Políticas
5/11/2024
Milei y Menem celebran el “fin de la recesión” mientras las familias se endeudan para comer
El gobierno celebra un dato parcial de la Came en medio del derrumbe del poder adquisitivo de la población.
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Javier Milei y Martín Menem.
El gobierno nacional, a través de publicaciones del presidente Javier Milei y del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, salió a “celebrar” el supuesto fin de la recesión económica sobre la base de un informe de ventas minoristas de la Came con mejoras en el mes de octubre. Con un crecimiento estrepitoso de la pobreza y la indigencia, y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores, crece el endeudamiento y el consumo selectivo anticipando un fin de año caliente.
Milei retuiteó una publicación de Martin Menem con los números de la Came dando por “finalizada” la recesión, que dan cuenta de un crecimiento interanual del 2,9% en las ventas minoristas para el mes de octubre, dejando de lado el dato de fondo que indica un retroceso del 13,2% en el acumulado de ventas de los primeros diez meses de 2024.
Los analistas identifican el “salto” en octubre como un rebote en medio de una caída generalizada. Incluso desde la misma Came advierten que el 51% de las Pymes consultadas se lamenta por la caída significativa de las ventas.
Es que la realidad mata todo relato, y estamos ante un contexto evidente de crecimiento de la pobreza y la indigencia, de la mano del ataque a los salarios e ingresos populares, despidos, recortes, reforma laboral, ajuste y tarifazos.
Esto resulta insoslayable y se expresa en los informes de otros sectores del comercio, como es el caso de las cadenas de supermercados desde donde hablan que el mes de octubre estaría arrojando un desplome récord en el consumo –el interanual de septiembre cerró con una caída del 22,3% para el consumo masivo en su conjunto.
Un relevamiento del Centro de Almaceneros de Córdoba afirma que 9 de cada 10 de hogares debieron financiar la compra de alimentos durante octubre, ya sea a través del fiado (42,2%), del uso de tarjetas de crédito (36,6%) o de préstamos de familiares y amigos (10,1%) (La Voz, 3/11).
El ajuste sobre los salarios, jubilaciones e ingresos populares, con devaluación e inflación mediantes, junto a la suba generalizada de tarifas en los servicios de transporte, agua, luz, gas, salud, telecomunicaciones y educación, entre otros, viene aplastando y reduciendo la capacidad de compra de las familias trabajadoras.
La única explicación al rebote en las ventas registradas por la Came en octubre se asocia a un desplazamiento eventual del consumo apalancado por el financiamiento y el endeudamiento de las familias obreras, en el marco de “promociones” y ofertas de temporada para hacer frente a consumos ineludibles, lo que no expresa una reactivación sino la gestación de una crisis más profunda en el futuro inmediato.
Algo de esto es mencionado por la Came respecto al Día de la Madre y la aparición de financiamiento más “barato” y ofertas de distinto tipo. El consumo de la población trabajadora se encuentra dominado por estas variables: una paradoja que en el gobierno de la “libertad” el consumo se encuentre digitados por las ofertas y el financiamiento de las grandes cadenas comerciales.
Lo mismo ocurre con los eventos como el CiberMonday y el Hot Sale donde se abren ventanas de consumo para realizar las compras postergadas por la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos salariales y populares.
La capacidad de consumo de la población está directamente relacionada con sus ingresos, en un cuadro donde según un informe del Centro para la Recuperación Argentina de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) la pobreza creció un 43,3% en un año y la indigencia un 131%, implicando que un 11,4% del total de la población pase de la situación de pobreza a un escalón aún peor. No hay financiación u ofertas que contrarreste esta realidad.
La afirmación del gobierno responde más a la necesidad de reforzar un relato oficial que a un análisis de los eventos de la realidad, cuando la población se hunde en la pobreza y la miseria como resultado de las políticas de ajuste y las medidas antiobreras. Cualquier reactivación parcial de la economía tiene sus fundamentos en el ataque a la población trabajadora, lejos de representar el bienestar y la prosperidad común del pueblo: solo una porción de la casta capitalista se beneficia con estas medidas.