Políticas

11/3/2021|1617

EDITORIAL

Las “razones” de este 24 de Marzo

Pablo Bove

Cuando faltan pocos días para un nuevo aniversario del golpe genocida de 1976, el pueblo formoseño vivió en carne propia una brutal represión. Fue la manifestación de un régimen, el de Gildo Insfrán, que impuso a balazos y confinamiento arbitrario una cuarentena dominada por el hambre y la pérdida de derechos, mientras la salud se sigue derrumbando.

El agravio continuó con la solidaridad del gobierno de Alberto con el represor y su camarilla, y peor aún, con la inclusión del propio Insfrán en el acto oficial contra la violencia hacia la mujer. Una bofetada a las mujeres en su día, cuando viven un recrudecimiento de la violencia sobre ellas con el dramático aumento de los femicidios.

Para completarla, el pueblo de Formosa tuvo que soportar el desembarco de la derecha, con Patricia Bullrich a la cabeza. Los responsables de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, los padres de la doctrina Chocobar, los que reprimieron las manifestaciones obreras y populares aparecieron agitando ¡contra la represión! Aquí no hay grieta, el gobierno “nacional y popular” tiene sus propios Bullrich a los que defiende a capa y espada: Insfrán es uno de ellos; Berni, el protector del gatillo fácil que asesinó a Facundo Astudillo Castro, otro.

En el medio, la pelea por el control de la Justicia impuso la renuncia de su ministra, Marcela Losardo, por la presión del kirchnerismo. Los jueces deben ir tomando nota del lento pero sostenido copamiento del gobierno por una de las patas de la coalición que gobierna, la misma a la cual tiene imputada en numerosas causas por corrupción.

La preocupación del kirchnerismo no está en la evidente desidia con que los jueces y fiscales actúan ante las denuncias de violencia de género. Por ello renunciaron a movilizar masivamente el pasado 8 de Marzo. Tampoco por la fuerte lentitud en los juicios contra los represores. Ni por la complicidad con la impunidad de la que gozan los curas pedófilos y abusadores. Mucho menos por la cada vez más fuerte arbitrariedad en los juicios de trabajadores y jubilados y ni qué decir de las denuncias por ataques al ambiente. La preocupación está en garantizar la impunidad de los suyos a como venga ante las múltiples imputaciones por corrupción. Acá también hay coincidencia, y el macrismo en particular busca lo mismo para sus propios imputados.

Otra vez, la deuda

Cuarenta y cinco años después, una de las razones centrales del golpe, abrir el país y su economía a la colonización del capital financiero internacional, sigue siendo la causa número uno del agobio que vive la mayoría del pueblo argentino y del agravamiento del atraso y saqueo del país. Casi 38 años de gobiernos constitucionales, donde se turnaron radicales, peronistas y macristas, agravaron el sometimiento, llevando la pobreza a niveles cada vez mayores. Todos y cada uno de ellos honró la deuda fraudulenta, pagando cientos de miles de millones de dólares y reforzando el endeudamiento usurario a niveles intolerables, deteriorando las condiciones de vida de los trabajadores, quitando derechos e incentivando su explotación. Décadas de gobiernos ajustadores, que constituyen un régimen común de saqueo, miseria y retroceso.

El gobierno de Alberto Fernández llegó para garantizar este proceso, luego del fracaso de Macri. Por eso festeja que el FMI le haya otorgado 3.300 millones de dólares que le permitirá pagar una cuota de la deuda con el Club de París, contraída en forma directa por la dictadura y revalorizada por Axel Kicillof como ministro de Economía de Cristina. Deuda para pagar deuda.

El gobierno se ilusiona en que esto le permitirá patear un acuerdo con el FMI, que lo obligaría a un ajuste “a fondo” para después de las elecciones. Apuesta con diversos mecanismos a mantener una suerte de “pax cambiaria”, pero el costo es que además de endeudarse a tasas de interés altísimas tiene gran parte de su industria parada por la falta de dólares para comprar insumos -es decir, recesión.

Todo esto no ha evitado el ajuste. Como lo demuestra el aumento de la pobreza, de desocupados. La inflación se está comiendo los ingresos de los trabajadores. Las tarifas siguen aumentando y el gobierno miente cuando dice que las va a desdolarizar. La salud en el medio de la pandemia es una víctima directa de esta situación. Sin vacunación y testeos masivos a la vista, frente a una nueva ola (como se espera) el gobierno no reservó los fondos para afrontar una cuarentena rígida (sosteniendo a quienes no tienen los recursos para afrontarla) ni para fortalecer el sistema de salud.

Estas son las razones de las acciones de lucha multitudinarias que encaró el Frente de Lucha Piquetero. De las huelgas por salarios de los docentes. De la confluencia de ocupados y desocupados en marchas que sacuden a Neuquén. De las luchas que recorren a fábricas metalúrgicas como Siderar, con un creciente activismo de base. Vamos a fondo en el apoyo, organización y desarrollo de todas las respuestas de lucha frente a los agravios que recibe el pueblo trabajador.

Como siempre: el 24 de Marzo a las calles y plazas

Represión, deuda, ajuste, agravios. Como se ve, entre el 24 de Marzo de hace 45 años y el de ahora hay ligaduras muy profundas. Por eso, a lo largo de 37 años, cada 24 de Marzo fue una acción de lucha por el ayer y por el hoy. Las organizaciones populares ligadas al gobierno, entre ellas las de derechos humanos, han decidido que este 24 no se movilizan cuando las razones para hacerlo sobran.

Nosotros, junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia estaremos en Plaza de Mayo y en las plazas y calles de todo el país.

Por los 30.000 detenidos-desaparecidos y por los muertos, desparecidos y encarcelados en “democracia”. Contra la represión que se ensaña con las luchas populares. Contra la miseria, la precarización laboral y la violencia contra la mujer que siguen creciendo. Contra la entrega y el sometimiento: no al pacto con el FMI, por el desconocimiento de la fraudulenta deuda externa.

Por estas y otras muchas razones este 24 a las calles.