Políticas
27/12/2022
Las “tres copas” de Alberto Fernández
Inflación, ajuste y endeudamiento.
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Alberto Fernández.
Luego del triunfo de la selección argentina en el Mundial de Fútbol, Alberto Fernández realizó algunas polémicas declaraciones en las que afirmó que su gobierno “hizo crecer a la Argentina durante 3 años consecutivos”. Sin embargo los índices demuestran que durante su mandato la inflación, la contracción económica y la pérdida del poder adquisitivo de la población han batido récords. Veamos de qué se jacta el presidente.
Llegado a su fin el rebote económico pospandemia, la recesión económica se profundiza al ritmo del aumento de las tasas de interés, del cepo a las importaciones (ambas medidas impulsadas para cumplir las metas del FMI) y de la caída del consumo. En septiembre, la actividad económica cayó 0,3% intermensual y el índice de producción industrial manufacturero retrocedió 0,2% respecto a agosto, según el Indec. Para octubre, la actividad económica volvió a caer otro 0,3% y el índice de producción industrial manufacturero retrocedió 0,5%.
En tanto, durante el gobierno actual también se registraron los índices de inflación más altos en 30 años, acumulando en sus primeros 36 meses un 295,1%, casi lo mismo que lo acumulado durante la gestión macrista pero en un menor período de tiempo. Sin ir más lejos, desde que Alberto Fernández asumió la presidencia los precios promedio se cuadruplicaron: el kilo de papa aumentó un 629%, el azúcar un 490% y el aceite un 456%, entre otros. Asimismo, durante el gobierno que iba a devolver el asado la ingesta de carne por parte de la población cayó “el equivalente promedio de 47 kilos anuales por habitante, el dato más bajo del que se tenga registro” (Infobae, 25/12).
Los salarios y las jubilaciones, en cambio, no han seguido este ritmo inflacionario sino al contrario, han sido aplastados por el ajuste fiscal y la licuación de los mismos mediante la inflación y la devaluación (el peso ha perdido un 75% de su valor desde 2019 a la fecha). Sin ir más lejos, el Salario Mínimo Vital y Móvil se ha visto condicionado por el cepo presupuestario el mes pasado, donde el Consejo del Salario estipuló el valor del mismo por debajo de la canasta alimentaria de indigencia y 20 puntos porcentuales debajo de la inflación proyectada (un aumento anual acumulado del 70% frente a una inflación anual del 90% para ese momento).
Esta es una orientación que ha prevalecido durante todo el gobierno del Frente de Todos: para octubre de 2020 el SMVM se ubicaba en $18.900, en tanto la canasta básica alimentaria de una familia tipo se ubicaba en $51.776. Para octubre de 2021 el SMVM se ubicaba en $32.000, en tanto, la canasta básica alimentaria de una familia tipo se ubicaba en $72.365. Hoy el SMVM se ubica en $61,953, en tanto la canasta básica alimentaria se ubicó en $145.948.
A su vez, una de las primeras iniciativas del gobierno que venía a “recomponer los haberes jubilatorios” fue derogar la ley movilidad jubilatoria sancionada durante el macrismo, la cual fue enfrentada por una enorme movilización popular, para imponer una fórmula aún mas regresiva en pos de reducir el gasto fiscal. En la fórmula actual el ajuste combina el 50% de la recaudación de la Anses y el 50% de la variación del Ripte, incluye un techo anual según la “recaudación previsional por beneficiario” y se combinó con aumentos por decreto y “bonos” para las jubilaciones más bajas.
La pérdida del haber previsional contra la inflación, en términos reales, fue del 12,2% con bonos y de 17,4% sin bonos, con respecto a diciembre de 2021. Muchísimo más perdió el tercio de jubilados que cobra más que la mínima. “Tomando una prestación que en diciembre equivalga a 3 haberes mínimos (esto es, $150.000 de bolsillo), para recuperar lo perdido por la inflación entre 2018 y 2022 se debería otorgar una suma de $721.000 a precios de diciembre de 2022, igual a casi 5 meses de jubilación” (Ídem). Este ajuste se ha manifestado en los índices de noviembre, donde el gasto público se redujo 7,5% y los recortes en materia de jubilaciones fueron de algo más del 9%, uno de los blancos más importantes de ajuste del FMI son los jubilados.
A su vez, el gobierno del Frente de Todos también batió récords de endeudamiento, logrando que la deuda estatal neta supere incluso los niveles que tenía durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y de Macri, pero también en menor cantidad de tiempo. En base a datos de Finanzas, del BCRA y de la tercera revisión del acuerdo con el FMI el stock de Deuda Estatal Neta con acreedores privados desde el inicio de la presidencia Alberto Fernández aumentó en USD 70.000 millones.
Un dato a destacar es que, a diferencia del gobierno macrista que abusó del endeudamiento del Tesoro en divisas, el gobierno actual y el de CFK se caracterizaron por endeudar al BCRA mediante la bola de nieve de deuda en pesos, que aumentó un 187% y acapara más del 62% de la deuda total, y la indexación de la misma por inflación y devaluación. Esto significa que el mayor stock de deuda generado durante el gobierno de Alberto Fernández ha sido en función de intereses usurarios que le son pagados a la banca y a los especuladores, incluso a pesar de los altos niveles de recesión que generan, para garantizar el ajuste fiscal que reclama el FMI.
Es decir, el gobierno de Alberto Fernández ha sido el mejor alumno del capital financiero internacional, y sus políticas se han orientado a intentar rescatar a la clase capitalista de la crisis y descargarla sobre los trabajadores. Es necesario quebrar ese pacto ruinoso y ganar las calles en defensa de un programa obrero y popular.