Políticas

21/9/2023

Milei promete un electroshock en las boletas y surtidores

Su asesor en energía es otro alumno del FMI, que quiere cobrar la factura a los consumidores para salvar a los vaciadores.

Eduardo Rodríguez Chirillo en el "Club del Petróleo"

Javier Milei se reunió con los principales empresarios del “Club del Petróleo” para presentar a su asesor energético, Eduardo Rodríguez Chirillo, y llevarles su propuesta de programa para el sector. El mismo tiene como eje la eliminación de los subsidios, a costa de redoblar los tarifazos sobre la población, y la exportación petrolera al precio de igualar lo que pagamos en surtidor con la cotización internacional.

Chirillo es un agente de las privatizaciones. Fue funcionario de la Secretaría de Energía durante el gobierno de Carlos Menem, cuando se remataron las empresas públicas y avanzaron en las desregulaciones en el sector, lo que profundizó el vaciamiento que sufrimos hasta el día de hoy. También fue jefe de asesores del Ministerio de Infraestructura y Vivienda en el gobierno de De la Rúa, entre marzo y noviembre de 2001, cuando en plena crisis se borró para irse a México a ocupar un cargo directivo en la multinacional española Iberdrola. Hoy Rodríguez Chirillo es también asesor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Argentina, muestra cabal de que es otro alumno del capital financiera y las recetas de ajuste que vienen fracasando gobierno tras gobierno fondomonetarista.

Si bien Milei y su asesor sostienen que el ajuste lo pagará “la política”, el propio Chirillo confesó que en realidad lo pagarán los consumidores: “Habrá un período de transición porque es imposible liberar de un día para otro, necesitamos amortiguar el impacto en el consumidor final”. Propone “restablecer la RTI (Revisión Tarifaria Integral) de las distribuidoras” habilitando un esquema de “incrementos futuros” en los servicios y que las tarifas sean “actualizadas por inflación”, lo cual anticipa un círculo vicioso de aumento de precios. A eso suman la promesa de exenciones impositivas.

Es un programa de salvataje a las mismas empresas que vaciaron el sistema de distribución eléctrica, como Edesur, responsables de que cada verano miles y miles de usuarios padezcan apagones masivos. Esta política no tiene nada de innovador, sino que tiene solo diferencias de grado con la que esgrime Massa mediante la segmentación tarifaria para cumplir con el ajuste del FMI. A la vez, sugirió que “hay que revisar el tema de las deudas de las distribuidoras que no le pagan a Cammesa”, lo que vaticina que su programa apunta a otra condonación millonaria como la que hizo el macrismo y Frente de Todos a las distribuidoras que parasitan al Estado.

Para dejar en claro que el “plan motosierra” no va a afectar los contratos usurarios firmados con las petroleras dijo que van a sostener el Plan Gas, que implica que el Estado pone un precio en dólares al gas en boca de pozo sin constatar cuanto sale producirlo. Su propuesta es que Cammesa deje de actuar de intermediario y que sean las empresas generadoras las que compren directamente el combustible pero al precio dolarizado del Plan Gas. Esta es la eliminación lisa y llana del subsidio, que haría que el precio dolarizado en boca de pozo pase directo a las generadoras y, consecuentemente, a las tarifas, algo que se agravaría profundamente con la megadevaluación que implica la dolarización que propone Milei.

Además, Chirillo afirmó que van a permitir firmar contratos firmes de exportación a largo plazo, es decir que no podrían interrumpir y que fomentarán en el mercado interno los contratos a mediano plazo entre productores y refinerías no integradas, neutralizando su derecho a bloquear exportaciones. Esto significa que se van a priorizar los contratos de las patronales generadoras con el exterior frente a cualquier necesidad del mercado interno, a lo que se suma el agravante de que, por contrato, el país no podrá autoabastecerse. Con lo cual Argentina exportará la energía a un precio y terminará importándola más caro.

A esto se suma que se propuso como fin “alinear el barril criollo con los precios internacionales”, es decir que paguemos en Argentina con salarios devaluados lo que paga el mercado internacional por las naftas. A la vez esto va a estar allanado por la eliminación de las retenciones y de aranceles de importación en crudo y combustibles garantizando un negocio redondo para las empresas a costa de los consumidores.

Chirillo también dijo que quieren que, ante cualquier controversia, las multinacionales puedan resolverla rápidamente mediante una actualización de los tratados internacionales, es decir propone una jurisdicción internacional en favor de las multinacionales que solo anticiparía nuevos juicios de rapiña como los del Ciadi o YPF, contra el Estado argentino, en perjuicio de los recursos nacionales. Otra política que acrecienta el yugo y el sometimiento por parte del imperialismo sobre el país.

El exsecretario de Energía también dijo que quieren preparar las condiciones para privatizar YPF, que sería reeditar otro vaciamiento como el de Repsol y sus socios, y reivindicó la Ley de Hidrocarburos para canalizar cualquier proyecto de GNL, una ley sancionada por el kirchnerismo que constituye un conjunto de beneficios impositivos y de mayor libertad cambiaria para los pulpos petroleros. La misma orienta la producción de hidrocarburos a la ganancia de un puñado de capitalistas que se fugan la riqueza al exterior, como es el caso de Chevron, mientras los usuarios pagan tarifas cada vez más caras. Esto muestra que no hay una ruptura de intereses sociales de fondo, sino al contrario, es la política de continuidad de los negociados de un puñado de pulpos, responsable de los problemas energéticos que tenemos hoy.

El programa energético de Milei deja a la vista, más que nunca, que no hay una ruptura con los mismos intereses que nos vienen gobernando hace 40 años y nos trajeron a esta crisis, sino que se trata de una profundización del mismo camino que solo acrecentará las penurias sobre el bolsillo popular. La única forma de enfrentar el ajuste del gobierno y la avanzada de la derecha, es en las calles.

Por otro lado, para poner fin a este régimen de entrega al cual tributan todos los gobiernos es necesario avanzar en la apertura de los libros de toda la cadena energética para evaluar los costos reales de producción, transporte y distribución. A su vez, se deben nacionalizar bajo control obrero los hidrocarburos para que estos recursos dejen de ser fuente de saqueo por parte de las empresas petroleras y sean utilizados en un plan de industrialización nacional que genere puestos de trabajo genuino.

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