Políticas
26/7/2025
Variaciones en Rojo #3
Muchas cabezas blancas moviéndose
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@ojobrerofotografia
Cuando era chiquito, no me acuerdo cuándo, solo me acuerdo que era chiquito, me regalaron un grabador. Creo que era marca Samsung, a pila. El hecho dejaba dos conclusiones. Primero, establecía que quería ser periodista. También demostraba ser una persona muy molesta: a tal punto de que me encargué sugestivamente de dejar en claro lo que quería hasta que lo tuve.
Las últimas dos entregas me encantaron. Las disfruté. Vuelvo a decirlo: quiero saber tu opinión. La tuya, la tuya y también la tuya. La de ustedes.
Pero hubo un sinsabor: faltaba calle. Decidí ir a buscarla, y qué mejor que hacerlo con los que más nos enseñaron a luchar. Un solo texto hoy, derecho viejo. Vamos que vamos.
#1 ¿Por qué luchan los jubilados?
“Algunos no saben de historia”. Es 11 de septiembre del 2024 y en el Congreso se discute la Ley de Movilidad Jubilatoria. Habla el ex menemista, kirchnerista y macrista Miguel Angel Pichetto. “Si recordaran lo que le pasó al gobierno de Menem con (Domingo) Cavallo y los eventos de una señora que era muy conocida en ese tiempo, que hacía manifestaciones, frente al Congreso, que se llamaba Norma Plá. Hasta hace poco tiempo la hija fue diputada en esta casa”. El orador se refería, en un error no tan errado, a Romina del Plá.
“Se equivocó Pichetto pero no tanto -le respondió, vía Twitter, la ex diputada-. Mi mamá no es Norma Plá. Mi mamá es Nora Biaggio, que también es jubilada, docente, luchadora y no baja los brazos, ni siquiera ante la represión del gobierno con el que Pichetto colaboró tantas veces. Vamos a derrotarlos a todos”.
Ahora en la Plaza del Congreso hay tumulto. Los jubilados se juntan. Hay carteles en la reja, en las manos de los manifestantes y hasta en sus cabezas. “Ayudame a luchar, el próximo viejo sos vos”, “no al pago de la deuda”, “genocidio jubilatorio” y muchas otras consignas se pueden leer entre la vista y el horizonte.
Es miércoles 23 de julio del 2025 y está por organizarse la marcha antirrepresiva, pero podría ser la que acompañan los hinchas de fútbol, o los universitarios, o el arte y la ciencia, o lo que sea. Siempre un denominador común: el miércoles es de los jubilados.
-Tuvimos mucha repercusión en el verano de 2024, cuando nos enfrentamos a la policía.
Nora Biaggio no repara en el “enfrentamos”, lo indica con naturalidad.
- No es joda que somos la generación del Cordobazo. Yo tenía 16 años en ese momento.
-¿Y estabas ahí?
-No, acá en Buenos Aires, haciendo la huelga general.

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“No hay plata”. Suena raro. Un reciente informe del Instituto del Pensamiento y Políticas Públicas (Claudio Lozano, Mariana Rivolta y Ana Rameri) titulado “El superávit que no es” indica que en junio la capitalización de intereses de deuda (LECAP, BONCAP, LEFI y PR17) fue superior al gasto en jubilación y pensiones (6,3 vs 6,2 en billones de pesos). En la plaza, Verónica sostiene un cartel que dice “Milei, pagás la deuda con la nuestra”.
Según las fuentes oficiales de Indec y Anses, desde diciembre del 2015 a esta parte, las jubilaciones cayeron 30 puntos con bono y casi 43 sin contar esa “suma fija”. Es decir que lo que hace diez años era 100 hoy es 70. ¿Y lo que era 100 era muy alto? De ninguna manera.
Lejos del relato filo kirchnerista del avance de las jubilaciones, las subas que el panperonismo le endilga a la rendija sacrosanta de “Néstor y Cristina” fueron, según un informe del economista Alejandro Rebossio, de 14,4%, 7,8% y 8,2% en términos reales. Omiten muchos de los análisis que esas subas fueron luego de una debacle de 27,7% durante el gobierno de Eduardo Duhalde, luego de la crisis del 2001. Las jubilaciones entraron al macrismo, en un cálculo optimista, en un empate con los sinsabores “neoliberales”.
Lejos de una recuperación estatal de los ahorros, la estatización de las AFJP se dieron por miedo a la quiebra de los fondos del Estado y sin ningún tipo de indemnización por parte de los fondos privados. Cobraron, nunca pagaron, devolvieron: una estafa. En 2007 conocimos el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses, que no garantiza la sustentabilidad más que de los pagos de la deuda.
Una palabra interesante: sustentabilidad. Lo sustentable es lo que se puede financiar: significante funcional a la idea de que los jubilados son alimentadores de palomas que viven del Estado. Nada más lejos de la realidad: entre 1970 y 2020, las arcas gubernamentales, con la quita de los fondos patronales y las licuaciones pertinentes, les robaron 200.000 millones de dólares a los jubilados, junto al avance de la desocupación y la precarización laboral. Es el Estado el que vive de los laburantes en época de júbilo.
La jubilación mínima (con bono incluido) araña los $380.000. Un informe reciente de la Defensoría de la Tercera Edad de marzo de 2025 indica que, para cubrir todos los gastos básicos, un jubilado necesita más de $1.200.000. El gasto de medicamentos puede llegar a $260.000 (el 68% del total).
Walter, que habla con un megáfono, se colgó cuatro cajas de cápsulas de Taroplen como un collar, colgado con un hilo blanco.
Entre 13 y 15 puntos cayeron las jubilaciones durante el gobierno de Milei.
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En la noche veraniega del 2 de diciembre de 1992 no hay función en el Gran Rex. La llegada de Mijail Gorbachov, último presidente de la URSS, hizo que el lugar albergara una charla gratuita para 1.500 personas, con el exmandatario como orador principal. Pero no fue el principal.
-Vivan los jubilados
Fue un grito entre la multitud antes del arranque. Todos miraron. Era Norma Plá.
-No se preocupe señora, usted va a hablar -dijo uno de los organizadores, que cayó en la trampa-. ¿O prefiere tomar la palabra antes de Gorvachov?
-Sí, quiero hablar primero.
La pizza con champagne la pagaban los trabajadores. Entre ellos, los jubilados. "Queremos explicar que la realidad argentina no es la calle Florida, ni los hoteles lujosos. La realidad de los jubilados es que cobramos $140 por mes".
Norma Plá nunca se pudo jubilar de forma personal. En noviembre de 1985 le dio un infarto a su esposo, Miguel, y a ella le quedó una pensión de 150 pesos. En la última charla con su compañero de vida llegaron a la conclusión de que la plata de los trabajos de limpieza y de venta de cigarrillos en el baño del boliche no alcanzaba. Hizo lo que había que hacer: juntarse con otros. Patalear. Pelearla.
Era piquetera Norma Plá. Algunas versiones indican que perdió su primera votación en asamblea interna sobre cómo visibilizar la lucha. Ella quería cortar las vías del tren y terminaron en una olla popular en Once. Brilló frente a la casa de Cavallo, en la movilización a la Sociedad Rural o frente al Pami. También se la puede recordar con Sofovich en Polémica en el Bar: el anti-menemismo, por gente como ella, logró ser televisado. No todo era Tinelli.
Si quieren saber qué piensan los partidos políticos de los jubilados, pregúntenles si acompañaban o no a Norma Plá. Pero no ahora. Hablar, lo que se dice hablar, habla cualquiera.
Su gran legado: la calle. Y más particularmente: esa calle, Rivadavia entre Entre Ríos/Callao y Riobamba/Combate de los Pozos. Cuadra que desde el 14 de marzo de 1990 hasta hoy tiene una marcha de jubilados todos y cada uno de los miércoles. No todos los escenarios tienen telón rojo. Los paisajes que no son turísticos son los más lindos.

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“1738. Creo”. Esto me responde Nora Biaggio cuando le pregunto por qué número de marcha de jubilados vamos. Quizás erramos por algunas, no vamos mentir. De manera casi ininterrumpida, todos los miércoles desde la primera marcha de Norma Plá. Una nota de Adriana Meyer, en Página 12 (citamos abajo), del 9 de agosto del 2007, celebraba las 800. Hagan cuentas.
Curiosa utilización del calendario semanal congrega al movimiento popular argentino. Los miércoles de los jubilados, los jueves de las madres. Congreso y Plaza de Mayo: el poder político. Para el pueblo lo que es del pueblo.
La influencia de Norma Plá en las marchas actuales es innegable. “Somos más grillos que milicos”, dice una pancarta, en homenaje al reportero reprimido meses atrás por la gendarmería de Bullrich, a quien se le recuerda, desde las tres de la tarde, que es una fascista y que ella es la terrorista. Otro cartel elige una onda más poeta: “Pablo Grillo, tu sonrisa ilumina mi lucha”. Los miércoles lo esperan.
La marcha es “antirrepresiva”. Razones sobran. La mayoría de los jubilados recuerdan que les pegaron desde el arranque. Las imágenes se multiplicaron todos los miércoles, con la connivencia de los medios de comunicación. La misma tarde que a Grillo le fulminaron la cabeza, la ministra de Seguridad salió a su boletín oficial audiovisual (LN+) a descalificarlo.
Verónica es periodista, jubilada y está en la Plaza. Está por recibirse de la Universidad Nacional de La Plata. Dice que no le gusta el streaming. Comenta, al pasar, que los periodistas son todos cobardes, que no son como era Rodolfo Walsh. “Anda a decirle a alguno de estos que hay un fusilado que vive. Se cagan”. Comenta que a veces quiere revolear un zapato a la TV y que ella conocía al “pelado (Esteban) Trebucq”, que iba en tren desde City Bell. Sospecha que ya no se expone tanto.
-¿Cómo los toman los medios a ustedes?
-Como el orto
A Verónica - dice- le gusta hablar “en uruguayo”.
Una señora me muestra una botella de agua y grita, extendiendo su cara: “la lucha es AySA”. Es indudable que la privatización que quiere instaurar el gobierno nacional, con la empresa Mekorot picando en punta, se encuentra en el centro de la situación política. Pero la escena refleja otra cosa: la mayoría de las peleas están ahí.
-Medio que el que no sabe qué hacer con su lucha viene acá, je.
-No le bajes el precio.
-No, obvio.
La fábrica ocupada Morvillo, los docentes universitarios con el sindicato AGD-UBA a la cabeza, los reclamos contra la privatización de AySA o YPF, el rechazo a la represión en general. “Armamos un canal para la insatisfacción”, me dice Lili, que va siempre a la marcha. Ese hueco sirve para golpear a los cómplices: que lo vengan a ver/que lo vengan a ver/ jubilados le enseñan cómo luchar a la CGT. Hay un hombre envuelto en un traje blanco que indica, con letras negras a la altura del pecho y del estómago, que “nadie se salva solo”.
Admito algo: fui el miércoles con mi libreta a intentar entender por qué luchan los jubilados. No sé si lo logré. Pero si me di cuenta que, si bien no se deben abandonar sus reclamos puntuales, la respuesta está muy lejos de ser “por ellos mismos”. La definición de la palabra “amor” por parte de la cuestionable Real Academia Española, indica: “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Betty me dice “fijate que luchamos por la moratoria y nosotros ya somos jubilados. Es por los que vienen”. Lo de los jubilados, certifico, es un genuino acto de amor.
Moni, Lili, Betty y Mariela tienen la misma pechera naranja que dice, en letras negras, “Plenario de Trabajadores Jubilados”. La frase incorpora una reivindicación implícita: la jubilación es un salario diferido, el jubilado es un trabajador en época de júbilo. Ellas vienen del gremio gráfico, docente o de la industria editorial. Cuando les pregunto cómo los jubilados lograron armar esta lucha, me contestan dos cosas a la vez.
-Por la tradición de lucha.
-Porque lo organizamos.
Historia y empuje. Me hablan del frente único: golpear juntos. Moni celebra que son más que antes, pero igual no se conforma: “todavía no somos tantos”. Me cuentan, además, que lograron hitos significativos en la pelea: el día del apoyo de los hinchas de fútbol, por ejemplo. “No hay medio que no nos de bola”.
A veces la potencia no se puede explicar. Moni me cuenta que un par de veces, “cuando tenía 40 años”, fue a la marcha de Norma Plá. “Imaginate lo que eran un montón de cabezas blancas moviéndose”.
#2 Recomendaciones
-Antes que nada, sigan al Plenario de Trabajadores Jubilados en las redes sociales.
-Los informes y notas citadas sobre datos, van acá, acá y acá.
-Esta nota de Pablo Heller explica de manera detallada cómo fue la gran estafa jubilatoria desde 1970 a 2020.
-Este perfil de la periodista y escritora Tali Goldman sobre Norma Plá es sencillamente fascinante
-Esta entrevista a Romina del Plá y a Nora Biaggio, a la vez, luego del tweet de Pichetto, no tiene desperdicio.
Es todo por hoy. Espero que les haya gustado. La sinceridad es importante: esta vez nos veremos recién dentro de dos semanas.
Buen domingo de mate.