Políticas

15/4/2021

Los contagios en los lugares de trabajo que Alberto Fernández esconde

La industria, el Covid-19 y la fábula de “en el trabajo no hay contagios”.

Las nuevas disposiciones del gobierno frente a los picos récord de contagios y muertes por Covid-19 en el país no han afectado en nada la producción industrial. Funcionarios de gobierno y empresarios repiten como un mantra que “los contagios no se dan en los lugares de trabajo” mientras se acumulan los casos, al punto de afectar la producción por extensión de contagios. Según La Nación (13/4) fuentes de la UIA y el Ministerio de Producción coincidían en calcular un ausentismo en aumento en alrededor del 20%. Todos los comentarios apuntan a un crecimiento muy grande de los casos luego de semana santa (y un mes luego del comienzo de clases presenciales).

Por otra parte es sistemática la aparición de nuevas denuncias de los trabajadores sobre incumplimiento de los protocolos existentes para hisopado y aislamiento de los trabajadores que han estado en contagio con los que son confirmados positivos. En estas horas han llegado a Prensa Obrera datos sobre una decena de violaciones patronales a los criterios sanitarios en empresas de diversos rubros. Esto evidentemente es un muestreo muy parcial, que refleja una situación extendida a la mayoría de la industria.

La insistencia en que no existen los contagios en la industria es la misma que se viene sosteniendo en cada ámbito en que la patronal quiere mantener abierta contra los intereses generales y para cuidar sus ganancias. Es el discurso que mantuvieron los ministros Trotta y Vizzoti sobre las escuelas hasta que la repetición de muertes por Covid-19 en la comunidad educativa y los paros docentes obligaron al ministerio a suspender las clases por dos semanas, desmintiendo a lo que repetían los ministros hasta la tarde del 14 de abril. Es lo que dijo el ministro de turismo Lammens sobre los viajes turísticos a pesar de los números de viajes grupales que volvían con un contagio del 100%. Las cámaras de empresarios de la construcción se sumaron con una solicitada a principio de mes que planteaba, obviamente, “Las obras no son fuente de contagio” y abogaba por que siguieran abiertas. No hay ciencia ni estudios que respalde esto, sólo avidez de lucro capitalista a cualquier costo.

 

En la llamada Fase 1 de la cuarentena en el 2020 una parte importante de la industria se frenó por un tiempo. Rápidamente se fue habilitando su funcionamiento bajo una definición completamente caprichosa de los sectores esenciales de la economía, que fue abarcando al 100% de la actividad económica. Aunque los ritmos de contagio ya superan ampliamente los de hace un año, la suspensión de los trabajos no esenciales no se ha retomado.

La idea de que el control de la propagación es total y los casos vienen de afuera no tiene sustentación. Por otra parte, el viaje al lugar de trabajo es parte de la jornada de los trabajadores y el hacinamiento permanente en el transporte público es indiscutiblemente una fuente de contagio. Incluso en las grandes empresas que disponen de micros o combis para acercar a sus empleados desde distintos puntos, los empleados usan uno o dos medios de transporte para llegar al punto de encuentro.

En las fábricas, el movimiento obrero enfrenta, sin ningún respaldo de la CGT y la burocracia sindical que está al frente de la mayoría de los sindicatos, una pelea planta por planta por la salud y la vida.

Algunas primeras denuncias y conflictos surgen de un relevamiento de Prensa Obrera que se va extendiendo a medida que pasan las horas:

A principios de mes, en Bridgestone,  los trabajadores, respaldados por la conducción clasista del sindicato del neumático (Sutna) debieron ir al paro general para lograr el aislamiento de 6 trabajadores que habían sido contactos estrechos de un trabajador con hisopado positivo, frente a la negativa de la empresa.

El cierre de un turno entero de Toyota por la extensión de casos de Covid-19, que fue cubierto por los medios nacionales, fue prorrogado una semana más según confirmaron trabajadores a Prensa Obrera.

Ya son diez los trabajadores fallecidos por Covid-19 en el Subte de Buenos Aires. La empresa Metrovías no respeta el aislamiento establecido para los contactos estrechos, independientemente del resultado del hisopado. Luis Pasquín, el último trabajador fallecido, fue un hisopado negativo (un “falso negativo”, como se sabe que existe) enviado a trabajar sin cumplir el plazo de espera.

En la gráfica Morvillo de Avellaneda ya hay 40 contagiados. La patronal quiere aprovechar la situación para cerrar el turno noche, una vieja intención para vaciar el funcionamiento de la planta y flexibilizar tareas de los trabajadores. La patronal se resiste sistemáticamente al aislamiento de los contactos. Cuando alguien tiene un contacto estrecho, se lo hisopa y se lo hace seguir trabajando, en vez de aislarlo como corresponde. Mientras llegan los resultados, que tardan hasta 72 horas, el trabajador con síntomas sigue interactuando en la planta con sus compañeros de trabajo.

Los contagios son masivos en el Ferrocarril Roca. Hay 20 casos positivos en el depósito de trenes de Lavallol. En los talleres de Remedios de Escalada, luego de contabilizarse 30 contagios, una asamblea le impuso a la empresa un funcionamiento reducido dividiendo al personal en grupos que cumplirán tareas por 15 días del mes.

En Mondelez (ex Kraft) se suman unos 5 casos por día. La patronal tiene la conducta de sólo aislar al contagiado confirmado, y a veces un trabajador de contacto muy inmediato. Sin embargo, la circulación por sector y turno es amplia y da lugar a permanentes nuevos casos.  A los trabajadores de riesgo la patronal les ha planteado el retiro voluntario, para no tener que seguirles pagando el sueldo sin que concurran a trabajar. Desde el comienzo de la pandemia ya hubo entre 700 y 800 trabajadores que fueron reemplazados por contratados. La mayoría de estos contratados eran empleados de cadenas de cadenas de fast foods que fueron intercambiados por sus patronales cuando se cerraron muchos locales de estas.

En el frigorífico Campo del Tesoro del Parque Industrial Pilar los trabajadores que se enferman son dados de baja, apoyándose en la enorme precarización laboral que reina en la planta. Esta medida inmoral es también un contrasentido sanitario, ya que muchos trabajadores tratan de disimular su enfermedad, desesperados por la perspectiva de quedarse sin trabajo en plena pandemia. Esto da lugar a que pasen días enteros en la planta trabajando con síntomas.

En la planta de Pacheco de la automotriz de Volkswagen los trabajadores enfermos son suspendidos por la patronal al 70%, sin aislamiento de los contactos en planta.

En la autopartista SKF de Tortuguitas hay 30 casos aislados en el sector de mantenimiento. La patronal manda a su casa a los casos positivos pero no a los compañeros que han estado en contacto con ellos.

En la siderúrgica Siderca los trabajadores del sector ajuste están reclamando que en violación del protocolo de la fábrica, los compañeros que tuvieron contacto con un trabajador que dio positivo en su sector no han sido hisopados en el centro de salud de la empresa.

Los picos alcanzados por la segunda ola plantean el cierre de toda actividad industrial no esencial por un plazo que permita controlar el alza de la pandemia. Reclamamos el pago al 100% de todos los trabajadores y la prohibición efectiva de despidos. Es urgente que el Estado garantice la vacunación de todos los trabajadores que se desempeñan en áreas esenciales (alimentos, combustibles, medicamentos, transporte). Por la plena vigencia de protocolos obreros de seguridad cuyo cumplimiento sea verificado por comités de trabajadores, con potestad para parar la producción ante un incumplimiento.