Políticas

11/5/2023

Massa y Raverta siguen anunciando bonos para encubrir el robo a los jubilados

Las jubilaciones aumentarán en junio un 20,92%.

Los haberes siguen perdiendo contra la inflación.

En junio, las jubilaciones y pensiones tendrán un aumento del 20,92%, que regirá hasta septiembre dado que los haberes previsionales se actualizan trimestralmente, según estipula la ley de movilidad. A su vez, quienes cobran la mínima recibirán bonos de $15 mil en junio, $17 mil en julio y $20 mil en agosto, y, aquellos que cobran el equivalente de hasta dos jubilaciones mínimas, recibirán “refuerzos” proporcionales de hasta $5.000. Así las cosas, los jubilados continuarán perdiendo contra la inflación y no hay bono que pueda ocultar esta realidad.

En primer lugar, con el aumento de junio, la jubilación mínima se ubicará en $70.938 (hoy se encuentra en $58.665). Aún sumándole los bonos estipulados, seguirá quedando muy por detrás de la canasta básica de la tercera edad, que ya en abril alcanzó los $202.064, y, naturalmente, en septiembre el monto será mucho más elevado.

Hasta marzo, cuando se registró el último aumento jubilatorio, la inflación había variado 104,3% interanual, mientras que las jubilaciones (sin contar los bonos) solo lo habían hecho en un 79,8% durante ese período. De esta manera, en doce meses, el poder de compra de los haberes cayó 12 puntos porcentuales. Si evaluamos lo sucedido en el primer trimestre del año, los jubilados tuvieron un incremento del 17,04%, cuando la inflación acumulada en los primeros tres meses del 2023 alcanzó el 21,7%, con lo que la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones fue de 3,8 puntos entre principios de enero y finales de marzo.

Con el aumento de junio, tendremos que el incremento acumulado de las jubilaciones en los primeros nueve meses del año habrá sido del 41,52%, cuando la proyección inflacionaria en ese período es ampliamente superior. Eso significa que la confiscación de los haberes perdurará, fruto de la fórmula de movilidad introducida por el Frente de Todos, en cuyo cálculo no se toma en cuenta el índice de inflación.

Los bonos anunciados solo buscan encubrir este saqueo pero de ninguna manera lo revierten, dado que, al no estar incorporados en la fórmula de cálculo de la movilidad jubilatoria, su existencia depende la decisión arbitraria del gobierno. Por otra parte, solo los perciben quienes cobran los haberes más bajos, lo cual contribuye a achatar la pirámide previsional. De esta forma, los sucesivos gobiernos van contribuyendo al objetivo del FMI de quitarle a las jubilaciones su carácter de salario diferido y convertirlas en meros subsidios asistenciales a la vejez.

Esta orientación tiene como beneficiarios a las patronales y en primer lugar al capital financiero. Como denuncia Gabriel Solano en un reciente spot del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, usan la plata de la Anses para dárselo a los bancos. Es una política ejecutada por Massa en tándem con Raverta, la titular camporista de la caja previsional. Por eso solo la izquierda se planta contra este saqueo jubilatorio gobierno tras gobierno, como lo hizo también durante el gobierno de Macri.

Es una lucha contra el ajuste que promueven todos los políticos capitalistas, como vemos en el hecho de que Milei despotrica contra el robo del Banco Central por su emisión inflacionaria pero no abre la boca para denunciar esta estafa a quienes trabajaron toda su vida y quienes aportan de su salario todos los meses; grita que hay que quemar el BCRA pero se opone a que sean los propios trabajadores quienes gestionen sus cajas previsionales, las cuales quiere privatizar para armar otro negocio para los bancos y especuladores.

Frente a esto, el Partido Obrero y el Frente de Izquieda plantea una jubilación mínima de $202.064, la defensa del 82% móvil y aumentos indexados a la inflación mensual. En ese sentido, debe recapitalizarse la Anses sobre la base de reponer los aportes patronales, dejar de dilapidar su patrimonio en beneficio del capital financiero y registrar a todos los trabajadores informales. Es necesario que las cajas jubilatorias dejen de estar dirigidas por sus vaciadores y pasen a manos de los propios jubilados y trabajadores activos. Abajo el programa de ajuste del FMI, que tiene a las jubilaciones como flanco de ataque.

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