El entre los datos que publicó el Indec en el IPC de noviembre, se registra que mientras la inflación fue del 2,4% para las prepagas la suba fue del 4,7%, casi el doble. Desde diciembre, cuando Milei dictó el mega DNU 70, el IPC de las prepagas en el Gran Buenos Aires acumula un de 214,4%, mientras la inflación acumulada para el mismo período se ubica en 112%. En tanto, los salarios aumentaron muy por debajo producto de las paritarias a la baja que negocian las patronales con el gobierno y la burocracia sindical.

Esto es producto, en gran parte, de la liberalización de precios otorgada por el gobierno a las empresas de medicina privada, quienes engordan sus bolsillos a costa de pulverizar el bolsillo de los usuarios, que sistemáticamente tiene que abandonar sus coberturas o pasarse a planes más económicos y que se ven presionados a sostener dicho servicio sobre todo en el marco del vaciamiento de la salud pública que lleva delante el Ejecutivo, en el marco del ajuste fiscal.

Por eso, las prepagas se valen de la necesidad de los usuarios para venderles planes médicos “low cost”, cada vez recortados, con menores coberturas y mayores co-pagos, los cuales ahora tienden a proliferar debido a la inviabilidad económica de los trabajadores de costearse un plan con cobertura integral.

Luego de publicar el informe, el Indec tuvo que salir a aclarar por qué estos números, donde la inflación presuntamente tiende a la baja, no tiene su correlato en el consumo doméstico, a lo que solo pudo responder: “el costo de vida contiene elementos subjetivos que surgen de cómo el consumidor adapta su canasta personal de gastos para satisfacer sus necesidades y mantener cierto nivel de bienestar”. Lo que esconden es que son Milei y Caputo quienes están vetando la actualización de la fórmula del IPC, para que no registre el verdadero peso que tiene hoy en los hogares el costo de la salud, los servicios públicos, el alquiler o la comunicación. Eso, para seguir con los tarifazos y sostener la bicicleta financiera.

Además, los que salieron con los tapones de punta ahora son los prestadores. Un comunicado de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (Cadime) sostuvo: “Las empresas de medicina prepaga aumentaron el precio de sus cuotas muy por encima de lo que pagan a quienes prestan los servicios de salud a sus beneficiarios. Esta diferencia, cada vez mayor, es crítica para el sostenimiento del sistema de salud de la Argentina en los últimos años”. Está rapiña entre los distintos actores de la salud privatizada, mientras los afiliados padecen el déficit de atención y cargan con los aumentos de las cuotas, muestra el carácter parasitario e inviable del “libre mercado” de la salud.

Hay que terminar con los negocios espurios de los capitalistas de la salud, terminando principalmente con este gobierno, cuyas políticas solamente están orientadas a beneficiarlos a costa del bolsillo de los laburantes. Además, es fundamental intervenir todo el sector y abrir los libros de las empresas privadas, como punto de partida para el establecimiento de un plan universal e integral de cobertura médica de acceso para el conjunto de los trabajadores.

Milei promete eliminar impuestos… pero solo a los capitalistas

Sostiene una recaudación regresiva basada en aplicar el IVA contra los consumidores y repuso la cuarta categoría de Ganancias. –

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