares.
Para completar, está la menos mencionada deuda cuasifiscal del Banco Central, que ha tomado características catastróficas. Con el bono del Tesoro para cubrir la diferencia entre el dólar soja y el de importación de 2.000 millones de dólares, los bonos intransferibles del Tesoro suman más de 57.000 millones de dólares. Y la suma de Leliqs y Pases con las que el Central absorbe emisión alcanza 6,5 billones de pesos a tasas del 97% anual. Además, el Central deberá emitir 480.000 millones de pesos más, si los sojeros liquidan 8.000 millones de “dólares soja”.
El Tesoro está quebrado y el Banco Central más, lo que está en la base de la escalada inflacionaria y los golpes a las masas trabajadoras que se suceden ministro tras ministro.
Una gigantesca transferencia de recursos por vía de la inflación
La inflación ya escala al 100% anual, un 7% en agosto, y no hemos visto lo peor. El potencial inflacionario es enorme porque en los terribles índices de julio y agosto no impactaron todavía los tarifazos en luz, gas y agua, que empiezan en septiembre, pero escalarán mucho más cuando se aplique la incalculable segmentación que abarcará a la mayoría de la población.
En segundo lugar está la devaluación en marcha. El dólar soja impactará en los precios internos porque, contra el discurso oficial, se trasladó de lleno a los forrajes de aves, cerdos y ganado a pesebre y de lechería. Además, todos prevén que se extenderá a octubre agravando ese efecto. Por otro lado, mientras estudian el “dólar Qatar”, ya hay cola para el dólar maíz, el dólar malbec, el dólar limón y otros cuantos. El desdoblamiento cambiario fue y es antesala de la devaluación lisa y llana. La desesperada operación reservas podría ser preparatoria de la “devaluación brusca” que se pretende evitar. Al mismo tiempo, el Banco Central aceleró la devaluación mensual del oficial al 6/7% lo que también va a los precios.
Y sabido es que las tasas de interés que se aumentan para evitar el pasaje masivo de capitales al dólar, en la Argentina también incrementan la inflación. El punto es que por la vía de la inflación se produce una gigantesca transferencia de ingresos en favor del capital y del Estado… capitalista. Esto se ve en que la recaudación de agosto tuvo un aumento del 72,2% respecto del año anterior.
La guerra de las Paso o la crisis de la grieta
Salta eliminó las Paso, lo mismo en San Juan y Catamarca, y ahora se suma Chubut intentando lo mismo. Digamos que en Córdoba nunca hubo. Se trata de una manifestación de crisis política en un sentido general, del conjunto del régimen. Los actuales interesados en eliminarlas son los mismos que la inventaron, los peronistas. Y los que las defienden a capa y espada son los de Juntos por el Cambio, que siempre dijeron que son caras y molestan a la gente. Los virajes exteriorizan la crisis política en ambas orillas. Los macristas que se matan entre ellos y necesitan de las Paso para evitar una escisión y eventualmente sumar a Milei o Espert, que les están robando electorado. El Frente de Todos, que en general usó el dedo y se ve perdido, especula con la división de la oposición.
Otro episodio importante de la crisis política es el intento de reforma constitucional de Gerardo Morales, que compite por derecha a prohibir las manifestaciones populares en la carta magna provincial mientras desliza su reelección.
En la base de estas crisis políticas está la confluencia indisimulable entre JxC y el FdT en la política fondomonetarista que hoy lleva adelante el gobierno. El peronismo pierde base electoral ajustando y robando las banderas de la derecha. La derecha se divide en torno de cómo enfrentar al peronismo. Las operaciones en favor de un encuentro Cristina-Macri, para “pacificar el país”, no son ajenas al contrabando que metieron en el Parlamento con el pronunciamiento por la “paz social”. Ambos temen la rebelión social ante la descarga de la crisis sobre los trabajadores.
Paritarias, un terreno fundamental de la lucha política
La cuestión de la intervención de las masas en la crisis es vital. Hemos tenido la resonante victoria de la juventud piquetera con el Polo Obrero que derrotó el intento de quitar el Potenciar Trabajo a 40.000 jóvenes que tienen la beca Progresar. Será seguramente un aliciente a la continuidad de la lucha contra el hambre y por trabajo de la Unidad Piquetera.
En otro andarivel fundamental de la clase obrera están las paritarias. Hay revisiones hechas, otras por delante, pero corren muy por detrás de la inflación. Un reciente estudio muestra la caída del salario real casi igual a la del período macrista y con la caída de la actividad económica en puerta será aún peor la presión patronal a la baja en distintos gremios. La UOM ha quedado en 65% después de la revisión y la Uocra, aún más reciente, en 76% contra una inflación que ya trepa al 100% anual como señalamos, por mencionar dos ejemplos.
En este cuadro, el valor y el compromiso con el que el Partido Obrero aborda la lucha del Sutna se asienta en que es una avanzada contra una política que ajusta a la baja mediante paritarias tardías. Valiéndose del sindicato clasista, los obreros del Neumático prueban fuerzas con poderosas patronales. Por eso, las distintas alas de la burocracia sindical miran para otro lado ante esta lucha fundamental, porque les conviene que no triunfe para no complicar su política entreguista. Rodear de solidaridad a la heroica lucha de los obreros del Neumático es central para todo el movimiento obrero.
Otro caso de importancia es Controladores Aéreos, porque han conquistado cláusula de garantía por inflación, un tema que se hace decisivo en etapas megainflacionarias como estas, donde no hay precio en los comercios y no hay inflación previsible que se pueda prever en una paritaria anual. En este camino, 40 sindicatos docentes universitarios discuten cómo luchar contra el ajuste que es brutal en el Estado y en las universidades. Y los docentes de las seccionales combativas del Suteba han parado contra el ajuste de Kicillof, a pesar de Baradel.
La campaña por un salario equivalente a la canasta familiar, por cláusulas de garantía frente a la inflación, por paritarios y pliegos votados en asamblea es central. Cuando planteamos el paro nacional y el plan de lucha apuntamos, precisamente, a derrotar el conjunto de la política en marcha, primer escalón para abrir paso a una salida de los trabajadores.
https://prensaobrera.com/politicas/mil-dias-de-gobierno-del-frente-de-todos-y-promesas-incumplidas