Políticas
15/12/2025
Los empresarios confiesan que la reforma laboral no revierte la pérdida de empleo
Paolo Rocca amenaza con cerrar plantas por la competencia china, mientras otros dicen que principal problema es la caída del consumo.
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Encuentro Pyme convocado por Techint.
Una demostración palmaria de que la reforma antiobrera en curso no generará empleo, es que su envío al Senado no impidió que Paolo Rocca amenazara con cerrar la planta de Tenaris-Siderca en caso de que el nuevo gasoducto previsto -entre Vaca Muerta y San Antonio Oeste- termine construyéndose con caños sin costura provenientes de China. Si bien saludó el proyecto del gobierno, el dueño de Techint señaló como principal preocupación la avalancha importadora propiciada por las políticas aperturistas de Milei. Las Pymes, por su parte, proyectan una caída de la inversión para el 2026 por más que se apruebe la ley flexibilizadora. Así las cosas, si esa iniciativa parlamentaria prospera, los trabajadores nos quedaremos sin derechos laborales y sin empleo.
Paolo Rocca, el presidente del Grupo Techint, participó en una charla junto a Patricia Bullrich durante el Seminario ProPymes, que nuclea a todas las firmas proveedoras del holding siderúrgico. Allí destacó que la reforma laboral no alcanza para devolverle "competitividad" a su empresa, en momentos donde aumenta el ingreso de acero fabricado en China, y, como parte de la guerra comercial con el país asiático, Estados Unidos puso aranceles del 50% a la importación de dicho metal, perjudicando a las exportaciones argentinas. Además de que el consumo interno "continúa deprimido".
Así las cosas, mientras Bullrich intentaba resaltar, como quien hace una ofrenda, los beneficios patronales que traería aparejado la reforma esclavista, Rocca le reclamó "una apertura inteligente", es decir, medidas proteccionistas y devaluación de la moneda para poder competir con el acero procedente de China. Paso seguido, amenzó con cerrar su fábrica de caños sin costura radicada en Campana si no se le adjudicaba la construcción del nuevo gasoducto en carpeta, que uniría la cuenca neuquina con el buque de GNL ubicado en las costas de Río Negro.
Como vemos, el gobierno ni quitándole las retenciones al acero ni impulsando una reforma laboral logra conformar al Grupo Techint, que se ve afectado por el rumbo recesivo de la gestión libertaria, cuyos platos rotos se los cobra a sus trabajadores por medio de despidos, como los que tuvieron lugar este año en la planta de Tenaris-Siderca, y amenazas de cierre. Esas contradicciones prometen acentuarse, augurando eventuales choques entre Milei y un sector de la clase capitalista.
Con sus dichos, Rocca está admitiendo que la legislación antiobrera en agenda no destrabará inversiones ni redundará en nuevos puestos de trabajo, solo incrementará la tasa de explotación de la mano de obra. Lo de Techint ilustra el ánimo que reina en el conjunto de la industria; sin ir más lejos, una encuesta elaborada por los propios convocantes del evento ProPymes, en la que participaron más de 235 empresas, indica que, a pesar de la reforma laboral, la proyección para el 2026 es una caída del 7% en facturación y del 12% en inversión. En la misma línea se expresó la empresaria láctea Gabriela Benac, dueña de la compañía Línea Azul, quien sostuvo que si no se reactiva el consumo proseguirán las quiebras.
Lo cierto es que el proyecto presentado abarata las indemnizaciones, facilitando los despidos. Si pasa esta ofensiva, los trabajadores perderemos nuestros derechos laborales y tendremos más riesgo de ser despedidos.
La población trabajadora no puede esperar nada bueno de la reforma laboral. Por eso hay que enfrentarla en las calles, comenzando por ir masivamente a la movilización del 18 de diciembre. Luchando consecuentemente podemos derrotar los planes del gobierno.
