Políticas
4/4/2025
Lucille Levy: la candidata de un radicalismo con olor a pis
En la Ciudad, vamos con el Frente de Izquierda Unidad.

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Lucille Levy.
Sin lugar a dudas, uno de los principales datos de la elección de la Ciudad de Buenos Aires es la implosión de Juntos por el Cambio. La alianza creada por el macrismo en 2015 llega a la elección porteña en 4 listas. Además del PRO, encabezado por Silvia Lospenatto, competirán por su banca en la legislatura porteña el ex jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, con el sello del “Partido Federal”, Paula Olivieto, de la Coalición Cívica, y Lucille Levy, de la UCR. La ruptura del PRO a partir de la fallida interna de 2023, y el creciente copamiento de su espacio por parte de La Libertad Avanza, convierte a la elección porteña es un espacio de disputas muy importante por el “Maxi Kiosco” de los negocios porteños.
En ese sentido, la elección de la UCR Evolución de que su lista sea encabezada por Lucille Levy, del riñón de Emiliano Yacobitti, vicerector de la UBA y presidente de la UCR CABA, y Martín Lousteau, cobra pleno sentido. Actual consejera superior de la Universidad de Buenos Aires, y militante de Nuevo Espacio en Económicas, Levy terminó en diciembre su presidencia en la Federación Universitaria de Buenos Aires. Su presidencia estuvo caracterizada por enormes irregularidades, empezando por una auto extensión de su mandato bajo una reforma absolutamente fraudulenta del estatuto en 2022. A lo largo de la lucha educativa de 2024, tanto la Fuba, como la FUA, ambas dirigidas por la UCR-Franja Morada, se encargaron de frenar cualquier medida de lucha concreta de los estudiantes, organizando junto con las autoridades universitarias, la burocracia sindical y el peronismo un verdadero operativo anti tomas que le permitió al gobierno, mediante el levantamiento de las medidas de fuerza, avanzar en la pulverización del salario docente.
La presentación de su candidatura adquiere un carácter burdamente farsesco cuando este espacio la quiere presentar como una exponente de la lucha educativa. Levy, al igual que todo el radicalismo, no solo fue una parte fundamental para levantar el proceso de lucha universitario desde la Fuba, sino que forma parte del mismo espacio que cogobierna con Milei y le dio los votos necesarios para la Ley de Bases o el veto universitario. Esta usurpación de la lucha universitaria del radicalismo busca esconder que a lo que este sector se juega en la lucha universitaria no es la defensa de la universidad pública sino el lugar de las autoridades universitarias, y el radicalismo en particular en el esquema de negocios de la UBA. No hay que olvidar tampoco la total colaboración de la UCR y Lousteau en los gobiernos macristas, tanto en nación como en la Ciudad. Sin ir más lejos, este mismo espacio acaba de acompañar al PRO votando en contra del pase profesional de enfermería.
Si el PRO convirtió a la ciudad de Buenos Aires en un verdadero esquema de negocios prebendarios, el Yacobittismo hizo lo propio en la Universidad de Buenos Aires. Con un esquema de negocios basado en posgrados arancelados, convenios con empresas y una privatización de servicios brindados por la Universidad de Buenos Aires como por ejemplo el Hospital de Clínicas, con miles de denuncias por desvío de fondos o el desvío de pacientes hacia clínicas privadas ligadas a las propias autoridades universitarias. Nuevo Espacio, versión reciclada de la Franja Morada, es la herramienta estudiantil que el Yacobittismo se dio para recuperar una intervención en la UBA luego del brutal desprestigio de la Franja Morada en el gobierno de la Alianza, donde la irrupción popular no solo tiró al gobierno de De la Rúa, sino que también abrió un proceso en la propia Universidad de Buenos Aires mediante la recuperación de la Fuba, y la puesta en pie de una experiencia de más de 15 años de la Fuba piquetera.
Empezando por Económicas, el yacobittismo logró expandirse mediante el financiamiento de estas agrupaciones con cajas propias de la Universidad hasta convertir a la mayoría de los centros de estudiantes y la propia Fuba en oficinas de las autoridades universitarias. Levy forma parte de la generación que, mediante este impulso del rectorado, logró recuperar la Fuba en manos del radicalismo y terminar con una experiencia de lucha de más de 15 años. Habiéndose roto los numerosos acuerdos que este espacio tuvo con el PRO desde hace más de 16 años, en los cuales conformaron un bloque común y se hicieron de numerosos cargos en ministerios, es evidente que el yacobittismo quiere avanzar de manera inmediata con un copamientos de los negocios de la Ciudad de Buenos Aires. Utilizando a la UBA como plataforma, este sector del radicalismo busca copar el “maxikiosco” porteño para hacer en la Ciudad lo mismo que hacen en la UBA: avanzar con su propio esquema de negocios a costa de un ajuste brutal a sus trabajadores. Mientras administran cajas millonarias mediante los negocios alrededor de la Universidad de Buenos Aires, sus trabajadores docentes, no docentes, investigadores y profesionales de la salud sufren la peor cara de la precarización laboral y el deterioro salarial.
La lista de Evolución tiene varios puentes con la lista levantada encabezada por Leandro Santoro. Ocurre que además del origen radical de Santoro, el PJ porteño encabezado por Olmos viene tejiendo numerosos puentes con la UCR que se expresan en numerosos acuerdos políticos en el propio centro de poder del yacobittismo: la UBA. Solo por nombrar algunos casos, en la lista de Santoro se encuentran Claudia Negri, vicedecana de la facultad de Ciencias Médicas aliada al rectorado de la UBA, como así también Federico Mochi, dirigente de la agrupación del Grupo Bicentenario que, entre otros numerosos acuerdos con la UCR en la UBA, viene de hacerse del Centro de Estudiantes de Farmacia y Bioquímica mediante un acuerdo con la UCR. Podría afirmarse que el yacobittismo tiene dos listas en la Ciudad.
El contraste con la lista del Frente de Izquierda no podría ser mayor. Si la lista de Evolución se conforma a partir de quienes lucran a costa de la Universidad de Buenos Aires, la lista del Frente de Izquierda está nutrida de quienes la defienden. Partiendo con su cabeza de lista, Vanina Biasi, es trabajadora y delegada gremial no docente en la Facultad de Ciencias Sociales, con más de 20 años de experiencia gremial puso en pie una comisión interna clasista y antiburocrática con enormes conquistas para sus trabajadores, contrastando enormemente con la burocracia sindical adicta al Yacobittismo de los Cagnacci y los Anró. A su vez, forman parte también de la misma activistas estudiantiles como la secretaria general del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, Tatiana Fernández Martí, gran protagonista de la lucha educativa del año pasado, también Mariela Solesio, dirigente de la AGD, gremial docente que llevó adelante una lucha feroz no solo contra el ajuste de Javier Milei, sino contra la inacción de la burocracia sindical peronista y radical. Dentro del ámbito universitario también forma parte el dirigente de la Juventud el PTS, Luca Bonfante. Saliendo del terreno universitario, conforman esta lista Eduardo Martínez, dirigente del Plenario de Trabajadores Jubilados, y Alejandro Lipcovich, delegado general de la Junta Interna del Garrahan.
A Macri y a Milei se los golpea con la izquierda.

