Políticas

1/5/2024

Misceláneas para un balance de este 1º de mayo

Foto: Juan Diez @ojoobrerofotografía

Indudablemente el dato central de este 1º de mayo fue la movilización de la CGT (y las CTAs, de escaso protagonismo). Según compañeros que recorrieron las columnas aunque no todas, no hubo menos de 100 mil personas. En ellas se destacó el Smata con unos cuatro mil trabajadores, pero hubo número en Camioneros, muy fuerte Luz y Fuerza, un gremio pequeño si se quiere, la UOM con grupos pequeños pero de muchas seccionales y así de corrido en decenas y decenas de gremios que, tuvimos la impresión, se movilizaron en mayor número que el 24 de enero. Y en aquel momento fue en día de semana con un paro de poco cumplimiento pero paro al fin o al menos cese de tareas puntuales para movilizar. Hoy hubo que venir desde la casa de cada trabajador por más que muchos fueran de los “cuerpos orgánicos”. Nos consta que el número de la movilización sorprendió a muchos analistas e inclusive a los propios organizadores.

Pero esos delegados y aún directivos y ni hablar de activistas hace años, décadas, que no se movilizaban un 1º de mayo, el día internacional de lucha de los trabajadores, transformado por el peronismo y la burocracia sindical en “el día del trabajo” para comer un asadito. Recordemos que hace mucho que los 1º de mayo son convocados en la Argentina, en el escenario mayor, frente a la Rosada, por la izquierda obrera y socialista. Algo que bajo otra modalidad, volvió a ocurrir hoy en la vallada Plaza de Mayo.

Y un dato revelador de la peculiaridad de esta movilización en un 1º de mayo de parte del sindicalismo tradicional es que si no fue un desborde, que no lo fue, sí se trató de un canal. En ciertas fábricas del Smata los compañeros se anotaban ante los delegados para concurrir, algo que no tiene precedentes cercanos, más bien lo contrario en fábricas de una burocracia patotera, regimentadora y en algunos casos repudiada como en Toyota, donde fueron entregadas condiciones laborales y hubo un fuerte voto a Milei, en la confusión política del repudio a la realidad que viven esos jóvenes trabajadores (de hecho hay más de 500 retiros voluntarios en Toyota). En la columna de Luz y Fuerza este cronista circunstancial vio y habló con muchos obreros de base.

El otro dato enorme se produjo en la esquina de Independencia y Paseo Colón. Allí se estacionó la cabecera de la columna independiente y durante toda o casi toda la desconcentración fue un escenario de confraternización sistemático de los manifestantes de base de los gremios con nuestros compañeros y compañeras más conocidos, saludando, sacándose fotos, dando la mano emocionados en muchos casos, abogando por una unidad que nos permita derrotar, liquidar y otros muchos sinónimos, al gobierno de Milei. Lo que otrora podía ser hostilidad de la base peronista ante el clasismo y la izquierda mudó a la más abierta confraternización ante nuestros carteles que no anduvieron con chiquitas: “ningún pacto” “abajo la reforma laboral” “paro activo y plan de lucha”. O ante nuestros cánticos en favor del paro, el piquete y la huelga general para derrotarlos. Tal vez alguna jerarquía sindical advirtió el fenómeno, porque en un momento las columnas empezaron a doblar antes, por la colectora oeste en lugar de la que da al río. Pero si esa fue la idea ya era tarde.

La cúpula de la CGT, que se negó a parar y movilizar el propio 29 y 30 ante el Congreso, que era lo que debía hacer, con seguridad advirtió este clima y la conferencia de prensa que encabezó Daer, junto a Pablo Moyano y Acuña, el triunvirato, tuvo un tono confrontativo. Desmintieron la difundidísima versión jamás desmentida de que negociaron la “rebaja” de la brutal reforma laboral, finalmente aprobada con media sanción. Es a medias cierto, no negociaron directamente, tal vez, con Cordero o Milei, pero lo hicieron con Pichetto, el macrista que permite con sus votos la aprobación de este ataque antiobrero y colonial que es la ley Bases II. Por otro lado jamás desmintieron el “diálogo” abierto en la Rosada y, al revés, confirmado por la negociación de Hugo Moyano de su paritaria en los términos del gobierno.

Y también confirmaron el paro del 9 de mayo. Algo que el número de este 1º de mayo transforma en ilevantable, ciertamente. También sacaron un documento que critica el ajustazo, los DNU y la ley ómnibus y se queja con cifras de una recesión que tiende a la depresión, con guarismos parecidos en marzo a la pandemia, al igual que al deterioro de salarios y jubilaciones. Pero en su final llama al “diálogo multisectorial”. ¿Con quién? Indudablemente con las patronales y el gobierno, todos los cuales están a fondo con la reforma laboral, la derogación de la moratoria y la vuelta del impuesto al salario. Y, a no dudarlo, con muchas de las disposiciones antihuelga que quedaron en el tintero, algunas de las cuales quieren reintroducir en el Senado, la Cámara Revisora que tendrá que dar sanción definitiva para que sea ley. Por lo pronto la no reinstalación de los perseguidos gremialmente es un golpe brutal a la base de los sindicatos, algo que parece no haber entrado en las fluidas conversaciones de los gordos con Pichetto.

La CGT y sus satélites, las CTAs, se mueven en terreno movedizo. Las movilizaciones crecientes, desde aquel señero 20 de diciembre que incluyen el 8M, el 24M, los cacerolazos y el descomunal 23 de abril en defensa de la universidad y la educación pública, configuran un marco político entre las masas. No pueden ignorarlo. Pero, además, el próximo 7 de mayo para el Sutna 24 horas, ese mismo día todo el transporte durante tres horas, venimos de una huelga aceitera que conmovió a todo el establishment porque paralizó el complejo exportador más importante del país. El horno no está para bollos. Al contrario. Al punto que el gobierno ha recibido los golpes, particularmente el del 23A y empezó a “administrar” la motosierra y la licuadora, sin parar, por supuesto, la brutal ofensiva. Y el grave problema en el movimiento obrero y todo el movimiento popular, es que la burocracia sindical “administra” la reacción de las masas, esa que desbordó el 23 de abril. He aquí la clave de la situación política. Necesitamos reunir la fuerza de las masas para derrotar el conjunto del plan Milei, que por este camino avanza, aunque sea con crisis y absorbiendo golpes, avanza. De allí la terrible negatividad del “hay 2027” en las que nos quiere meter el peronismo en todas sus alas, incluida especialmente Cristina.

El punto crucial es reunir la energía de las masas trabajadoras, juveniles, de los más sumergidos y de la golpeada clase media, de los desocupados y los obreros fabriles, de los activos y los golpeadísimos jubilados, de la cultura que despierta a defenderse. Toda la energía, en un plan de lucha hacia la huelga general.

Ese fue el gran, gran acierto de la columna de sindicatos combativos con el Sutna, la UF Oeste, AGD-UBA y Ademys a la cabeza, con la interna del Garrahan y tantas otras, con el Polo Obrero, el MTR 12 de Abril, el MTL y la William Cooke, acompañados por el PO, IS, Marabunta y otros grupos que marchamos en la columna independiente. Allí había que estar marcando una perspectiva de ruptura y salida al mismo tiempo. El combativo acto internacionalista en la Plaza de Mayo, con otros sectores de la izquierda que no participaron de la columna independiente, coronó la jornada indudablemente. El acto en la Plaza resultó de combate, porque el operativo policial descomunal impidió la colocación del camión-escenario previsto y hubo que improvisar con un pequeño sonido, en la lectura del buen documento que tenemos que difundir por las redes para que se conozca. Pero la vanguardia obrera y juvenil tiene que debatir un balance integral para orientar los próximos pasos. Ahí apuntan estas reflexiones.

Un 1º de Mayo de lucha y más internacionalista que nunca
En una columna independiente a la convocatoria de las centrales y al acto internacionalista en Plaza de Mayo. –
prensaobrera.com
Los trabajadores del mundo contra las guerras, la militarización y la economía de guerra
Declaración internacional hacia el 1° de Mayo –
prensaobrera.com